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domingo, octubre 08, 2006

DE LAS RATERÍAS DE LOS FOX

Salen estas dos notas sobre las raterías de los Fox. Como podrán ver, para lo único que querían el poder era para robar:

Primero, esta nota en la que Lino Korrodi balconea durísimo las cochinadas que hicieron con los amigos de Fox:

Más dinero al bolsillo foxista

• Si el PAN sigue en el poder, es por el trabajo que inició con los Amigos de Fox, a quienes el presidente, en un cambio de personalidad, decidió tomar como chivos expiatorios después de que tanto le ayudaron, dice Lino Korrodi. Revela que él mismo consiguió que algunos de esos empresarios aportaran confidencialmente otros 60 millones de pesos para financiar al equipo de transición, que fueron a parar también al fideicomiso privado donde el gobierno de Ernesto Zedillo depositó, discrecionalmente, más de 24 millones de pesos. Ni el propio Korrodi puede detallar cuál fue el destino final de esa mezcla de recursos públicos y privados, pero calcula que sobraron unos 30 millones

DANIEL LIZÁRRAGA/ PROCESO

MÉXICO, DF, 7 DE OCTUBRE/ La historia financiera de los Amigos de Fox no concluyó cuando el guanajuatense fue declarado ganador de la elección en el año 2000, ya que un grupo de empresarios, que lo veían entonces como la esperanza del cambio, aportaron, con su identidad bajo resguardo, por lo menos otros 60 millones de pesos para que trabajara el equipo de transición.

Lino Korrodi –uno de los creadores de ese sistema de financiamiento— acepta por vez primera, en entrevista con Proceso, que fue él quien los convenció de hacer depósitos en una cuenta bancaria de Inbursa a nombre de Vicente Fox.

"La verdad es que hubo movimientos muy raros, muy extraños en esa cuenta. Me consta la entrada de una parte del dinero —yo lo conseguí—, pero no tengo mucha información y albergo dudas de cómo salía. Quizá pueda haber algo que investigar", admite Korrodi en sus oficinas, las mismas donde Vicente Fox le había pedido conseguir más recursos para las tareas de transición.

De acuerdo con información oficial recopilada por este reportero durante casi dos años y que ahora Korrodi confirma, se trata del mismo fideicomiso privado en el que el gobierno de Ernesto Zedillo depositó, discrecionalmente, 24 millones 150 mil pesos provenientes de recursos públicos y cuyo destino permanece en el misterio, pues tanto la residencia oficial de Los Pinos como las secretarías de Hacienda y de la Función Pública se han negado a rendir cuentas, pese a que existe al respecto un ordenamiento del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (Proceso 1561).

Ante esta cerrazón oficial, el reportero buscó a Korrodi, quien fue uno de los principales operadores financieros de los Amigos de Fox y del equipo de transición en el año 2000.

"Lo que sí puedo decir, confirmar, es que de esa cuenta se pagaron sueldos y gastos, aunque algunas personas abusaron al meter en la nómina a gente balín y a sus amigos. Sinceramente, hubo mucho dinero que se gastó en superficialidades. Nunca se ejerció un control adecuado en ese fideicomiso. Quizá por eso la negativa a transparentar las cosas", señala Korrodi.

En los documentos oficiales en poder de este semanario consta que, además de los recursos privados transferidos al fideicomiso, la Secretaría de Hacienda contrató por separado a 316 personas como si fueran sus empleados pero que, en realidad, laboraron para el equipo de transición foxista, con un costo para el erario de 45 millones 264 mil pesos (Proceso 1501 y 1504).

Con el testimonio del Lino Korrodi, el dinero público y privado que manejó Vicente Fox en esa etapa pudo llegar a los 129 millones 414 mil pesos, tan sólo para operar el equipo de transición en tres meses.

Las triangulaciones

"Quizá pudieron salir gastos sin sustento de ese fideicomiso, con repercusiones de cierto carácter, pues había mezclados recursos privados con recursos públicos", dice Korrodi.

