Para que no digan que sólo en el DF se dan desalojos arbitrarios , en Guadalajara también se dan desalojos, con el agravante de que los desalojados tapatíos son carpinteros, ahora sólo hace falta que digan que el oficio de San José y Jesucristo es un oficio propio de criminales.
La nota de Rubén Martín:
DESALOJO ARBITRARIO DE CARPINTEROS PURÉPECHAS
Nos quedamos sin trabajo y vivienda, nos quedamos sin nada”. Sin nada.
Así se sentían ayer más de 30 familias de indígenas purépechas que desde hace 32 años se ganaban la vida produciendo y vendiendo muebles en la acera sur del cementerio municipal San Andrés, en la calle Esteban Alatorre del sector Libertad.
Sin aviso de por medio, el viernes a las 15:00 horas unos 120 policías e inspectores de Guadalajara llegaron y empezaron a apoderarse de la mercancía que producían las familias indígenas, sus herramientas, y su mobiliario. Se llevaron incluso ropa, pertenencias y útiles de los hijos de los carpinteros, pues ahí mismo vivían y enviaban a sus niños a la escuela. Las 30 familias purépechas componen una población de unas 130 personas, entre adultos y niños.
Uno de los afectados, Samuel Eusebio Ángel, de 42 años, contó que no les dieron una explicación, excepto que les regresarían la mercancía el lunes en las oficinas municipales de la calle Ghilardi. Pero los afectados sienten que perderán sus propiedades, pues no a todos les dieron un folio donde se consignara la cantidad y tipo de pertenencias que se llevaron los policías e inspectores municipales.
La medida del gobierno tapatío que encabeza Alfonso Petersen Farah, fue tan sorpresiva y arbitraria, que levantó no sólo la molestia de los directamente afectados, sino también de los vecinos de la zona, muebleros establecidos de la calle Esteban Alatorre e incluso de algunos policías que ayer fueron enviados a vigilar el lugar. “No te puedo decir nada, pero la verdad es que es una situación arbitraria”, comentó un policía pidiendo no mencionar su nombre, mientras compraba un refresco. Parecía sinceramente apenado.
Durante el desalojo hubo personas golpeadas. A Cristóbal Morales Eusebio, de 52 años, lo patearon, y a su hijo le pusieron una pistola en el cuello por protestar.
El desalojo de las mercancías, toldos y puestos de madera que los carpinteros purépechas levantaron generó tal molestia que durante la noche del viernes instalaron una especie de barricada en el cruce de Esteban Alatorre y la calle Felipe Ángeles, con un tronco al que prendieron fuego. Ahí estuvieron casi cuatro horas hasta que llegaron unos 60 policías antimotines del estado quienes advirtieron que si no levantaban la protesta, habría represión. A las 0:30 am del sábado despejaron la calle. Samuel Eusebio recordó las palabras del jefe policíaco: “Se van a quitar o lo hago a mi manera”.
En ese tiempo recibieron el apoyo incondicional de los vecinos, quienes los acompañaron, les llevaron comida y ofrecieron hospedaje provisional. Pero los indígenas se quedaron a dormir en el mismo lugar. Y ayer intentaban organizarse para recuperar sus mercancías y exigir al gobierno de Alfonso Petersen que les permita reinstalarse en el mismo lugar.
Había rabia y molestia en los círculos formados por los carpinteros purépechas, reunidos en la banqueta ahora despejada, el mismo lugar que durante 32 años les sirvió de espacio de trabajo y vivienda. Gustavo González, de 36 años, se quejaba del trato. “Nos desalojaron a la familia, ahorita los niños están llorando”, relató.
Las familias purépechas llegaron ahí hace 30 años provenientes de la comunidad Capácuaro, del municipio de Uruapan, Michoacán. La pared del panteón municipal les sirvió de respaldo para recrear su comunidad y levantar sus talleres-vivienda de producción de muebles. Tuvieron éxito no sólo para mantenerse sino para crear alrededor una zona mueblera que abastece a bajos precios las colonias aledañas y de otros puntos de la ciudad.
