Nos avisan de otro amigo del TRAIDOR A LA DEMOCRACIA en problemas, pobrecito RATERO:
Nota desde Juaritos Chihuahua
Otra área importante en la que no se ven trazas de ratificación es en la Aduana Fronteriza, ya que su actual titular, Rodolfo Torres Herrera, estaba demasiado identificado con la familia política del ex presidente Fox y, además, dicen que trae una bronca muy gruesa con la desaparición de un dinero decomisado en el puente Zaragoza hace unos meses. Afirman que lo presentado oficialmente, un millón y medio de dólares, es sólo parte del total confiscado y hay quien está reclamando el resto, y es alguien de cuidado.NOTA:Torres es uno de los amigos de Gil Díaz que permite que pase todo el contrabando que INUNDA CIUDAD JUÁREZ, ¿a cambio de nada? e insistentemente mencionado como el colaborador de los Bribiesca en los contrabandos de mercancías chinos que inundan el centro de la ciudad de Chihuahua y anexas, ¿Hasta cuando los entenados Bribiesca tendrán la manga ancha en México? A si, perdón, hasta que el PELELE impuesto detente el encargo de cuidarle las espaldas a su "facilitador" el ALTO VACIÓ , FOX.
De hecho, dicen que Torres Herrera lo único que pisa de Juárez actualmente es su oficina de la cual sale de manera subrepticia todos los días directamente a la línea para cruzar a El Paso, donde reside desde que tiene ese problema.
ESCRIBE VALERO FLORES:
nota original:
De salarios y cenas navideñas
24 de Diciembre del 2006
Actualizado: 3:30:23 AM hora de Cd. Juárez
Luis Javier Valero FloresINGLATERRA Y JUARITOS, LOS ASESINATOS DE MUJERES:
Chihuahua— Cuando en la noche de hoy la mayoría de las familias se reúnan para cenar juntas y celebrar —así sean practicantes de la religión católica o no, o en el extremo, sean creyentes o no— la navidad (para muchos, cientos de miles, es oportunidad para regresar, así sea unas horas, unos días, al lado de los suyos y al terruño añorado, especialmente para quienes decidieron salir del país a “buscar la vida”) la cena será más para unos que para otros y, sobre todo, mucho menos para millones de asalariados y sus familias.
El reciente incremento al salario mínimo aprobado por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM) es muestra palpable del avanzado estado de insensibilidad social de la élite política y económica del país. Elevarlo en una cantidad que no llega a dos pesos diarios es, además de una torpeza, casi hasta un insulto para millones de mexicanos. Y sólo gracias a la extremada nobleza de todos éstos es que las cosas, desde el punto de vista social, no se han extremado.
Sí, porque de esa admirable cualidad, de cuya existencia tenemos múltiples evidencias, dos de ellas más que evidentes: El incremento anual de las remesas de dólares enviadas por nuestros paisanos a sus familiares y el largo “trineo” de vehículos procedentes del norte que año con año abarrotan las carreteras del país, repleto de paisanos —y regalos— que regresan a pasar unos días, y sus respectivas fiestas, con los suyos, a los que les traen infinidad de artículos, en una muestra más de la inmensa solidaridad y apego a sus terruños y familiares, que poseen la abrumadora mayoría de quienes emigraron al norte.
No tienen razón los dirigentes empresariales cuando arguyen que el salario mínimo es sólo “un referente” económico para contratos y multas. De ninguna manera.
En el “Estado Grande”, el 66% de los asalariados ganan de menos de un salario a tres salarios mínimos mensualizados. De ellos, 327 mil trabajadores chihuahuenses ganan entre uno y dos salarios mínimos. Es decir, dejó de ser “un referente” para convertirse en terca realidad de nuestra entidad, de ahí el tremendo impacto social que genera el raquítico incremento salarial.
Así, de los poco más de 957 mil asalariados, 632 mil trabajadores obtenían, hasta antes del último incremento, máximo, 3 mil 900 pesos, iguales a 371 dólares al mes. No es lo único alarmante, aproximadamente 64 mil 423 chihuahuenses no ganan ni siquiera un salario mínimo.
Con base en datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el portal Omnia ubicó en 64 mil 423 a los trabajadores chihuahuenses con ingresos menores a un salario mínimo; 327 mil entre uno y dos salarios mínimos; a 241 mil personas con más de dos y menos de tres; a 208 mil, de tres salarios a cinco; y de más de cinco y hasta diez salarios, 117 mil ciudadanos.