Durante la entrevista, efectuada el martes 3, este controvertido empresario prefirió mantener bajo reserva los nombres de los industriales que hicieron donativos extra para el equipo de transición foxista, toda vez que, dice, siempre actuaron de buena fe, sin sospechar que podían meterse en problemas ante la falta de control.

—¿Actuó usted legalmente? –se le inquiere.

—Claro. A mí me dijeron que había que conseguir lana para la transición, y lo que hice fue imaginar un mecanismo para traer el dinero. Había gente que, eufórica por el triunfo en las urnas, quería apoyar, pero no estaba dispuesta a que su nombre saliera, tarde o temprano, en alguna relación contable.

—¿Y qué pasó?

—Lo que hice entonces fue triangular. El dinero aparentemente se dio por una persona cualquiera cuyo nombre no llamara demasiado la atención, pero en realidad se trataba de recursos provenientes de empresarios. Es decir, los recibos salían a nombre de esa persona un tanto desconocida. Aunque también hubo algunos a los que eso no les importó, y los recibos del donativo se entregaron en sus manos, sin intermediarios.

—¿De cuánto dinero estamos hablando?

—A mí me consta lo que yo pude recaudar; unos 60 millones de pesos, más otros 25 que dio el gobierno de Zedillo, y no sé cuánto se habrá conseguido por otro lado.

—¿Quiénes más pudieron haber llevado más dinero?

—Habría que preguntar a Carlos Rojas si el también consiguió algo.

Carlos Rojas Magnon, intimo amigo de Vicente Fox, coordinador financiero del equipo de transición y, más tarde, encargado de la administración en la residencia oficial de Los Pinos hasta que lo despidieron por el escándalo de Toa-llagate, juega un papel protagónico en esta historia.

En los últimos días del priato, la mañana del 24 de noviembre del año 2000, anunció que el dinero aportado por Hacienda para la recepción del gobierno zedillista (10.8 millones de pesos según él) sería la base para constituir el Fondo Nacional de Becas.

Sin embargo, tras la insistencia de Proceso por conocer el destino del dinero, finalmente Hacienda, la Secretaría de Educación Pública y la propia Presidencia de la República reconocieron ante el comisionado del IFAI, Juan Pablo Guerrero, que nunca hubo transferencia de recursos públicos al Fondo Nacional de Becas. (Proceso 1561).

Interrogado sobre esto, Lino Korrodi asegura que apoyó siempre la idea de que el dinero sobrante de las donaciones empresariales y de los recursos públicos para la transición sirviera para ayudar a los estudiantes de bajos recursos económicos.

—¿Cuánto sobró?

—Unos 30 millones, quizá.

—¿Entonces en qué se gastaron el dinero público?

—Sueldos, viáticos, no tengo una idea clara de cómo salió el dinero. El problema fue que se mezcló todo.

—¿Despilfarro?

—No se puede saber con precisión qué pasó.

—¿Quién controlaba eso?

—Es amiga mía, pero tampoco se acuerda bien. Al final cancelamos el fideicomiso.

—¿Vicente Fox controlaba ese dinero?

—¡No, hombre! ¡Él nada más pedía!

—¿Por qué dan dinero y no quieren aparecer esos empresarios?

—Hay de todo. Hay gente a la que no le interesa aparecer. A mí me tocó organizar reuniones de Fox en las cuales los empresarios pedían salir antes o llegar después para no ser vistos juntos. Es una conducta sui géneris del em-presariado mexicano.

—¿Estos intereses fueron los que ataron a Fox durante su sexenio?

—No creo. Los grupos con intereses en este país, que se hicieron millonarios en seis años, llegaron a Los Pinos cuando Vicente ya tenía colocada la banda presidencial.

"No me voy a dar baños de pureza, pero el empresario que estaba en la precampaña sabía que no tendría beneficios a cambio de las donaciones. Lo mismo con el equipo de transición. Insisto, quienes ganaron mediante jugosos contratos fueron contactados desde Los Pinos y entre algunos de los secretarios."

