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domingo, octubre 08, 2006

EL ADIESTRAMIENTO DE UN YUNQUISTA

Nos envían esta nota sobre las confesiones de un yunquista sobre su adiestramiento. Para que vean el tipo de mamarrachadas que se tiene que inventar la ultraderecha fascista para seguir en el poder:

El Yunque en la cima

El Yunque, cancerbero del poder, es el título del libro escrito por Luis del Sagrado Corazón de Jesús Paredes Moctezuma, fundador de DHIAC y expresidente del Frente Universitario Anticomunista (FUA) de Puebla, el primer grupo de choque de esa organización secreta de extrema derecha que, durante medio siglo, ha empleado numerosas fachadas para avanzar políticamente hasta incrustarse en la administración pública y conseguir el control del PAN. En proceso de edición, la obra de quien fue también presidente de la Canaco y, hasta el año pasado, alcalde de Puebla, está dedicada "a los indómitos" de El Yunque –entre los que se incluye él mismo luego de más de tres décadas de militancia— y describe algunos momentos cruciales de "la Organización" en su ascenso por los peldaños del poder. Con autorización del autor, Proceso adelanta algunos fragmentos de ese testimonio

PROCESO

MÉXICO, DF, 7 DE OCTUBRE /A principios de diciembre del 68 fui formalmente iniciado en la Organización. Entonces ya no era invitado a las acciones, sino que estaba sujeto a una disciplina y a una jerarquía a la que había jurado obedecer. Se me indicaba dónde, a qué hora y cómo presentarme. Tenía yo un jefe y estaba integrado a un grupo.

Tenía que asistir a mi junta semanal, a entrenamientos, a pláticas de formación ideológica. Debía leer libros, periódicos y revistas, pasar un reporte de información diario sobre toda actividad sospechosa o bien dar seguimiento a alguna persona o grupo, prospectar y afiliar a nuevos militantes, pagar mis cuotas y periódicamente asistir a cursos o a campamentos de varios días. En éstos se nos impartían diversas materias y se nos adiestraba en el combate.

Esto para mí era apasionante. Estaba yo en mi elemento en el momento preciso en que mi patria lo requería. Daría con mis compañeros y hermanos de lucha la más decidida batalla a los enemigos de Dios y de la Patria.

Muy pronto me destaqué tanto en el terreno de la acción directa como en la oratoria; esto me daba liderazgo, de manera que resultó del todo lógico que fuera yo "jefe de grupo". (…) Mi carrera en la política universitaria había iniciado, y mi ascendiente sobre las jerarquías de la Organización crecía.

Militar en la Organización daba fuerza, sentido y coherencia a mi acción política. Muchas cosas que había leído durante años fueron cuadrando en mis investigaciones, análisis y conjeturas. Era asiduo asistente a cursos y pláticas que se impartían en Puebla, pero dado que mi aspecto no se apegaba a lo señalado por el "estilo orgánico" y dado que mis jefes me decían que para ir debía cortarme el cabello y rasurarme la barba, o que si no, los responsables de la disciplina en el curso me los cortarían, me había abstenido de acudir a los cursos nacionales, que desde luego eran los de mayor nivel. Sin embargo, a fines del año 1970 acudí por primera vez a un curso nacional.



20.- Capacitación y Adiestramiento

Resultó extraordinario. Tanto por el nivel de los conferencistas como por el ambiente que se vivía. Se abordaron, entre otros temas, la eterna lucha entre el bien y el mal; historia de México en sus diversas etapas; historia universal; Masonería; Judaísmo; Marxismo-Leninismo; Doctrina Social Cristiana. En el cuerpo doctrinario se destacaba que era el Judaísmo el eje y motor de una "gran conspiración mundial", que el Pueblo Judío asesinó a Cristo y que desde entonces había hecho cabeza de cuantos movimientos se proponían la destrucción de la cristiandad y el sometimiento de la humanidad a un "gobierno mundial" controlado por el Sionismo. Se explicaba cómo desde los romanos y hasta los tiempos recientes diversos Estados habían tenido que combatirles, y se nos proporcionaba una vasta lista de libros que abordaban pro-fusamente el tema.

A partir de estos fundamentos, que eran expuestos brillantemente, se debatía en pequeños grupos y luego, en sesión plenaria, se pasaba al análisis de la situación mundial y, más a fondo, de la política nacional a partir de un panorama general; luego, a un análisis de los actores, el gobierno y sus satélites, la izquierda y sus tribus, los Tecos, la Iglesia y los grupos confesionales, el Ejército, los grupos empresariales, para después conocer, hasta donde fuera prudente que conociéramos, las estrategias de la Organización.

Se aderezaba con una recia disciplina, deportes casi extremos, sobre todo en artes marciales y ejercicios militares, manejo de armas y un simulacro nocturno del que desde luego no estábamos prevenidos. Se dio la alarma informándonos que habíamos sido descubiertos —todos nos sabíamos en la clandestina lucha contra el sistema—, se nos instruyó para evacuar de inmediato el lugar según los ejercicios de seguridad que habíamos efectuado. Como todo ahí se realizaba por comandos, cada quien asumía su función: unos armados a las posiciones clave, otros a los documentos que no debían caer en manos del enemigo, otros más a auxiliar a los minusválidos, y todos en orden a perderse en el campo en pocos minutos. Poco después se nos dijo que era un simulacro y se nos ordenó regresar. Estábamos sorprendidos por lo que éramos capaces de realizar.