Los dirigentes sindicales, miembros de la CNSM aceptaron el aumento de 3.9% al minisalario; es “un voto de confianza a Calderón”, dijeron, a pesar de que ellos mismos lo calificaron de ridículo. En tanto, el sector empresarial, satisfecho, pregonaba que gracias a esa decisión no habrá inflación en 2007, como si los salarios fueran el factor central de ella y no, como cualquiera puede advertirlo, las utilidades empresariales que aumentan año con año (Quizá no para todas las empresas, ni todos los empresarios, pero sí para los mandones del país)
Y como si foxilandia se hubiera prolongado, el Presidente de la CNSM afirmó que el ajuste “permitirá una recuperación real de los salarios mínimos”, pero tal afirmación es insostenible. Según Francisco Farina, investigador del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS) “uno de cada cuatro trabajadores percibe la remuneración mínima y 30 millones ni siquiera alcanzan esa percepción. Finalmente a nivel macroeconómico se genera riqueza, pero las ganancias sólo son para los empresarios, no hay equidad en la distribución de la riqueza”.
A pesar de las distintas versiones y estudios acerca de la caída real del salario mínimo —la Universidad Obrera de México dio a conocer, apenas el viernes, un estudio mediante el cual demuestra que en 12 años la caída del salario mínimo es superior al 500% y que, para recuperar el valor adquisitivo de entonces (1994), el incremento debió ser por lo menos del 340%—. El Presidente de la CNSM afirmó que con los incrementos de los años recientes “se ha logrado detener la caída de los salarios mínimos, lo que no se pudo hacer en los anteriores 30 años”.
¿En qué mundo viven los funcionarios federales? Tan sólo en el sexenio de Fox el aumento al salario mínimo fue de $1.99 pesos cada año pues se elevó, en promedio, sólo 5% anual, lo que en términos reales significa que pasó de 35.23 pesos a 50.57 pesos. Más aún, según la misma CNSM el poder adquisitivo del salario bajó 22% en el sexenio recién terminado.
Tales cifras, y la realidad, son un absoluto mentís a las extraordinariamente optimistas declaraciones oficiales. Como todo mundo lo puede constatar —y sufrir— en los últimos días se han encarecido las tortillas, la gasolina, el diesel, el arroz, el frijol y otros productos básicos.
Además, según un estudio efectuado por el reportero Ramón Salcido, (El Diario-Juárez 23/XII/06) para adquirir los artículos que conforman la canasta básica se necesitarían “al menos 575.24 pesos a la semana, es decir, 221.25 más que la retribución laboral base”, producto del aumento al salario, acordado la semana pasada por la CNSM, que en el caso de Juárez será de 1.89 pesos diarios.
Para replicar a las críticas sobre lo magro del incremento, diversas fuentes empresariales arguyen que ya a nadie se le paga ese monto y que sólo “es un factor de conversión para calcular multas y otro tipo de pagos”, como lo afirmó en el mismo artículo, Luis Xavier Mitre, director de Mitre y Asociados.
Pero no hay problema, para los empresarios aglutinados en la Coparmex, la actitud de “los sectores” involucrados en la negociación del aumento fue “responsable”. El organismo empresarial se ufanó de que determinaron, los sectores empresarial y obrero, continuar “revisando los salarios contractuales en la más amplia libertad de las partes” como si esto fuera parte de los acuerdos y no, como lo es, una facultad y un derecho que tienen las organizaciones sindicales e insisten en que el salario mínimo se tome en cuenta como “una referencia”.
Pues bendita referencia, Benito Bahena, dirigente sindical de la UNT, afirmó que la percepción mínima de México es de las menos competitivas del mundo. En Alemania es 21.11 veces mayor, en Japón 15.67 y en Estados Unidos 11.39. Y todavía quieren andar construyendo bardas sobre las bardas para impedir la llegada de más mexicanos, y en general, americanos del sur a los Estados Unidos. No importa eso, que al final de cuentas, como dijo el “presidente del empleo”, nos las saltaremos todas.
