LAS LUCHAS DE LA GENTE.

Sanjuana Martinez en Proceso.

Desengaño en Cancún
sanjuana martínez

San Francisco, Cal., 31 de marzo (apro).- Mientras Vicente Fox y George Bush se paseaban por Chichén Itzá para tomarse “la foto” bajo el inigualable marco del folclore mexicano, la verdadera lucha por los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos, se intensifica.

La efectividad de la “cumbre de Cancún” ha sido nula. Ha servido, como siempre, para hacer una declaración fastuosa, vacía de contenido. El principal problema entre ambos países, simplemente se tocó por encima y de ninguna manera se atendió en busca de una solución.

Fox y Bush acudieron a la cita con un común denominador: ambos mandatarios comparten una profunda crisis de credibilidad y una popularidad tambaleante.
Los dos, junto a Stephen Harper, el primer ministro de Canadá, se dedicaron a andar por las ramas. Centraron la reunión en la seguridad fronteriza, el narcotráfico y el comercio, pero con absoluta falta de conciencia de Estado se negaron a poner en el mismo nivel, el tema migratorio.

El presidente mexicano únicamente se comprometió con su homólogo estadunidense a fortalecer la frontera con Guatemala para bloquear el intenso flujo migratorio de Centroamérica, a cambio de las “sobras”; es decir, de una reforma migratoria distinta a la Ley Antiinmigrante Sensenbrenner HR 4437, algo entre medias que finalmente deje sin resolver el eterno y grave problema de la inmigración ilegal.

La palabra “amnistía” no pasó por la boca de Fox. El presidente mexicano defrauda así a sus millones de compatriotas que viven sin papeles del otro lado de la frontera. Miles de mexicanos han salido a las calles para exigir legalización para todos, pero eso a Fox no le interesa.

El presidente Bush no quería ni siquiera que se mencionara esa palabra, así que obedientemente Fox acató las órdenes de Estados Unidos. El problema es que la “amnistía” o “legalización para todos” es necesaria, ya que no hay manera de deportar a 12 millones de personas sin que eso suponga un elevado gasto para el erario de Washington visiblemente lastimado por la invasión a Irak.

Además el otro gran tema oculto tras la legalización de la inmigración es el componente electoral. Los Republicanos se han dado cuenta que no pueden criminalizar a 12 millones de personas que son apoyados por otros tantos millones de personas y que ejercerán su voto el próximo mes de noviembre.

Según una encuesta de The New York Times, los votos de los hispanos están en peligro y todo depende de las leyes que se aprueben en el Senado y en el Congreso. Las cifras son contundentes. Si en 1994 se registraron para votar 16,6 por ciento de hispanos en Nuevo México, este año están inscritos un 43.3 por ciento. En California subió de 6,8 por ciento a 34, 7 por ciento. En Texas del 9,6 al 34,6 y en Arizona del 6,2 al 28 por ciento. Las estadísticas muestran que los hispanos están creciendo en estados tradicionalmente republicanos como en Montana, Ohio, Missouri, Michigan o Pensilvania.

Tanto Fox como Bush enfrentarán próximamente procesos electorales y ambos saben que el voto depende, en parte, de la forma en que traten a sus ciudadanos. Desde luego, en las urnas se demostrará el castigo que los inmigrantes otorguen a sus mandatarios.
Esa visión a futuro es la que ha provocado que el Comité Judicial del Senado aprobara un proyecto de ley que crea un programa de trabajadores temporales, pero al mismo tiempo legalizaría a los 12 millones de indocumentados. Tanto el republicano John McKay como el demócrata Edward Kennedy saben que se juegan mucho en el tema migratorio y que las soluciones “apocalípticas” como la de Sensenbrenner son inviables.

“La opción de hacer que los extranjeros indocumentados regresen a sus hogares es un decisión muy, muy difícil, no hay duda que han violado la ley estadunidense, pero es irreal enviarlos de regreso a sus casas. No queremos 12 millones de fugitivos, que es lo que tenemos ahora”, dijo el republicano Arlen Specter.