Adicional a lo intelectual y a lo físico, se atendía a lo espiritual. Diario, de madrugada, se celebraba misa, se proporcionaba por parte de un sacerdote dirección espiritual a quien lo solicitara. Por las tardes se rezaba el rosario; el viernes, el vía crucis, y con la parafernalia del Yunque se celebraba una ceremonia de apertura, una intermedia y otra más de clausura en la que se otorgaban reconocimientos con diversos temas. Ese año me otorgaron el "Premio Nacional de Ideología"

El método pedagógico resultaba excepcionalmente eficaz, pues salíamos no sólo capacitados y adiestrados, sino profundamente motivados. No nos cabía la menor duda de que la lucha era algo primordial en nuestra vida y que la reserva y disciplina eran indispensables para el éxito. La jerarquía era fundamental para la lucha organizada. La principal estrategia de la Organización… es la Organización misma, y la Organización para su gobierno interno es jerárquico-consultiva, esto es, hay un jefe que tiene la última palabra, él consulta antes de tomar una decisión, pero una vez que se decide, la disciplina impera. Así retornábamos a las luchas cotidianas.

En 1975 se definiría la sucesión del presidente Echeverría. Había gran inquietud sobre quién era el "tapado" y si mantendría la funesta línea del régimen que transcurría. Conocí y escuché a don Daniel Cosió Villegas el día que destaparon a José López Portillo. Lo llevó a Puebla un inquieto empresario textil a quien conocí y traté desde las luchas universitarias. Él me invitó al evento y, posteriormente, a cenar con ellos. Años más adelante, mi anfitrión sería candidato del PAN a la alcaldía de Puebla y daría otra dimensión a la lucha electoral.



39.- La Organización se hace presente

Los jefes de la Organización decidieron que era imperioso dar una señal de fuerza en ese momento, cuando el poder del presidente declinaba. A mediados de agosto (de 1975) se celebró un gran encuentro al que concurrimos todos los grupos juveniles que manejaba la Organización en todo el país. Yo era en ese momento el presidente del FUA.

El "Pacto de los Remedios", como se le conoció, dado que tuvo lugar en el Parque Nacional de los Remedios, se celebró para efectos mediáticos muy cerca de la capital de la república, por las Torres de Satélite. El lugar fue muy bien elegido: un claro en el bosque a muy razonable distancia de la carretera. Fue un fin de semana.

Nosotros íbamos desde Puebla en un nutrido convoy de autobuses. Al ir llegando al sitio, fuimos viendo una interminable fila de autobuses estacionados a la vera del camino. El espectáculo rebasaba toda previsión, y seguían llegando más contingentes.

Al bajar de los autobuses, cada responsable registraba al grupo a su cargo mientras se le entregaba a cada quien la silla que usaría durante el evento. La caminata sería probablemente de un kilómetro bajando una boscosa ladera. Cuando vimos desde lo alto el campamento quedamos pasmados. Había una inmensa carpa que haría las veces de auditorio, rodeada de cientos de tiendas de campaña montadas con el riguroso orden del campamento militar romano: la estructura organizacional era a base de decuriones y centuriones, o sea que un decurión encabezaba a un grupo de 10 y un centurión comandaba a 10 decuriones. Para que los movimientos se realizaran con agilidad, las centurias y decurias se identificaban, también en la lógica militar romana, por blasones montados sobre pértigas que indicaban el lugar al que debía concurrir cada quien.

Al iniciar el encuentro, el aspecto y la vitalidad del campamento eran impresionantes. Al toque de corneta, todo mundo se formó en torno a un enorme tronco habilitado como asta y se rindieron honores a nuestra bandera. Después, ya en el auditorio, se presentó a los representantes de los grupos que firmarían el "pacto". MURO, FUA, Juventud Nueva, Pumas y muchos grupos más de todo el país. Éramos unos 10 mil asistentes, todos varones.

Los oradores habíamos sido instruidos sobre lo que a cada quien correspondía decir para enviar los mensajes adecuados a los diferentes destinatarios, pero el mensaje central era que había una organización capaz de movilizar a miles de personas en todo el país si fuera necesario luchar. Era el momento de recordarle a la familia revolucionaria que tenía límites que no podía sobrepasar, que una nueva Cristiada seguía siendo posible.

Por la tarde del sábado se llevó al sitio a los reporteros de los diferentes medios nacionales; desde luego, estaban aún más asombrados que nosotros por lo que estaban presenciando. Para ese momento el campamento, presidido por la gran bandera, dejaba ondear multitud de banderas más pequeñas que se mezclaban con los estandartes de las diferentes agrupaciones que asistían y con los blasones del evento. Sintieron el ambiente, la disciplina, la capacidad de movilización; lo que estaba ahí reunido era un ejército que había surgido de la nada.