Pero no son las únicas desgracias para los trabajadores. A pesar de todos los insistentes discursos empresariales, del panismo y de no pocos priistas, acerca de la reforma fiscal necesaria para el país, resulta que los trabajadores aportaron el 51% de la recaudación del Impuesto sobre la Renta (ISR) entre 2001 y marzo del 2006, según la nota de Juan Antonio Zúñiga, (La Jornada, 29/VI/2006), en tanto, las empresas aportaron 38 por ciento, de acuerdo con datos proporcionados por la Secretaría de Hacienda.
En ese lapso, el del gobierno del “cambio”, las empresas contribuyeron con 658 mil 988 millones de pesos mientras que los trabajadores asalariados aportaron 881 mil 825 millones.
Es decir, quienes perciben menores ingresos, finalmente son quienes llevan la peor parte de la recaudación fiscal y están absolutamente indefensos ante la voracidad hacendaria —por supuesto que tal voracidad nomás se encamina a una parte de los causantes— pues no tienen a la mano las mil y un argucias de muchos empresarios para evadir el pago de impuestos.
La inequidad de la tributación hacendaria existente en el país se puede demostrar con un ejemplo, que de ninguna manera es excepción, todo lo contrario, el de la empresa Hildebrando, propiedad de Diego H. Zavala, el “cuñado incómodo”: Según información proporcionada por la Secretaría de Hacienda, este negocio realizó deducciones para determinar el pago del ISR equivalentes a 79% de los ingresos obtenidos en el ejercicio 2002, al año siguiente fueron del 77% y en 2004 se elevaron a 94.9. ¡Y eso que todavía no llegaba su cuñado al poder!
Pero si los incrementos a los minisalarios fueron de esa magnitud, los experimentados por los funcionarios públicos de todas las instancias y todos los niveles de gobierno, son de una categoría diferente y no guardan entre sí correlación alguna, mucho menos con la demagógica medida decretada por Felipe Calderón de disminuirse el 10% de su salario y la de los funcionarios de primer nivel de la administración federal.
Con acciones como esa los únicos ganones —otra vez, qué raro— son los dueños del duopolio televisivo. Si hacemos cuentas, saldrá más cara la abrumadora campaña publicitaria desplegada por el gobierno federal en radio y tv para anunciar tal medida, que la disminución salarial del panista es, solamente, una pretensión mediática.
Por todo lo anterior, salvo las naturales reuniones familiares, poco tienen para celebrar los millones de asalariados —sobre todo los de tres salarios mínimos hacia abajo, que son la mayoría— pues las previsiones económicas y políticas para el próximo año no se presentan halagüeñas. Será, en el mejor de los casos, más de lo mismo. Por lo menos así se avizora al revisar los resultados finales de discusiones en la Cámara de Diputados en lo referente al presupuesto federal.
Hay, cómo no, algunas cosas benéficas como lo del subsidio a los senectos de las áreas rurales, mayores de los 70 años (con la irracional oposición del PAN) pero en lo general no se ve como se pueda revertir la tendencia nacional de los últimos años, en el país, del decrecimiento del empleo y el poder adquisitivo del salario.
Vistas así las cosas ¿De qué se ríen nuestros queridos diputados federales?
Será por las numerosas y cuantiosas prebendas de que disfrutan, muy superiores a las del resto de sus colegas en la mayor parte del mundo. Por ello merece un reconocimiento especial el ex ministro Adolfo Aragón, quien, al dejar su cargo en el Consejo de la Judicatura Federal, renunció a su jubilación por un monto de 10 millones de pesos.
Pasada la oportunidad de ubicar a mejores ciudadanos en los más altos cargos de la función pública preparémonos a recibir el nuevo año y a desear que sea mejor, mucho mejor que el actual. Que, como siempre, logremos la cristalización de nuestros sueños y aspiraciones personales, pero, sobre todo, que alcancemos los sueños colectivos; concretar éstos equivale a menores sufrimientos de mucha gente, a menos migrantes, a menos paisanos, a menos miseria, a menos demagogia, a mucho mejor país.
Ojalá así sea.
PD.- Por el tono y ritmo del anterior párrafo se podrán dar cuenta que este escribiente desaparecerá de las páginas de El Diario durante algunos días. Nos vemos —nos leeremos— en enero.
¡Lo mejor para todos!