—¿Alguna vez le planteó esto a Vicente Fox?

—Sí, pero se hacía el ensarapado.

—¿Cómo lo ve al final de su sexenio?

—Tiene que asumir su responsabilidad con la problemática que enfrenta el país. Tenía que consensuar para sentar las bases de la transición, no de la democracia —eso es verborrea—. Hoy México no es un país democrático; tenemos instituciones manipuladas por los intereses de grupo que lo abordaron.



El cambio… personal de Fox

—¿Reconoce usted ahora a Vicente Fox? –se pregunta a Korrodi.

—No –responde contundente—. Vicente fue cambiando en sus valores humanos, como persona. Esa personalidad a la que el 2 de julio la gente le pidió no fallarle, desapareció. Todo eso que le encomiamos en la campaña se fue, ni sus luces quedaron.

—¿Cómo está ahora?

—Rodeado de muchos compromisos y atado. Eso no fue nada bueno para el país. Esa manera de asumirse como pareja presidencial no funcionó.

—¿Pero no son los mismos intereses que se manejaron desde la campaña?

—No, insisto en que los negativos llegaron después.

—¿Qué le diría ahora a la gente que creyó en el voto útil?

—Les pido perdón. No sé en cuántas generaciones más se vaya a tener un cambio.

—¿Se siente dolido porque la PGR alentó investigaciones contra los Amigos de Fox?

—Quizá, pero al final de este sexenio las cosas poco cambiaron.

—¿Cómo vio a Fox en el reciente proceso electoral?

—Los mexicanos le recriminamos que no se comporte como él lo pedía cuando era candidato. Desde que se inició en la política, una de sus consignas era contar con unas elecciones limpias, claras, transparentes; que los mexicanos decidieran.

—¿Se podía usted imaginar que al final Fox quedara cuestionado por el Tribunal Electoral debido a su insistente intervención en el proceso?

—No, y creo que ver eso ha sido de lo más triste.

—¿En qué momento se dio ese quiebre entre el Fox que usted conoció y el de hoy?

—A finales del 2002 lo vi muy metido con esos intereses. No hacía caso a quienes decíamos que dormía con el enemigo. Yo me reunía con él cada semana en una de las cabañas de Los Pinos para analizar el caso de los Amigos de Fox, y por ahí empecé a notar que ya no quería escuchar otras opiniones.

—¿En qué momento fue? ¿Puede precisarlo?

—Cuando le propuse asumir que la denuncia penal contra los Amigos de Fox por parte de la PGR no procedía, además de que no había por qué irse sobre la gente que lo apoyó cuando en realidad era un problema del PAN.

"Pero me dio la impresión de que alguien lo había convencido —no sé si el procurador Macedo de la Concha o algún otro grupo— de agarrar como chivos expiatorios a algunos de los Amigos de Fox."

—¿Le pagaron como precan-didato? ¿Por qué?

—No queríamos que anduviera preocupado por el dinero. Necesitábamos toda su energía en la campaña y por eso le empezamos a pagar un sueldo a partir de que dejó el gobierno de Guanajuato.

—¿De cuánto?

—No lo recuerdo, pero creo que él y otros pelafustanes como Ramón Muñoz y Santiago Creel, si tuvieran un poquito de dignidad, deberían pedir perdón a los Amigos de Fox porque dañaron a gente inocente, que nada tuvo que ver con la precampaña.

—¿A los mismos que lo siguieron apoyando con dinero en el equipo de transición?

—Yo hice mal en invitar a tantas personas. Les pido perdón, pues luego los persiguieron. Algunos se fueron de México para que no los molestaran. Hubo persecución periodística y judicial.

—¿A quiénes se refiere?

—A Carlota Robinson, que era una persona de toda mi confianza, con la que trabajé muchos años. También perjudicaron a su hermana y a algunas familias que no quiero mencionar. Los utilizaron.

—¿Los traicionó Vicente Fox?

