Alvaro Delgado, en Proceso, desmenuza lo que pretende Espino y los yunquistas:
El Yunque se pertrecha… para el 2012Álvaro delgado/apro
México, D.F., 20 de marzo (apro).– Aunque de dientes para fuera se invoque un triunfo de Felipe Calderón, aun con la estridencia que caracteriza a Manuel Espino, en el Partido Acción Nacional (PAN) y en el equipo del candidato se percibe la elocuencia de la derrota, que paradójicamente implica el triunfo del sector que controla la franquicia.
Porque en franquicia ha degenerado el PAN, un partido político con una historia de décadas de resistencia ante el autoritarismo y de abono a la democratización, hasta que las ambiciones y dogmas se impusieron a principios y valores parcialmente invocados por Calderón en su campaña que, por desabrida, deambula marginalmente.
Queda todavía mucho margen para que en el PAN y en el equipo de Calderón se intensifique la escandalera contra Andrés Manuel López Obrador, que en su diatriba con Vicente Fox los conduce a su terreno como párvulos.
Ante la impotencia y la frustración, la engañifa facilona de atribuir al perredista más defectos de los que de por sí tiene. Así son las campañas, en México y en todo el planeta: torneos de descalificaciones contra el adversario, que a menudo distraen de las propuestas que existen, y muchas, en todos los equipos, algunas buenas, otras regulares y también muy malas. Al final, decretada la voluntad popular de ciudadanos iguales, se pasa a otra cosa.
Pero el PAN que se dibuja en las candidaturas a diputados y senadores no guarda relación con el partido que, hace todavía unos años, invocaba el debate sereno en campaña para construir puentes una vez decretada la voluntad popular.
Con la derrota de Calderón, y aun desde antes, esa fuerza ya ha sido desplazada por el fanatismo del grupo hegemónico.Me refiero, claro, a la Organización Nacional del Yunque, que ha puesto como ariete de este proyecto nada menos que a Santiago Creel, propuesto como cabeza de la lista de senadores plurinominales por Espino y por gracia de él, porque esa es su facultad estatutaria, inminente coordinador de la bancada y, desde ahora, otra vez carta fuerte para la Presidencia de la República.
Dentro de seis años, claro.El elenco de seguros senadores –los que no harán campaña– está mayoritariamente identificado con El Yunque, al menos los que seguramente llegarán al cargo: Salvo Ricardo García Cervantes, José González Morfin y Gabriela Ruiz, el resto muestran la fuerza de la organización secreta, empezando por Teresa Ortuño, delegada de la Secretaría de Desarrollo Social en Chihuahua.
Como a ella, Espino propuso a César Leal Angulo, quien sin ser miembro de El Yunque, es su asesor y sabe, aunque disimula, cómo opera esa cofradía que lo hizo renunciar como presidente del PAN en Veracruz por parte de uno de sus pupilos, Alejandro Vázquez, “El Pipo”.
Militantes prominentes de El Yunque son ángel Alonso Díaz Caneja, Jorge Ocejo, ambos de Puebla y parte de la fachada del Frente Universitario Anticomunista (FUA), y Ricardo Torres Origel, secretario general de Gobierno de Guanajuato, donde la hegemonía de la organización secreta es casi total con Juan Carlos Romero Hicks –“Agustín de Iturbide”– y su pretendido sucesor, Juan Manuel Oliva.
Pero el descaro es Ramón Muñoz Gutiérrez –“Julio Vértiz”– en la organización secreta. Nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, de donde es oriundo el que escribe, hizo carrera política en Guanajuato, su domicilio está en el Distrito Federal –en Cuajimalpa– y será senador por Guerrero. Sin mayor lustre que la intriga palaciega, ahora hará leyes.
En realidad este elenco yunquista, al que se unirán otros en el ámbito de los senadores y diputados por mayoría –si ganan–, es el que desde ahora se propone recuperar la Presidencia de la República dentro de seis años, desplazada ya la fuerza, de por sí minoritaria en las estructuras del PAN, de quienes hicieron candidato a Felipe Calderón.
Enfrente tendrán, al fin dogmáticos, al enemigo perfecto: El demonio López Obrador. Y El Yunque, ya se sabe, existe para hacer frente a las fuerzas de Satanás.
Apuntes.
Que dice el señor vocero de Fox, Rubén Aguilar, que Ramón Muñoz y Pedro Cerisola “estudian” si se separan de sus cargos en el gobierno para asumir las candidaturas a senadores del PAN. Qué disparate. Claro que deben separarse, no por capricho, sino por mandato constitucional conforme a los artículos 55 y 56. Se trata de una ignorancia patética por parte de la “voz” del ciudadano Presidente de la República, de quien ya ni vale la pena ocuparse. El mismo ensució su respetable investidura…
Ciertamente es lo que pensamos millones de mexicanos,él mismo ensució su investidura, no el PEJE.
Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista para el Congreso.
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martes, marzo 21, 2006
EL YUNQUE SE PERTRECHA PARA EL 2012.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 1:04 p.m.
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