Los saldos de Atenco
Escrito por Eduardo Ibarra Aguirre
11-10-2006
Utopía
Transcurridos cinco meses de la salvaje incursión de cuerpos policiacos estatales y federales en San Salvador Atenco, estado de México, la Comisión Nacional de Derechos Humanos tiene lista la Recomendación que presentará el lunes 16.
El diagnóstico que respalda al documento que emitirá la CNDH y que no es de acatamiento obligatorio, constituye una suerte de balance de la barbarie que padecieron los habitantes y los simples visitantes, cuando el lugar fue tomado como plaza de armas conquistada por la Agencia de Seguridad Estatal--comandada por Wilfrido Robledo Madrid-- y la PFP, bajo las directrices del secretario de Seguridad Pública Eduardo Medina Mora.
Primero los trágicos saldos, en palabras de José Luis Soberanes Fernández: “A los jóvenes Francisco Javier Cortés Santiago y (Hollín) Alexis Benhumea (Hernández) los mató la policía durante el operativo que realizó el 4 de mayo en San Salvador Atenco; comprobamos las violaciones sexuales contra 26 mujeres, y constatamos que hubo tortura física y sicológica, además de detenciones arbitrarias, cateos ilegales a domicilios y el uso de excesivo de la fuerza por parte de los agentes policiacos”.
Por cierto, el uso de la tortura se incrementó en 300 por ciento durante el gobierno del cambio y la PGR es la primera en aplicarla, de acuerdo con Soberanes, y por eso la denomina “torturaduría general de la República”.
La CNDH también corroboró que se cometió allanamiento de morada en 140 viviendas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, 200 retenciones ilegales...
El diagnóstico de la Comisión Nacional es claro: “Nosotros creemos que hay responsabilidad de la Policía Federal Preventiva, el Instituto Nacional de Migración y de las policías del estado de México”.
Las conclusiones que respaldan la Recomendación contrastan con los nulos avances de la investigación emprendida, sólo bajo la enérgica presión de la opinión pública, por la Procuraduría General de Justicia mexiquense, a cargo de Abel Villicaña Estada, quien sigue justificándose con “la falta de cooperación de las victimas o sus familiares”.
El discurso del procurador persiste en la línea justificatoria original, trazada por Enrique Peña Nieto y acatada por sus subalternos Humberto Benítez Treviño y Robledo. El prepotente y cesado ex comisionado de la PFP, llegó hasta el escarnio al convertir a las víctimas en victimarios.
Todo se produjo justamente cuando el gobierno mexicano fue elegido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas para integrar el Consejo de Derechos Humanos, que ha emitido 400 recomendaciones a nuestras autoridades.
Las alteraciones en la posición del gobierno mexiquense, avalada ignominiosamente por el duopolio televisivo durante los primeros días, no tienen ningún respaldo ministerial ni existe voluntad política para investigar y castigar a los autores intelectuales, sólo a agentes policiacos del menor rango, como chivos expiatorios para sortear la exigencia ciudadana de esclarecer a fondo y sin reparar en consecuencias.
Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, como candidato presidencial insistía en pintarse de cuerpo completo al proclamar que frente al atencazo él habría actuado igual que Vicente Fox Quesada –a quien visitó en plan familiar en La Estancia, el rancho producto de la corrupción--, porque “Se mencionan cosas que son totalmente falsas”.
Las publicitadas manos limpias quedaron muy pronto en el olvido. Mientras que las “cosas totalmente falsas” sobre la barbarie policiaca en San Salvador Atenco están documentadas por la CNDH.
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jueves, octubre 12, 2006
ATENCO, LOS SALDOS.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 4:34 p.m.
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