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jueves, febrero 01, 2007

PORFIRIO MUÑOZ LEDO.

Nonatos contra vitalicios PDF Imprimir E-Mail
miércoles, 31 de enero de 2007

Porfirio Muñoz Ledo
Bitácora republicana

La presencia de Felipe Calderón en Davos sorprendió a propios y extraños. En contraste con el discurso centrista y el ánimo apaciguador de sus primeras actuaciones, de pronto asumió el tono beligerante y el simplismo reaccionario de su antecesor. Como si el recuerdo de su primera aparición en ese foro, cuando joven militante, lo hubiese devuelto a su verdadera naturaleza. Dejó la impresión de haber perdido la brújula, o de que ya se le estropeó, porque sólo apunta hacia el Norte.

La presencia de Felipe Calderón en Davos sorprendió a propios y extraños. En contraste con el discurso centrista y el ánimo apaciguador de sus primeras actuaciones, de pronto asumió el tono beligerante y el simplismo reaccionario de su antecesor. Como si el recuerdo de su primera aparición en ese foro, cuando joven militante, lo hubiese devuelto a su verdadera naturaleza. Dejó la impresión de haber perdido la brújula, o de que ya se le estropeó, porque sólo apunta hacia el Norte.
En contraste con un periplo europeo cuidadosamente concebido y con el mensaje conciliador de la diplomacia mexicana, decidió granjearse la simpatía del gran capital agrediendo a otros gobiernos de nuestra región. Desmintió el significado de su asistencia a la toma de posesión de Daniel Ortega y del saludo cordial que había brindado a Hugo Chávez. Olvidó su dicho en el sentido de que el futuro de México está en América Latina y, lo que es peor, nadie le va a agradecer ese gesto, que sólo revela pensamiento anacrónico y torpeza política.
Con maniqueísmo pueril, dividió a los gobiernos de nuestra región en buenos y malos. Los primeros son los discípulos incondicionales del neoliberalismo, que supuestamente ofrecen a los inversionistas seguridad y mercado, mientras los otros "regresan a viejas políticas de expropiación y nacionalización, que han causado daño terrible y provocado las peores crisis". Si en verdad así pensara, la única decisión congruente sería solicitar la derogación del Artículo 27 de la Constitución, casi en su totalidad.
Negar a otros el derecho a adoptar determinaciones vitales, que nosotros pudimos tomar ejemplarmente en el pasado, significa renegar de nuestra historia e incurrir en afrentosa actitud insolidaria. El presidente Lula tuvo que advertir que "debemos ser cautelosos cuando analizamos el discurso de los otros" y esclarecer: "lo que quiere Latinoamérica es que nos paguen precios justos por nuestras materias primas; lo mismo hace México con su petróleo". Y el propio Secretario General de la OEA hubo de actualizar al mandatario mexicano: "en 1998 hablamos del ALCA, pero éste ya no se va a dar; es un hecho que tenemos que aceptar y encontrar salidas diferentes" y defender por ende el derecho de los países a seguir caminos distintos.
Ignora tal vez Calderón que las políticas nacionalistas seguidas por cada vez más gobiernos de la región, han sido ya valoradas y asumidas en los grandes centros de poder. Esa es la razón por la que la Unión Europea, después de numerosas posposiciones, iniciará en marzo las negociaciones con los países andinos en vista a la suscripción de un Acuerdo de Asociación económica, cooperación y concertación política. Es obvio que la fe ciega en la economía de mercado pertenece al pasado y que ahora se exploran y consolidan vías diversas para el desarrollo. Ello explica la pujanza cuando menos de China y de la India.
Hay un nuevo consenso sobre América Latina, que no es precisamente el de Washington, surgido también de los organismos internacionales responsables. A pesar de haber adoptado las prácticas neoliberales el crecimiento de nuestros países ha disminuido sensiblemente, los poderes públicos han sufrido un peligroso deterioro y nos hemos convertido en la región con mayor desigualdad del planeta. Las dos mayores crisis económicas ocurrieron en aquellos que aplicaron más fervorosamente las recetas del Fondo Monetario Internacional: México en 1994 y Argentina en 2001. Como solía decir el Presidente del BID: es urgente que, junto a la mano invisible del mercado, llegue la mano visible del Estado.
Ofrecer la continuidad de las políticas de antaño no sólo refleja ausencia de imaginación sino también desconocimiento de los requerimientos actuales del capital. Los inversionistas europeos, por ejemplo, son poco sensibles al argumento de nuestra cercanía con los Estados Unidos y preferirían la ampliación de nuestros mercados internos y la disolución de los monopolios, así como autoridades eficientes y honorables. También los nuestros. Apenas anteayer se publicó que los empresarios mexicanos están prefiriendo invertir en las ciudades fronterizas del otro lado. Las razones: más seguridad, mejor financiamiento, servicios superiores y sobre todo, precios más bajos de muchos insumos, comenzando por la energía, los inmuebles y el teléfono.
Pero lo más sorprendente es la candidez con la que Felipe oficializó predicciones fantasiosas que nos auguran ser la quinta economía más grande del mundo, el año 2040. Horizonte tan lejano impide formular previsiones serias, además de que no se esgrime argumento alguno para sostener tal afirmación, ni pondera los enormes progresos de las economías emergentes. Desestima que la nuestra pasó en pocos años del lugar 11 al 13 y no ofrece ningún cambio de rumbo que modificara esa tendencia. Es así que sus propuestas van en sentido inverso de sus previsiones. La segunda edición de Foxilandia, pero en el plazo largo.
Sin explicación alguna se puso las botas golpeadoras de su predecesor y dejó caer la frase que marcó la jornada: "el problema de América Latina es si apostamos a la democracia o vamos hacia atrás y permitimos que regresen las dictaduras vitalicias". En la boca de un gobernante de dudosa legitimidad, cuyo cargo es fruto de una ostensible manipulación electoral, denuncia tan temeraria resulta un autogol. Corre el riesgo de que llamen "presidente nonato", que quiere decir "no nacido naturalmente, sino sacado del claustro materno mediante una operación cesárea" o bien "lo que todavía no existe". Acepciones ambas aplicables al caso.
Muy comedido en cambio, el Presidente de Brasil le respondió que Hugo Chávez "ha sido electo tres veces" y subrayó "todas democráticamente". El desliz le valió también que el Presidente ofendido lo denunciara como entrometido y le endilgara el mote de "caballerito", que se le puede quedar. Con la vara que midas serás apodado.
México no podría ejecutar válidamente su política exterior en contravención a los principios constitucionales, uno de los cuales es la no intervención. La diplomacia se inventó además para hacer amigos, no para generar enemigos. ¿Se atrevería nuestro personaje a referirse al gobierno chino como "dictadura comunista" o a los países árabes como "emiratos corruptos" o al presidente Bush como "el sanguinario invasor de Irak"? Por eso le recordaron con razón que para ser respetado hay que saber respetar.
Las presiones ideológicas que ejerce la derecha panista sobre Calderón, el nombramiento de un gabinete fantasma de su propio partido y las denuncias histéricas de las viudas de Fox sobre la "vuelta al pasado" de nuestra diplomacia, no son motivos suficientes para irrumpir con agresiones y antiguallas en el escenario internacional. El ejercicio de la Jefatura del Estado exige también y sobre todo, respeto al país.

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