Entre las filas de los republicanos hay división. Están los que se muestran en favor de endurecer la situación y el resto que prefiere una visión que solucione el problema. Pero no nos engañemos, todos los republicanos defienden la postura de su presidente, es decir, el “no” a la amnistía. Finalmente el desprecio hacia los inmigrantes ha sido condensado por el republicano de Wisconsin, Sensenbrenner.

Es inmoral la forma en que se discute el tema migratorio en Estados Unidos. Se habla de porcentajes, cifras, números, pero rara vez se piensa en los seres humanos que hay detrás. Es inmoral también porque ¿cómo es posible que una economía se sostenga a base de mano de obra “ilegal”?. La hipocresía de la Casa Blanca es considerar que puede permitirse la explotación de los inmigrantes, pero nunca su “legalización”. La importancia de esta fuerza laboral es vital para el buen funcionamiento del país, por tanto, por qué no ser generosos y ofrecer la “amnistía” en plenitud de la palabra, sin vergüenza, sin paliativos.

Estados Unidos debe promover la “reunificación familiar” para sus inmigrantes. No es posible, que se sigan destruyendo tantas familias por el tema migratorio. Un plan equitativo y realista, debería incluir este aspecto a la hora de legalizar a los millones de indocumentados.

Por eso, resulta vergonzoso y cuando no escandaloso, que el presidente Bush diga que los 12 millones de indocumentados deben de ponerse en último lugar en la fila para legalizar su situación. La falta de respeto y sensibilidad que el mandatario ofrece a los “sin papeles” es indecente. Y que Fox le ría las “gracias” al mandatario estadunidense, es peor aún. El presidente mexicano ha dicho que la nueva propuesta del Senado es gracias a los 5 años del “esfuerzo” de su gobierno. ¿Cómo no se le cae la cara de vergüenza? El único mérito de esta pequeña conquista --porque aún queda mucho camino por recorrer en ambas cámaras-- es del pueblo, de la gente que durante varias semanas salió a las calles para exigir dignidad y respeto.

Es difícil saber si esta actitud de Fox es producto de la medicación que recibe, o tal vez, de su actitud desaprensiva cuando se trata de hablar de los mexicanos radicados en Estados Unidos.
Luis Ernesto Derbez se aventura a decir que el mérito no sólo es de su gobierno, sino de los anteriores gobiernos mexicanos. En esto el PRI-AN sigue unido. El canciller descarta que Jorge Castañeda tenga algún mérito y dice que “la enchilada” es gracias al buen hacer del gobierno foxista. Nuevamente el señor Derbez muestra que no es un estadista, sólo un “politiquillo” metido a funcionario.

La reunión de Cancún sirvió para que se repasaran los “logros” de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) y por supuesto del denostado TLC. ¿Es posible valorar el triunfo de un tratado que sólo da beneficios a Estados Unidos y Canadá? En el transcurso de esta semana se verá el camino que tomará el tema migratorio, un rumbo en el que lamentablemente no ha influido para nada la reunión de Cancún.

El resultado que ofrece nuestra presunta “unión comercial” con Estados Unidos y Canadá proporciona “prosperidad” sólo a los empresarios, no a los trabajadores. La desigualdad que existe en la explotación de recursos y mano de obra sigue perjudicando seriamente al pueblo mexicano.

Los gobiernos deberían de tomar en cuenta el ejemplo europeo para lograr un acuerdo más equitativo entre todos. En el Viejo Continente no sólo se abrieron los mercados, sino también el flujo de seres humanos con la eliminación de las fronteras. Las sonrisas de Fox y Bush, por desgracia, nos llenan de desilusión. La esperanza, está en la lucha de la gente.


Y una forma de lucha es sufragar. Por eso es necesario acudir a votar este 2 de Julio por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.