La hipotesis de la ‘fratria’
24 de Diciembre del 2006
Actualizado: 3:30:22 AM hora de Cd. Juárez
Marta Lamas
Proceso
NOTA ORIGINAL:
Distrito Federal— En las últimas semanas la prensa internacional ha seguido con detalle los movimientos de las autoridades inglesas ante los cinco asesinatos de mujeres en Ipswich. Cinco trabajadoras sexuales aparecen muertas, probablemente a manos de un asesino serial. El Reino Unido entero entra en conmoción. ¡Cinco muertas! Mientras capturan al asesino, las autoridades han pedido que las mujeres no circulen de noche. Para ello, inauguran una inédita política pública: dar a las trabajadoras sexuales el dinero y la droga que conseguirían en la calle para que no salgan de sus casas.
Es impresionante el interés y el cuidado con el que se ha manejado el caso. No obstante, en la prensa inglesa algunos editorialistas criticaron el hecho de que se haya hablado de la muerte de “cinco prostitutas”, en vez de simplemente decir de “cinco mujeres”. Pero nadie ha declarado que “ellas se lo buscaron” ni se ha moralizado sobre los riesgos del trabajo sexual. El fenómeno está claro: hay un psicópata, y la responsabilidad del gobierno es encontrarlo antes de que mate a más víctimas.
Cuando en Ciudad Juárez los asesinatos de mujeres empezaron a cobrar notoriedad, hubo autoridades que, para quitarle importancia al asunto, declararon que eran prostitutas. ¡Qué curioso! Parecía que pensaban que, al estigmatizarlas así, disminuía su responsabilidad. Los asesinatos fueron aumentando de año en año, ante la indiferencia de las autoridades judiciales, policiacas y políticas de Chihuahua. Sólo cuando el escándalo internacional fue imparable se empezaron a preocupar, más por la reputación de Ciudad Juárez que por las propias mujeres. Obreras, pobres, desconocidas, ellas no importaban.
Los asesinatos que cometen hombres contra mujeres se encasillan bajo la etiqueta de feminicidios. Como los feminicidios en Juárez ya suman más de 400, hay en la Cámara de Diputados una comisión para investigarlos. Pero los ocurridos en Ipswich y en Ciudad Juárez son crímenes totalmente diferentes.
En Inglaterra un psicópata asesina trabajadoras sexuales. La transacción entre clientes y trabajadoras ha sido estudiada. Si bien la tensión entre las mujeres y los clientes conjuga pulsiones, que se resuelven en la gran mayoría de los casos en el acto sexual mismo, hay ocasiones en que algunos hombres actúan con un odio irracional. La fortaleza del vínculo en la relación cliente/trabajadora radica precisamente en un intercambio que tranquiliza a las dos partes: la mujer dice cuánto y el hombre paga. Pero lo que aparenta ser una mera transacción financiera encubre las emociones de los dos; el proceso psíquico en funcionamiento afecta a ambos, y tras las fantasías se cuela la brutalidad. El trabajo clínico con este tipo de asesinos ha confirmado una premisa freudiana: La figura de la madre está como fantasma tras la elección del objeto erótico. Así, desde una perspectiva psicoanalítica, la “puta” se constituye, para muchos hombres, en una figura sustitutiva y denigrada de la madre. Y en los casos clínicos estudiados se comprueba que los hombres reaccionan desde experiencias infantiles negativas, que les desatan deseos de denigrar, de agredir y, en casos extremos, de matar a esa figura cargada de simbolismo.
Pero mientras que en Ipswich un hombre se siente violentado ante la carnalidad de una mujer, y actúa sus sentimientos inconscientes, en México existe un círculo de repetición de crímenes espantosos, caracterizado por una impresionante impunidad. ¿Qué es lo que verdaderamente ocurre en Juárez? Se ha hablado de una cacería de mujeres, de actos snuff, de odio misógino. Una antropóloga argentina, Rita Laura Segato, ofrece una hipótesis más compleja.
Ella propone dejar de pensar los feminicidios de Juárez como crímenes en donde el odio hacia la víctima es lo predominante y, en lugar de ello, los plantea como una forma de interlocución entre miembros de una fratria. Sin negar que la misoginia está presente en el ambiente donde los crímenes tienen lugar, la antropóloga plantea que la víctima es el desecho de un proceso donde esos asesinatos son las exigencias extremas para pertenecer a una siniestra hermandad. Para ella ahí radica el enigma de Ciudad Juárez: “quienes dominan la escena son los hombres y no la víctima, cuyo papel es ser consumida para satisfacer la demanda del grupo de pares”.
