Ladillas – Sobre Elefantes y Pefepos
por el Lic. Mefistofeles Satanas
Más de doscientos años antes del nacimiento de Cristo tomó lugar la segunda guerra punica. La plutocracia comercial de Cartago y la republica Romana se enfrentaban para decidir quien dominaría el mediterráneo occidental. En un golpe de audacia, el general cartaginés, Aníbal Barca llevó a su ejercito y elefantes desde Hispania a través de Galia y, cruzando los alpes, irrumpió en la península itálica.
Varias ventajas tenia el ejercito cartaginés. Compuesto en su mayoría de mercenarios, estos veían con avidez el tesoro que obtendrían del saqueo de las ciudades italianas, y peleaban con bastante furia por la victoria. Contaba también Hanibal con la caballería numada de Asdrúbal y los formidables elefantes acorazados con petos de cuero. Y para acabarla de joder, Aníbal, se admite, era un genio militar.
Luego luego de llegar a Italia Aníbal les puso una putiza a los romanos en el lago Trasimeno. En Roma cundió el pánico al grito de “Aníbal ad portas” o “Aníbal se encuentra frente a las murallas”. Tal parecía que después de la tarde trágica de verano en que los romanos fueron derrotados en Trasimene lo único que quedaba era capitular y permitir que los africanos saquearan Roma. La oligarquía cartaginesa ya se sobaba las manos pensando en las riquezas que extraerían de las posesiones romanas.
En su desesperación, el senado romano busco a quien se atrevería a estar al frente de lo que quedaba del ejercito en tan desesperada situación. El mando cayo en el general Fabio Máximo. Este aceptó, con la condición de que se le concediera el mando absoluto, pues, como les dijo a los senadores “él no daba paso en falso”.
Muy a regañadientes, pues Fabio Máximo tenia muchos enemigos políticos, el senado, en nombre del pueblo de Roma le concedió el mando absoluto. De lo primero que se percató Fabio Máximo fue de que su ejercito no estaba en condiciones de enfrentarse al africano.
No tenia caso enfrentar infantería ante elefantes, solo servirían para morir bajo las patas de estos. Tampoco había caballería para enfrentarse a Asdrúbal. Roma tenia, si, que crear múltiples frentes para diluir la atención del africano. Y eso llevaría tiempo y mucha organización.
Por el momento Roma, la capital, estaba asegurada. Aunque habían traidores que con gusto la entregarían, el mando político de la ciudad le era incondicional a Fabio Máximo. Y las murallas de Roma asegurarían de que esta no cayera.
La estrategia de Fabio Máximo fue no buscar batalla abiertamente. Cuando una columna cartaginesa ofrecía batalla los romanos retrocedían. Traían, sin embargo a “mecate corto” al africano. Adonde fuera lo seguirían las legiones y lo vigilarían. Las columnas de abastecimiento y los correos eran emboscados. No faltaron escaramuzas y mas de una vez el africano encontró que sus vallas de elefantes no eran impenetrables a la audacia romana.
Tal vez la táctica mas importante de Fabio fue la practica de la tierra calcinada. Adonde iba el africano encontraba que los campos ya habían sido arrasados y los animales y campesinos llevados a buen recaudo. El ejercito cartaginés, un ejercito de mercenarios al servicio de una oligarquía extranjera, poco apoyo encontraba entre el pueblo de Italia. No faltaban, sin embargo, los traidores de siempre.
La estrategia de Fabio Máximo fue atacada por sus enemigos políticos. Le endilgaron el mote “Cunctator”, el dilatador. Se le acusaba de “esconderse detrás de las faldas de sus legionarios” y no presentar batalla. Fabio, se decía, era ya un cadáver político por sus decisiones. En el senado hubo cambio de mandos.
Los nuevos cónsules, Servilio Gemino y Atilio Regulo de inmediato buscaron bronca con el africano. El resultado fue otra putiza. En Canosa los africanos hicieron una carnicería con las legiones. Roma de inmediato recurrió a Fabio Máximo, el que “no daba paso en falso” y traía al africano a “mecate corto”.