—Que la gente lo juzgue. Que revisen las denuncias. Si el PAN sigue en el poder es por algo, por el trabajo que inició con los Amigos de Fox. Ojalá Felipe Calderón no se deje engañar —van a sobrarle lambiscones—, y que no le dé oportunidad a unos malandros como Ramón Muñoz y Santiago Creel.

—¿Quiere decir que los Amigos de Fox fueron los primeros chivos ex-piatorios?

—Los primeros y los únicos. A los Amigos de Fox los persiguieron a pesar de su apoyo incondicional.

—¿Aún queda algo abierto en su contra?

—Algunos asuntos fiscales. He pagado una cantidad impresionante de dinero.

—¿Cuánto?

—Entre honorarios de abogados e impuestos, alrededor de 60 millones de pesos. Al principio los otros empresarios me apoyaron, pero al final, con toda razón, me empezaron a cerrar la puerta.

—¿Por qué paga sólo usted?

—Fue dinero que pasó por mis empresas. Lo lamento. Ojalá el presidente tuviera un poquito de carácter para decir quién estuvo alimentando las denuncias. Ahora, dejar correr estas acusaciones dentro del próximo gobierno ya se me hace muy criminal y perverso.



Luego, esta otra nota en la que nos enteramos de las transas de uno de los hermanos de Fox:

Hermano de Fox pretendía obtener de manera ilegal industria farmacéutica

• Una red de complicidades involucra no sólo al hermano del actual mandatario, también a abogados de Vicente Fox y a una gran cantidad de funcionarios públicos

LA JORNADA

MÉXICO, DF., 7 DE OCTUBRE/ Juan Pablo Fox Quesada —hermano del presidente Vicente Fox—, en aparente contubernio con Alfonso Romo Garza ex presidente de Grupo Savia (empresa dedicada al desarrollo de productos transgénicos), pretendieron obtener de manera ilegal una industria farmacéutica y sus patentes, cuyo valor se estima en más de 400 millones de dólares.

Edgar Arroyo, presidente del consejo de administración de Grupo Industrial Aguascalientes (GIA), denunció a través de su libro "En el nombre de mi hijo", la existencia de una red de complicidades que involucran no sólo al hermano del actual mandatario, también a abogados de Vicente Fox, notarios públicos de San Luis Potosí, Jalisco y Mon-terrey, y autoridades policíacas de Aguascalientes y Nuevo León.

En entrevista con La Jornada, Edgar Arroyo, narró cómo logró desarrollar un producto capaz de atemperar las enfermedades crónico degenerativas, al investigar un medicamento que sanara a su hijo de una enfermedad aparentemente incurable.

La difusión del denominado Proyecto Andy, despertó el interés de La familia Fox Quesada en el año 2003, motivo por el cual Edgar Arroyo fue invitado al Rancho San Cristóbal, en donde se entrevistó con el presidente Vicente Fox.

Luego de ese encuentro, Mar-celo Gay Guerra, "quien se ostentó como amigo personal de Vicente Fox", visitó a Edgar Arroyo y le dijo que "el objetivo de la visita que invitara a Juan Pablo Fox a que formara parte del proyecto.

"A pesar de que para esas fechas no se tenía contemplado convertir en un negocio el producto descubierto, finalmente aceptamos que era necesario contar con un plan de negocios. Era imposible decirle no a un miembro de la familia presidencial.

"Muchas instituciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras, nos habían dicho que el proyecto era importante no sólo para México, lo que incrementó en Juan Pablo Fox o en los Fox, el interés o la urgencia de formar parte de él.

"Debido a la incómoda y continua insistencia, la propuesta de que el hermano del Presidente ingresara a la empresa se aceptó, pero sólo para realizar la comercialización del producto en el extranjero.

"Como la producción era muy poca, Juan Pablo Fox nos ofreció obtener una línea de crédito a través de Nafin, Ello no pudo concretarse.