La doctora Segato introduce un matiz interpretativo crucial: Los asesinatos son los productores y reproductores de la impunidad, y no la consecuencia de la impunidad. Se trata, supone ella, de sellar, con la complicidad colectiva en las horrendas ejecuciones, un pacto de silencio, capaz de garantizar la lealtad inviolable a una cofradía mafiosa. Ella llama a estos asesinatos “crímenes de corporación” o de “segundo Estado”, definiendo por corporación al grupo o red que administra los recursos, derechos y deberes propios de un Estado paralelo, establecido firmemente en la región. O sea, la mafia de los poderes fácticos.
La distancia entre Juárez e Ipswich es la misma que hay entre un psicópata aislado y un grupo mafioso. Ambos son expresiones del régimen patriarcal que vivimos, pero ningún crimen realizado por psicópatas solos se prolonga tantos años. Cuando en la frontera con Estados Unidos, una zona hipervigilada y patrullada, durante más de 13 años la justicia cae en un estado incompetencia absoluta, entonces lo que dice Rita Laura Segato suena verosímil: se trata de un pacto entre hombres, que así afirman su dominio sobre un territorio, mientras hacen valer su virilidad aplastando las vidas de mujeres.
NOTA:Barrio inauguro la serie de insultos contra "las que usan pantalones y minifaldas" ese misógino ladrón, que salio millonario de su gobernatura, y que luego pretendió cazar "peces gordos" pasara a la historia como el mas terrible protector de mafias en Chihuahua, cuando ocurrieron la mayoría de los crímenes.
REYES HEROLES Y EL MITOTE DE LA CORRUPCIÓN CENTAVERA, que tanto les gusta a los derechozos exaltar, por cierto al mentiroso de la telera, Martínez Cazares, pobre embustero que jamas ha pedido disculpas por sus farsas y sinvergüenzadas mediáticas, es asesorado por un amante de la "transparencia light para Wannabes"
Viejos caprichos en nuevas botellas
24 de Diciembre del 2006
Actualizado: 3:30:22 AM hora de Cd. Juárez
Irma Eréndira Sandoval
Proceso
Distrito federal— Tiene razón Federico Reyes-Heroles cuando caracteriza la alternancia como la mera “sustitución de camarillas en el poder” (¿Caprichos o resultados?, Reforma, 12/XII/2006). Yerra sin embargo cuando afirma que ese llano reemplazo “inhibe la corrupción”. Los datos más recientes, arrojados por el Barómetro Global de la Corrupción de Transparencia Internacional, señalan que casi la mitad de los mexicanos (43%) no cree que las estrategias oficiales de lucha contra la corrupción estén siendo efectivas. Para ellos no se trata de un problema de poca eficacia, sino de abierto auspicio y fomento de la corrupción por parte del gobierno y las propias autoridades encargadas de su combate frontal. De la misma forma, México ha alcanzado niveles preocupantes en cuanto al pago de sobornos y extorsiones. En este año que termina, más de una cuarta parte de los mexicanos (28%) se enfrentó a algún tipo de soborno. La cifra supera por mucho los niveles reflejados en países como Perú, Panamá Venezuela, República Dominicana, Indonesia, Kenia o Sudáfrica, donde la incidencia de este tipo de episodios es claramente menor.
Precisamente por ello resulta inquietante que las medidas que anunció Germán Martínez Cázares como conductoras de su “nueva” estrategia de combate a la corrupción resulten más de lo mismo: viejos caprichos en nuevas botellas. Son propuestas elementales; algunas de ellas, por cierto, surgidas desde la misma sociedad civil y la comunidad de expertos en transparencia, como el asunto de la homologación de la información con objeto de mejorar la fiscalización, o la propuesta de constitucionalizar el derecho a la información y dotar de autonomía plena al IFAI. Las propuestas de fortalecer el servicio profesional de carrera, realizar más auditorías contables y de desempeño, y realizar una campaña de simplificación administrativa, tampoco son innovaciones importantes. Más que medidas novedosas de combate a la corrupción, son deudas históricas que bien harán las autoridades en saldar. Así mismo, la pretensión de revisar los planes y programas de estudio en la SEP continúa anclada en el viejo discurso de la “cultura de la legalidad”, del “portarnos bien, respetar los altos y servir mejor”; en la estrategia minimalista antimordida, que ha arrojado pocos resultados. La educación cívica es importante, pero las causas de la corrupción son principalmente estructurales y requieren de nuevas estrategias que ataquen el problema de raíz.
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