Eso explica la irritación de los vecinos y de los muebleros establecidos ante el desalojo. “A mí se me hace una injusticia, me da mucha tristeza porque son familias que tienen que sostener a sus hijos, y trabajan honradamente”, dijo Teresa Lilia Rábago, vecina del lugar. Mario Gallo, propietario de una mueblería frente a los talleres de los purépechas también criticó la intervención policiaca. “La verdad que esto es una arbitrariedad por parte del gobierno, ya que no les da modo de buscar sus alimentos”, dijo. Los desalojados anunciaron que el lunes acudirán a las 10:00 am a Palacio Municipal para exigir el regreso de sus pertenencias y la reinstalación en sus talleres-vivienda.
Reacciones
Gustavo González
Desalojado
Queremos que nos entreguen la mercancía como se la llevaron, porque es un robo lo que hicieron ellos. Eso es lo principal que pedimos, y que nos entreguen los lugares para trabajar, porque estamos trabajando, no estamos haciendo baquetonadas. No queremos que nos lleven con alguna otra persona que no valga la pena estar platicando. Sino directamente con el que nos haga la balona de ayudarnos. No queremos que nos manden con fulano y fulano, porque no tenemos muchas posibilidades de andar haciendo esas cosas. Lo que queremos es ir directamente con el que debería de hacer. Uno no conoce, porque uno no está acostumbrado a esas cosas.
Teresa Lilia Rábago
Vecina
Venimos a apoyarlos, estamos de parte de ellos porque trabajan honradamente, no perjudican a nadie. ¿Qué es lo que quiere el gobierno? ¿Qué roben? ¿Qué maten? Van a decir que a lo mejor son frases hechas que todo mundo las dice, pero es la verdad. Ellos trabajan bien, tienen a sus hijos en la escuela, en la doctrina. Que piensen en los niños, que se pongan en el lugar de ellos. Aquí es su lugar de trabajo, de vida de ellos, tienen años y a nosotros nos ayudan porque es mucho más barato y bien hecho. Y pido a las autoridades que les ayuden […] que se toquen el corazón para que los ayuden. Que pienses en los niños.
La misma crítica de la Señora Teresa va también para Ebrard y los proponentes PANISTAS de las expropiaciones en Tepito. Mientras los salarios mínimos sean tan ridículos que para comprar un DVD o un CD sea necesario trabajar 3 o 5 días para conseguirlos, habrá piratería, y también mientras los productores de DVD's y CD's sigan con la absurda política de hacerlos menos funcionales que el producto pirata. Si bien la actividad de la piratería es ilegal, la gente que vive de ella está haciendo su mejor esfuerzo por ganarse la vida honestamente. Del contrabando y el narcotráfico es otra cosa, pero no puede esperarse que en un ambiente en el que los trabajos formales son pocos y mal pagados, y la impunidad está garantizada, la gente no termine dedicándose a actividades ilícitas.
El desalojo de los artesanos indígenas en Guadalajara es RACISMO PURO, y el desalojo en Tepito es seguir con la misma estrategia de tierra castigo colecivo que los sionistas israelíes disfrutan tanto de realizar. El puñado de criminales que vivía en la Fortaleza no justifica el castigo colectivo, aún si los delincuentes hubieran sido mayoría. Los crímenes de unos cuantos no justifican el pisotear los derechos de inocentes. Eso lo hace el Gobierno americano bajo el ignorante salvaje de George Bush, de Ebrard se espera mucho más, no sólo por obtener el puesto de manos de un partido de izquierda, si no por ser Ebrard un hombre más educado e inteligente que Bush, pero la acción de su gobierno en la Fortaleza no lo demuestra.
Y los panistas rateros que se robaron el Sendero de Fecal y ahora siguen molestando con su antiobradorista Sendero del Mesías, a ver si así como criticaron a López Obrador por los actos de Ebrard, critican a Fecal por los actos de Petersen Farah - y eso que este último es de los más educados e inteligentes ediles panistas, ¿cómo estarán de jodidos los demás?
