YA SALIO EL PEINE DE LA "PROMOCION DE FECAL1" en el congreso.
Hace priista “promoción” ilegal de Calderón en San Lázaro: PRD
jesusa cervantes
Nota original:
México, D.F., 16 de noviembre (apro).- Diputados del PRD denunciaron “la promoción” ilegal que el priista y presidente de la Comisión de Hacienda, Jorge Estefan, está realizando con legisladores de todos los partidos para que sostengan encuentros con el panista Felipe Calderón y negociar el paquete económico para 2007.
Juan N. Guerra, diputado perredista y también integrante de la Comisión de Hacienda –organismo encargado de negociar el Presupuesto de Egresos de la Federación y la Ley de Ingresos--, reveló que Estefan Chidiac invitó a los 29 legisladores que integran dicha instancia a sostener la mañana del jueves un segundo encuentro con Calderón y Agustín Carstens, seguro relevo del actual titular de la SHCP, Francisco Gil Díaz.
“Estefan Chidiac sin duda ha actuado como empleado de Cartens y Calderón”, acusó el perredista, quien cuestionó que el presidente de una comisión tan importante sostenga encuentros informales con quien ellos consideran próximo presidente ilegítimo de México, y confunda a los legisladores sobre el papel que deben jugar.
A la reunión celebrada en el Club de Industriales asistieron los priistas Chidiac y Jesús Ramírez Estabros; el panista y operador de Calderón en San Lázaro, Manuel Mijangos, y Mariana Arvizu, de Alternativa.
Indignados por los intentos de cooptación para que el PRD sostenga encuentros con integrantes del equipo de transición de Calderón, Juan N. Guerra envió una carta al presidente de la mesa directiva, el panista Jorge Zermeño, a quien pide conmine al presidente de la Comisión de Hacienda deje de jugar ese papel.
Guerra enfatizó la importancia de las atribuciones que tienen las comisiones de la Cámara de Diputados, sobre todo la de Hacienda, y entre ellas “las de control del Ejecutivo”.
Lo grave es que aun antes de que asuma la Presidencia, algunos legisladores sostengan acuerdos de manera informal con Calderón.
“Las comisiones ordinarias no sólo tienen a su cargo las tareas de dictamen legislativo, sino las de información y control evaluatorio”.
Para realizar estas actividades --destaca Juan N. Guerra en la carta que envió tanto a Estefan como al presidente de la mesa directiva-- los diputados deben sostener encuentros con funcionarios públicos, pero todos deben ser en apego al reglamento de la Cámara de Diputados.
“No obstante lo anterior, el diputado Jorge Estefan Chidiac ha convocado a reuniones informales fuera de la Cámara de Diputados, en el marco de comidas o cenas, a los integrantes de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, con ciudadanos que en la actualidad no ostentan un cargo público ni son funcionarios de gobierno. Dichas reuniones, por su naturaleza, son de carácter privado, y sin embargo son convocadas por el diputado Chidiac en su calidad de presidente de la comisión, lo que crea malestar y confusión entra las y los diputados”.
El diputado del PRD acusó al priista de asumir el papel de “facilitador” de los panistas, a fin de que los perredistas escuchen a Calderón pese a que no lo reconocen como presidente electo legítimo.
Otros perredistas ha recibido invitación para que acepten un encuentro con Josefina Vázquez Mota, colaboradora de Calderón, pero hasta el momento no han aceptado.
Contradicciones y mentiras
carlos acosta córdova
NOTA ORIGINAL:
México, D.F., 17 de noviembre (apro).- Más allá del ruido que suscitó el alza en los precios de la leche Liconsa, del diesel y la gasolina Premium, son muchas otras cosas las que sorprenden y preocupan. En realidad, sobre todo en el caso de los combustibles, las alzas son de poca monta. Por supuesto, impactarán a la larga el índice general de precios, pero no puede esperarse que desaten una espiral inflacionaria incontrolable. Eso no es lo relevante.
Importan más la forma y el momento en que se decretaron las alzas, las contradicciones del discurso oficial, el engaño y lo que el hecho anticipa en relación con las maneras en que el próximo gobierno resolverá algunos problemas económicos.
Un paréntesis obligado lo merece el tono en que el vocero presidencial, Rubén Aguilar, se refirió a los aumentos. Primero, fue una barbaridad de su parte decir que dichos aumentos no van a repercutir en la inflación. Por mínimo que sea, el impacto inflacionario será un hecho, pues no todas las empresas –en primer lugar, las del transporte-- tienen capacidad para asumir un aumento en sus costos por la vía de la productividad. La mayoría, tarde que temprano, empezarán a reflejar dicho aumento en sus precios. Luego, la irritante sorna con que minimizó el aumento a la gasolina Premium. “Entiendo que los más pobres no usan gasolina Premium”, respondió, de manera más que peregrina, a la pregunta de un reportero que le inquiría qué le va a decir el gobierno a la gente que gana el salario mínimo, que apenas sobrevive, y que de repente se enfrenta a una escalada de precios.