" Aún así Juan Pablo Fox solicitó una participación de 50 por ciento del proyecto, situación que nos pareció un abuso. Ingresó con el 25 por ciento de participación, supuestamente cubriría el valor de sus acciones con utilidades o mediante el pago correspondiente al valor de los activos de la empresa a valor del mercado. Hasta la fecha no se ha dado ninguno de los dos casos.

"Pasó el tiempo y el desarrollo del plan de comercialización no se concretó, gracias a que en esa época se asoció con Jorge Vergara, dueño de la empresa Omnilife, en un proyecto que consistía en instalar unos invernaderos para producir lechugas, proyecto que se llamó Vegetlán".

Tiempo después Juan Pablo Fox se comunicó con Arroyo para preguntarle si tenía dinero, pero en lugar de informarle que se podía obtener una línea de crédito, le sugirió que pusiera a la venta el terreno de 500 hectáreas que tenía en Puerto Va-llarta, y que había sido incluido como activo de la sociedad que ambos habían concretado.

Por ello, el hermano del presidente Fox, puso en contacto a Edgar Arroyo con un notario de San Luis Potosí ya que supuestamente estaba interesado en el terreno y ofrecía 84 millones de pesos por él, sin embargo, cuando se suponía que se iba a cerrar el negocio, apareció Juan Pablo Rodríguez Quintalán, a quien se le debía otorgar un poder pleno para comprar, vender, e incluso contratar créditos a nombre de la sociedad que se encargaría de la comercialización en el extranjero.

Tras descubrir que se trataba de un engaño el poder otorgado a Rodríguez Quintalán se canceló notarialmente, y hubo un distanciamiento entre Juan Pablo Fox y Edgar Arroyo.

Pero, para junio del 2004, de nueva cuenta Juan Pablo Fox volvió a preguntar a Arroyo si necesitaba dinero, esta vez le dijo que sería un crédito "rápido y barato". Sugirió que se diera como garantía el terreno de Vallarta. Así fue como Arroyo supo que Vector Casa de Bolsa, cuyo propietario era Alfonso Romo Garza (presidente del grupo Savia, cuyo giro principal era la venta de semillas modificadas genéticamente y cuyo socio era Monsanto), le podría otorgar el ansiado préstamo para incrementar la producción de su descubrimiento.

El 6 de septiembre de 2004, ante el notario público número 75, del municipio de San Pedro Garza García, en Nuevo León, se realizaría la protocolización del crédito.

Sin embargo, hubo condiciones para firmar el acuerdo: "primero, no debían aparecer en el contrato Alfonso Romo Garza ni Vector Casa de Bolsa sino Héctor Lozano Sepúlveda (presunto prestanombres de aquel), que el monto a entregar era menor a 12.8 millones de pesos y se firmara por 14.5 millones.

"Juan Pablo Fox quedó como deudor solidario, pero aunque el compromiso era pagar el crédito de manera conjunta, algunos días después de firmar el crédito, el hermano del Presidente me solicitó que yo realizara los pagos porque a él se le complicaba. Desde ese momento me dejó solo.

En esos días llegó una propuesta de compra para el predio de Vallarta, una empresa extranjera ofrecía 6.7 millones de dólares por el activo, eso permitiría pagar el crédito, pero para consolidar esa operación era necesario tener el pago de impuestos del terreno al corriente y fue cuando descubrimos que esa propiedad ya no era nuestra, Juan Pablo Rodríguez Quintalán, ilegalmente, lo vendió a su hermana de nombre Rebeca como representante de la empresa Judama, en un millón 100 mil pesos. Ahora Juan Pablo Fox aparece como un promotor y posible beneficiario del predio.

Ante esa situación, Edgar Arroyo puso en alerta a los representantes de Vector para que actuaran jurídicamente y se pudiera recuperar el terreno, "sin embargo no realizaron ninguna acción legal, por lo que interpuse dos demandas una en San Luis Potosí que fue en donde un notario público ilegalmente aceptó la compraventa del predio, y otra en Nuevo León, pues ahora resultaba que la garantía del crédito estaba en riesgo y yo debía seguir pagando el crédito otorgado por Vector".