La nota de Rubén Martín:
DESALOJO ARBITRARIO DE CARPINTEROS PURÉPECHAS
- Son 30 familias de la comunidad de Capácuaro, Michoacán
- Tenían 32 años en el lugar y a su alrededor nació una zona mueblera
Nos quedamos sin trabajo y vivienda, nos quedamos sin nada”. Sin nada.
Así se sentían ayer más de 30 familias de indígenas purépechas que desde hace 32 años se ganaban la vida produciendo y vendiendo muebles en la acera sur del cementerio municipal San Andrés, en la calle Esteban Alatorre del sector Libertad.
Sin aviso de por medio, el viernes a las 15:00 horas unos 120 policías e inspectores de Guadalajara llegaron y empezaron a apoderarse de la mercancía que producían las familias indígenas, sus herramientas, y su mobiliario. Se llevaron incluso ropa, pertenencias y útiles de los hijos de los carpinteros, pues ahí mismo vivían y enviaban a sus niños a la escuela. Las 30 familias purépechas componen una población de unas 130 personas, entre adultos y niños.
Uno de los afectados, Samuel Eusebio Ángel, de 42 años, contó que no les dieron una explicación, excepto que les regresarían la mercancía el lunes en las oficinas municipales de la calle Ghilardi. Pero los afectados sienten que perderán sus propiedades, pues no a todos les dieron un folio donde se consignara la cantidad y tipo de pertenencias que se llevaron los policías e inspectores municipales.
La medida del gobierno tapatío que encabeza Alfonso Petersen Farah, fue tan sorpresiva y arbitraria, que levantó no sólo la molestia de los directamente afectados, sino también de los vecinos de la zona, muebleros establecidos de la calle Esteban Alatorre e incluso de algunos policías que ayer fueron enviados a vigilar el lugar. “No te puedo decir nada, pero la verdad es que es una situación arbitraria”, comentó un policía pidiendo no mencionar su nombre, mientras compraba un refresco. Parecía sinceramente apenado.
Durante el desalojo hubo personas golpeadas. A Cristóbal Morales Eusebio, de 52 años, lo patearon, y a su hijo le pusieron una pistola en el cuello por protestar.
El desalojo de las mercancías, toldos y puestos de madera que los carpinteros purépechas levantaron generó tal molestia que durante la noche del viernes instalaron una especie de barricada en el cruce de Esteban Alatorre y la calle Felipe Ángeles, con un tronco al que prendieron fuego. Ahí estuvieron casi cuatro horas hasta que llegaron unos 60 policías antimotines del estado quienes advirtieron que si no levantaban la protesta, habría represión. A las 0:30 am del sábado despejaron la calle. Samuel Eusebio recordó las palabras del jefe policíaco: “Se van a quitar o lo hago a mi manera”.
En ese tiempo recibieron el apoyo incondicional de los vecinos, quienes los acompañaron, les llevaron comida y ofrecieron hospedaje provisional. Pero los indígenas se quedaron a dormir en el mismo lugar. Y ayer intentaban organizarse para recuperar sus mercancías y exigir al gobierno de Alfonso Petersen que les permita reinstalarse en el mismo lugar.
Había rabia y molestia en los círculos formados por los carpinteros purépechas, reunidos en la banqueta ahora despejada, el mismo lugar que durante 32 años les sirvió de espacio de trabajo y vivienda. Gustavo González, de 36 años, se quejaba del trato. “Nos desalojaron a la familia, ahorita los niños están llorando”, relató.
Las familias purépechas llegaron ahí hace 30 años provenientes de la comunidad Capácuaro, del municipio de Uruapan, Michoacán. La pared del panteón municipal les sirvió de respaldo para recrear su comunidad y levantar sus talleres-vivienda de producción de muebles. Tuvieron éxito no sólo para mantenerse sino para crear alrededor una zona mueblera que abastece a bajos precios las colonias aledañas y de otros puntos de la ciudad.