Sorprende, pues, el tono discriminatorio y ofensivo de un tipo instruido –Aguilar es licenciado en Filosofía, maestro en Sociología y doctor en Ciencias Sociales—y, sobre todo, que en una buena parte de su vida –no ahora, claro-- fue aliado de los más pobres, que fue sacerdote jesuita y que, además, participó abiertamente en movimientos guerrilleros en varias partes de América Latina. No se puede ser tan incongruente en la vida. Pueden ser explicables los bandazos, el trapecismo político, en función de objetivos materialistas; pero la conciencia no puede traicionarse de manera tan impune.
Quisiera creer que fue un lapsus brutus el de Rubén Aguilar, que incluso –por la lógica de sus palabras-- pudo llevarlo a decir “pinches pobres, de qué se quejan”, pero es tal la simbiosis, el contagio, con la mentalidad de Vicente Fox, que al igual que él, como ya va de salida, cree que puede decir cualquier pendejada, como la que dijo, también, en relación al aumento en el precio de la leche de Liconsa.
Pese al aumento de casi 30% --equivalente a un peso más por litro--, Aguilar minimizó: cuál es el problema, la leche de Liconsa sigue siendo “la más barata del mundo”. Otra vez, la misma lógica: Jódanse los más de 5 millones de consumidores de esa leche, que tendrán que pagar ahora ocho pesos por su bolsita de dos litros cada vez que vayan al local de distribución de Liconsa. Y en la renovada mentalidad de Aguilar, otra vez: de qué se quejan estos pobres, si todo les sale regalado.
Fuera de las impertinencias del vocero presidencial, importa destacar los aumentos en los combustibles no, como decía, por el impacto inmediato en los precios, sino por la forma y el momento en que se definen. Primero se vendió la idea en razón de una demanda de tipo ambiental –curiosamente el titular de la Semarnat, José Luis Luege, se mostró sorprendido por la decisión de Hacienda y de Pemex, pues no le avisaron y mucho menos lo consultaron--, pero al poco rato se priorizaron fundamentos económicos: como es cuantiosa la importación de gasolinas con bajo contenido de azufre, y la paraestatal no tiene capacidad para producirlas de manera suficiente para cubrir la demanda, había que allegarse de recursos para hacerle frente a esas importaciones.
Aquí el asunto es de cómo se quiere resolver los problemas económicos. La vía más fácil es trasladarles a los consumidores los costos de muchas insuficiencias e ineficiencias de la paraestatal y del gobierno mismo. El problema de fondo es, en el caso de Pemex, que ya se acabó el tiempo en que la extracción y explotación de crudo era fácil, rápida y relativamente barata. La declinación de pozos y cuencas tan importantes como Cantarell obliga necesariamente a inversiones extraordinarias para aprovechar las reservas probadas en aguas profundas. Y no se tiene el dinero suficiente, lo mismo porque se exprime brutalmente a Pemex que porque el gobierno ha sido incapaz de remontar la raquítica recaudación, de pena ajena frente a países no sólo de la OCDE, a la que México pertenece, sino a otros de similar desempeño.
Si ya Felipe Calderón y su virtual secretario de Hacienda, Agustín Carstens, han dicho que no habrá reforma fiscal en el corto plazo, además de que los precios internacionales del petróleo siguen cayendo, hay razones para pensar que las baterías seguirán enfocándose sobre los consumidores. Entonces, no es difícil pensar que en la agenda del próximo gobierno pueda haber otras sorpresas en materia de precios y tarifas de bienes y servicios públicos.
Obviamente, Calderón no podía empezar su gobierno con un golpe como este, mermada que está su credibilidad y legitimidad. Era preferible que Fox cargara con el costo político de medidas impopulares, mañosamente decididas, al más puro y viejo estilo priista de hacerlas después de las elecciones.
Pero como en este país todo puede pasar, no falta quien piense que precisamente por el poco crédito y aceptación pública con que Calderón asumirá la Presidencia, un golpe espectacular que lo acercaría a la gente sería revertir las alzas que se dieron esta semana y, para corresponder a sus promesas de campaña, hasta anunciaría reducciones en las tarifas eléctricas.
Si fuera el caso, Calderón empezaría aun peor su gobierno, pues no es posible iniciarlo armando todo un circo y tratar como menores de edad a los mexicanos.
Pero no adelantemos vísperas.
Comentarios: cgacosta@proceso.com.mx
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