A partir de ahí, se acrecentaron los problemas de Edgar Arroyo. Tras la interposición de sus demandas, fue detenido ilegalmente el 25 de febrero de este año por policías estatales de Aguascalientes, quienes lo golpearon y torturaron durante varias horas exigiéndoles que les firmara documentos en los que aceptaba ceder sus empresas y patentes, para que terminaran así sus problemas con las gentes de "México y Nuevo León", y recuperaría supuestamente el predio de 500 hectáreas.

A decir de Edgar Arroyo, "un hermano del presidente me amenazó con la pérdida permanente de mi activo (el terreno en Vallarta), el cual contundentemente lo tenía detenido hasta que no le cediera mis activos".

Tras su detención y tortura permaneció 30 días en la prisión municipal de San Pedro Garza García, Nuevo León, en donde recibió presiones para ceder los derechos de sus patentes y entregar sin mayores trámites sus empresas en favor de Héctor Lozano Sepúlveda, un "pres-tanombres de Romo Garza" y amigo de Juan Pablo Fox.

Edgar Arroyo afirma que en las acciones de chantaje estuvieron involucrados los abogados Paulino Lorea y José Luis Reyes Vázquez.

Ambos litigantes, además de ser amigos de la familia Fox Quesada, han sido los encargados de resolver distintos procedimientos jurídicos en los que han estado involucrados tanto Vicente como Juan Pablo Fox.

Paulino Lorea, fue el encargado de resolver el litigio que se inició en el año 2001 en contra de Juan Pablo Fox por parte del First Nacional Bank, por el delito de fraude (La Jornada, junio del 2000). Esa acusación también puso al descubierto de manera incipiente, el financiamiento ilegal a la campaña presidencial de Vicente Fox Quesada.

"Ellos ponían a mi consideración la cesión del Proyecto Andy, tomando en cuenta que Alfonso Romo Garza aparentemente tenía interés en él. Juan Pablo Fox inclusive habló con mi esposa y le aseguraba que él podía ordenar que me regresaran el terreno de Vallarta, pero lo condicionó a que le cediera mis activos.

"Según Marcelo Gay Guerra, el presidente habría estado enterado de que su hermano me estaba extor-sionando por conducto de José Luis Reyes, y Paulino Lorea".

La detención y posterior proceso penal contra Edgar Arroyo ocurrió debido a que Héctor Lozano presentó una denuncia en su contra por el supuesto delito de fraude ya que según él, el desarrollador del Proyecto Andy había vendido el terreno de Vallarta a Rodríguez Quintalán un día antes de que firmara el crédito hipotecario con Vector.

Sin embargo, la investigación documental que realizó Edgar Arroyo descubrió que Rodríguez Quin-talán falsificó su firma y con un documento fechado en el mes de octubre del 2004, llevó a cabo la venta en el mes de septiembre, situación que fue aprobada por un notario público del estado de San Luis Potosí.

Actualmente, Edgar Arroyo está libre bajo fianza pero cada lunes debe comparecer ante un juez del fuero común en el estado de Nuevo León pues de lo contrario sería reaprehendido, hoy sus acusadores son Lozano Sepúlveda, Juan Pablo Fox, Paulino Lorea, quienes tienen como testigos de la supuesta comisión del delito de fraude a los notarios públicos que hicieron posible que con documentos falsificados se vendiera el terreno de 500 hectáreas.

Edgar Arroyo, todavía antes de salir de la cárcel, recibió una oferta para quitarse "de broncas con Vector, Poncho Romo y con los de México. Simplemente querían que firmara todo a su favor, patentes, marcas, registros, fábricas, y además un reconocimiento de deuda por 22 millones de pesos, los cuales ofrecían que pagara en dos meses"


¡Pinches rateros! Y eso que se dicen adalides del estado de derecho. ¡TENGAN pos que! Para lo único que quieren el poder los panistas es para ROBAR.

Una razón más para apoyar al peje en el 2006.

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