EL ESPURIO Y LOS MILICOS.

Militarización

lunes, 12 de febrero de 2007

Cerca de dos mil elementos militares y policiacos fueron enviados a diversos puntos fronterizos del país, especialmente el que se localiza en Matamoros, Tamaulipas. Elementos policiacos federales intentarán evitar que se introduzcan a territorio nacional armas de grueso calibre que tiene como destino final los cárteles del narcotráfico. Defensa Nacional, Seguridad Pública Federal y la Procuraduría General de la República envían cientos de elementos militares y policiacos a diversos puntos de la Frontera Norte del país / En el Sur actúan como filtro de Estados Unidos MEXICO, D.F., 11 de febrero (LA JORNADA).- Las secretarías de la Defensa Nacional (SEDENA), de Seguridad Pública (SSP) federal y la Procuraduría General de la República (PGR) enviaron este fin de semana a cerca de dos mil elementos militares y policiacos a diversos puntos fronterizos del país, especialmente el que se localiza en Matamoros, Tamaulipas, para evitar que se introduzcan a territorio nacional armas de grueso calibre que tiene como destino final los cárteles del narcotráfico, informaron fuentes gubernamentales. A decir de los funcionarios consultados, el gabinete de seguridad de Felipe Calderón optó por tomar esta medida con carácter de "urgente", luego de que este fin de semana fue encontrado un arsenal y vehículos blindados que presuntamente fueron adquiridos para reforzar algún cártel de la droga en el país. De acuerdo con reportes oficiales de la SEDENA, elementos del Ejército interceptaron una garita de Matamoros, un camión que contenía un arsenal de 35 armas largas y cortas, 19 granadas y más de ocho mil cartuchos, entre ellos algunos calibre 5.7 x 28, de alta potencialidad. Se trata del aseguramiento de armas más grande y con mayor potencia de los últimos seis años, según datos de la PGR. El conductor de la unidad, identificado como Raúl Salinas Fuentes, fue capturado y trasladado a las instalaciones de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). Información de la PGR indica que el camión, proveniente de Estados Unidos, ya había pasado la revisión de aduanas, y en el kilómetro 57, en el tramo Valle Hermoso-Ciudad Victoria, Matamoros, personal militar lo detuvo para otra revisión y ahí se descubrió el cargamento. El aseguramiento del arsenal ocurrió en la región del norte del país considerada por las autoridades federales como el corredor de cártel del Golfo, por el cual pasan cotidianamente buena parte de los cargamentos de droga que esa organización delictiva envía a Estados Unidos. De a cuerdo con funcionarios de la PGR, el Ministerio Público Federal adscrito a la SIEDO continúa con el interrogatorio en contra de Raúl Salinas Fuentes. La principal línea de investigación de las autoridades investigadoras conducen al supuesto de que las armas y los autos blindados fueron comprados en el "mercado negro" por el cártel del Golfo para reforzar a su grupo de sicarios conocidos como Los Zetas, en lo que se considera la respuesta de los grupos delictivos a los operativos militares y policiacos efectuados en el país para combatir al narcotráfico. Además, la redada policíaca contra indocumentados centroamericanos la noche del viernes en el municipio de Arriaga, Chiapas, podría advertirse como una posición del gobierno mexicano, de convertir nuestro país en un filtro de migrantes centroamericanos para poder negociar con Estados Unidos mejores condiciones para nuestros connacionales en la frontera norte, aseguró Federico Besserer, investigador de asuntos migratorios de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Por otro lado, el especialista opinó que militarizando la frontera sur, el estado mexicano quiere dar un mensaje mediático de rudeza, paralelo al discurso estadounidense, transformando el flujo de migrantes es un problema de seguridad nacional que hay que atender con grandes movilizaciones de las fuerzas públicas, cuando los problemas de seguridad nacional en México son otros. “Me parece muy grave que el gobierno mexicano esté enviando un discurso de endurecimiento del papel del Estado para mantener la legalidad, aún rebasando los derechos individuales de las personas. Quiere transmitir la idea de que los migrantes son una amenaza, cuando muchos de ellos no se quedan en territorio nacional, sino que continúan hasta Estados Unidos. Y los que se quedan estacionadamente en México, regresan luego a Guatemala o a su país de origen”. En este sentido, el investigador interpretó que México está jugando una política de “doble moral”: por un lado está exigiendo el respeto a los derechos humanos en la frontera norte, pero los viola en la frontera sur y ese quebrantamiento, señaló, comienza en territorio nacional entre paisanos.