El efecto mediático fue sensacional. El periódico de derecha El Heraldo de México publicó en su primera plana una enorme e impresionante fotografía del campamento. Habíamos logrado el objetivo. El domingo al mediodía, en un anfiteatro junto al Templo de los Remedios, al lado de una enorme estatua del Arcángel San Miguel, el obispo de Tlalne-pantla celebró una misa para nosotros. Todos regresábamos a nuestras ciudades con el ánimo inflamado y más dispuestos que nunca a luchar por nuestra patria.

El éxito del evento proyectó a la Organización y pudo lograr alianzas con grupos poderosos; se iba teniendo otra dimensión y mucho mayor influencia. Con todo lo bueno que esto era, no dejó de representar un grave peligro para algunos de sus miembros. Nuestro Jefe General sufrió un atentado al que sobrevivió milagrosamente. Después de eso se desterró por unos años. Cuando regresó, fue proditoriamente asesinado un 24 de diciembre. No fue el único asesinato que sufrió la Organización.



45.- DHIAC, ANCIFEM y la conquista del PAN

La Organización requería de nuevos y diferentes instrumentos para la lucha política que, como hemos dicho antes, se salía del histórico contexto religioso y se perfilaba a lo económico y social. Un grupo de profesionistas jóvenes que trabajábamos de manera independiente fuimos los encargados de dar vida a DHIAC (Desarrollo Humano Integral, Asociación Civil). Se optó por ese nombre porque se disponía ya de las actas constitutivas de la asociación desde tiempo atrás y se juzgaba en el momento que eso era importante. A finales de noviembre realizamos el primer congreso nacional de DHIAC en el hotel María Isabel de la Ciudad de México. Fui el orador que representó a Puebla. Al finalizar el evento, los organizadores tuvimos que cooperar para solventar el déficit en las cuentas.

Teníamos un objetivo muy claro: influir a la brevedad posible en las decisiones que se tomaran en el PAN. Paralelamente, penetrarlo para irlo controlando poco a poco. Sería un instrumento fundamental para las batallas que estábamos preparando. Empezaba el año 1983, el de la insurrección electoral por la derecha, era un momento a modo para la Organización (...)

(...) Simultáneamente, se desarrollaba la Ancifem (Asociación Nacional Cívico Femenina) que, centrando su discurso en torno a la familia, fue adquiriendo una sorprendente influencia política al agrupar y orientar a muchas brillantes mujeres de clase media y a las esposas de prominentes empresarios que pronto se proyectaron con una fuerza extraordinaria. Alguna de mis amigas de entonces ha llegado a ser secretaria de Estado en el gobierno del presidente Fox.



Corolario

La Organización debutó ante los actores y analistas políticos con el "Pacto de los Remedios", mostró presencia en todo el país, capacidad de movilización, disciplina, preparación y espíritu de lucha. A partir de este evento se realizaron las primeras alianzas importantes con poderosos grupos de interés y se comenzó a disponer de mayores recursos para la acción. El sistema actuó en consecuencia. Asesinaron a nuestro jefe y a otros compañeros. Esto no era un juego.

Poco a poco se fue atrayendo a los líderes más inquietos de los círculos más influyentes en el país. La influencia creció exponencialmente. Todo lo que se decía de la Organización favorecía la capacidad de negociación y atraía a los más diligentes. El perfil del militante en los organismos empresariales no era el de los más ricos y poderosos, sino el de los más preparados y valientes. En lo empresarial quedó claro que la estrategia de la Organización sería tomar los que ya existían: Coparmex, Concanaco, Canacintra, CCE, etcétera, y que para ello era fundamental potenciar aquello que era su razón de ser… cumplir mediante liderazgos coherentes con el cometido que sus miembros y la comunidad naturalmente le exigían.

Todo lo que se hacía o decía desde estos foros era repercutido por los periodistas orgánicos, que poco a poco se fueron colocando y ascendiendo en diferentes medios. La inteligencia mexicana comenzaba a recibir mensajes coherentes de un emisor sólido. A pesar de la censura, muchos se difundieron y numerosos simpatizantes independientes se sumaron a estas corrientes de opinión. Desde los cuerpos intermedios se estaba gestando el poder para llegar al Poder.

Mientras que en lo político era evidente que se requería de organismos a modo para influir en el corto plazo y desde ahí penetrar paulatinamente al Partido Acción Nacional, se fundaron DHIAC y Ancifem. A través de éstos nos relacionamos con otros movimientos a nivel internacional y tuvimos in-terlocución con otros actores locales y nacionales. Fueron instrumentos fundamentales para lograr la candidatura a la Presidencia de la República para Maquío. Fue el paso decisivo para que miembros de la Organización fueran accediendo al Comité Ejecutivo Nacional y otros órganos directivos del partido…


Este tipo de mamarrachos son los que tienen el control del PAN. Ahí nomás para que se den cuenta del tipo de auténticas MAMADAS QUEDAS que implica bajarse los calzones para estar en la ultra derecha mocha y fascista. Los fascíficos, pues.

Una razón más para apoyar al peje en el 2006.

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