Carta de Julia Klug

México, DF a 27 de noviembre de 2007

A lo largo de este año, he participado en varias protestas en Catedral, aunque no en la del pasado 18 de noviembre.
Esa actitud crítica contra los abusos del clero me ha valido amenazas, agresiones físicas, judiciales asi como la negacion de mi participación en el grupo de la RESISTENCIA CIVIL PACIFICA en donde me han acusado de infiltrada, lo cual niego rotundamente, ya que luché a su lado por convicción no por la ambición o el beneficio propio si no por el México mejor que todos queremos.
También he recibidomuchas muestras de solidaridad en México y desde otros países.
Me motiva a seguir en esa lucha el afán de justicia contra los sacerdotes pederastas, pues fui victima de uno de ellos, pero también la necesidad de defender el estado laico, ya que estamos en riesgo de vivir dentro de una
tiranía clerical y militarista, y me mueve, lo mismo que a millones de ciudadanos, la indignación por la fraudulenta permanencia en el poder de una derecha que actúa conjuntamente con la jerarquía católica.
Esas son mis razones y si alguien piensa que esas protestas públicas son meras provocaciones, le invito a reflexionar:
¿no somos muchos los ciudadanos indignados con los abusos del clero?; ¿en lugar de denunciar públicamente los abusos clericales,hay que guardar silencio?;¿hay que irse a congraciar con el cardenal Rivera?; ¿Eso es actuar honestamente?; ¿Eso es defender el laicismo y la democracia?.
Jerarcas como Rivera están fomentando un clima de fanatismo que evoca el de las guerras cristeras, además de que pretenden que las autoridades nos repriman a quienes, en uso de nuestra libertad de expresión, criticamos sus abusos y pretensiones.



Julia Klug