Fabio inicio múltiples frentes. Mientras que el africano amagaba Roma por la via Appia marchaban legiones a embarcarse para España, la base de operaciones de Aníbal. A la larga, Aníbal no se pudo sostener. El desgaste que le ocasiono Fabio causó que el africano tuviera que retirarse. Fabio ganó y el mote “Cunctator” se hizo honorífico. Como lo describió Enio: “unus homo nobis cunctando restituit rem” o sea “un hombre solo, dilatando, salvó a la patria”.
Debe ser obvio que AMLO sigue la estrategia de Fabio y a la larga su victoria está asegurada. Inútil hubiera sido enfrentar a gente desarmada, ancianos, mujeres, a los robocops elefantinos del enano (el cual no tiene el genio del africano). Morirían entre las patas de los elefantes. (Hasta uno de los yunqueros imbeciles que hicieron el ultimo spot se llama "Asdrubal". Me pregunto si este racista sabra que el original era un mulato con sangre semita y africana.)
Y los enemigos de AMLO dentro del movimiento –hablemos claro: me refiero a los chuchos traidores—cuando han liderado a la oposición solo han cosechado derrotas: el gasolinazo, la deforma fiscal, la ley Taravisa, el fiasco del primer informe, etc., etc., toda una cadena de putizas que solo han perjudicado al pueblo de México y hacen evidentes su traición. Los chuchos ahora apuestan “a la negociación” olvidándose que las veces anteriores en que han hecho esto solo han resultado en que el pueblo mexicano salga mas jodido.
La toma de las tribunas es el equivalente a la política de tierra calcinada. ¿De que les sirve a los PRIANistas hacer sedes alternas? Se les cebó el “fase track” es la verdad. Y si Roma era un bastión indómito, el DF sigue firmemente en el campo de los renegados y ahí se repudia a los traidores, ya viden como le va a los chuchos en la ALDF. Ni Pantaleta ni su padrote el subcomediante Cirigo Arce o cualquier otro chucho pueden caminar ya por el DF si no es con una escolta de pefepos.
Igual que Fabio, en toda la republica se han creado frentes secundarios. De Quintana Roo a Baja California hay brigadas volanteando y difundiendo información a la ciudadanía.
Y ahora los tiempos –el dilatar—operan a favor de AMLO. El volanteo y visitas “casa por casa, pueblo por pueblo” es el equivalente ideológico a la táctica de guerra calcinada. Cada vez que un renegado le habla de frente, sin mamadas, dándole información verídica a los ciudadanos le hace un daño letal al enano. Los mensajes del gobierno solo encuentran repudio, tierra calcinada. No importa si entra a un domicilio –cual columna cartaginesa—un spot pendejo del gobierno a través de la televisión. El mensaje del enano no encontrara sino escepticismo y duda. Miren como le fue al del tesorito.
El enano solo lograra convencer a los más pendejos o a los tibios. Esos no cuentan. No harán nada, ni a favor ni en contra. ¡Que el enano se haga pendejo con ellos! ¡De aquí al 12 de mayo –cuando se inicia el “debate patito”—los renegados pueden crear tal ola de repudio a la deforma energetica que dudo que fructifique.
Y hay otra similitud importante. Fue durante el tiempo de Fabio que se acuño la frase “dulce et decorum est pro patria mori”, que era un honor morir por la patria. ASe trataba de atizar el patriotismo para enfrentar una muerte aparentemente segura ante un enemigo invencible.
Pero los mexicanos son profundamente patriotas por naturaleza. Y una gran ola de fervor patrio se está esparciendo entre los mexicanos. La memoria histórica se está recuperando. Vuelven los añejos cantos: “…en lo alto de una abrupta serranía…”. Cuando el pueblo canta el pelón se espanta.
Fabio, sin embargo, objetó a lo de “mori”. Bastantes derrotas pendejas habían causado sus enemigos politicos y Fabio “no daba paso en falso”, derramando sangre a lo pendejo. Con su estrategia de dilatar, de traer al africano a mecate corto, crear múltiples frentes, organizar y entrenar a sus tropas, Fabio corrigió la frase y la convirtió en “dulce et decorum est pro patria vincix”: es un honor vencer en nombre de la patria. Igual lo hará hoy AMLO. Sera un honor vencer con Obrador. Es solo cuestión de tiempo.
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