Eso explica la irritación de los vecinos y de los muebleros establecidos ante el desalojo. “A mí se me hace una injusticia, me da mucha tristeza porque son familias que tienen que sostener a sus hijos, y trabajan honradamente”, dijo Teresa Lilia Rábago, vecina del lugar. Mario Gallo, propietario de una mueblería frente a los talleres de los purépechas también criticó la intervención policiaca. “La verdad que esto es una arbitrariedad por parte del gobierno, ya que no les da modo de buscar sus alimentos”, dijo. Los desalojados anunciaron que el lunes acudirán a las 10:00 am a Palacio Municipal para exigir el regreso de sus pertenencias y la reinstalación en sus talleres-vivienda.
Reacciones
Gustavo González
Desalojado
Queremos que nos entreguen la mercancía como se la llevaron, porque es un robo lo que hicieron ellos. Eso es lo principal que pedimos, y que nos entreguen los lugares para trabajar, porque estamos trabajando, no estamos haciendo baquetonadas. No queremos que nos lleven con alguna otra persona que no valga la pena estar platicando. Sino directamente con el que nos haga la balona de ayudarnos. No queremos que nos manden con fulano y fulano, porque no tenemos muchas posibilidades de andar haciendo esas cosas. Lo que queremos es ir directamente con el que debería de hacer. Uno no conoce, porque uno no está acostumbrado a esas cosas.
Teresa Lilia Rábago
Vecina
Venimos a apoyarlos, estamos de parte de ellos porque trabajan honradamente, no perjudican a nadie. ¿Qué es lo que quiere el gobierno? ¿Qué roben? ¿Qué maten? Van a decir que a lo mejor son frases hechas que todo mundo las dice, pero es la verdad. Ellos trabajan bien, tienen a sus hijos en la escuela, en la doctrina. Que piensen en los niños, que se pongan en el lugar de ellos. Aquí es su lugar de trabajo, de vida de ellos, tienen años y a nosotros nos ayudan porque es mucho más barato y bien hecho. Y pido a las autoridades que les ayuden […] que se toquen el corazón para que los ayuden. Que pienses en los niños.
La misma crítica de la Señora Teresa va también para Ebrard y los proponentes PANISTAS de las expropiaciones en Tepito. Mientras los salarios mínimos sean tan ridículos que para comprar un DVD o un CD sea necesario trabajar 3 o 5 días para conseguirlos, habrá piratería, y también mientras los productores de DVD's y CD's sigan con la absurda política de hacerlos menos funcionales que el producto pirata. Si bien la actividad de la piratería es ilegal, la gente que vive de ella está haciendo su mejor esfuerzo por ganarse la vida honestamente. Del contrabando y el narcotráfico es otra cosa, pero no puede esperarse que en un ambiente en el que los trabajos formales son pocos y mal pagados, y la impunidad está garantizada, la gente no termine dedicándose a actividades ilícitas.
El desalojo de los artesanos indígenas en Guadalajara es RACISMO PURO, y el desalojo en Tepito es seguir con la misma estrategia de tierra castigo colecivo que los sionistas israelíes disfrutan tanto de realizar. El puñado de criminales que vivía en la Fortaleza no justifica el castigo colectivo, aún si los delincuentes hubieran sido mayoría. Los crímenes de unos cuantos no justifican el pisotear los derechos de inocentes. Eso lo hace el Gobierno americano bajo el ignorante salvaje de George Bush, de Ebrard se espera mucho más, no sólo por obtener el puesto de manos de un partido de izquierda, si no por ser Ebrard un hombre más educado e inteligente que Bush, pero la acción de su gobierno en la Fortaleza no lo demuestra.
Y los panistas rateros que se robaron el Sendero de Fecal y ahora siguen molestando con su antiobradorista Sendero del Mesías, a ver si así como criticaron a López Obrador por los actos de Ebrard, critican a Fecal por los actos de Petersen Farah - y eso que este último es de los más educados e inteligentes ediles panistas, ¿cómo estarán de jodidos los demás?
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