Alvaro Delgado, escribe en Proceso:
Fox y Muñoz, granujas en la Presidencia.
Álvaro delgado/ apro.
México, D.F., 8 de mayo (apro).- Un granuja es quien “habitualmente engaña, comete fraudes y atiende sólo a su propio provecho”, una definición que describe cabalmente a un personaje prominente en la Presidencia que, además, actúa desde las sombras.
Este funcionario tiene un sueldo nominal de apenas mil pesos menos de quien formalmente es el presidente, Vicente Fox, y mayor en varios miles a secretarios de Estado, como el de la Función Pública y de la Reforma Agraria.
Ningún ciudadano en México lo eligió, a nadie rinde cuentas y tiene asegurado un generoso ingreso durante los próximos seis años al ser designado, por el PAN, candidato a senador plurinominal con garantía total de serlo, una recompensa por haber sido durante el sexenio “puente” entre ese partido y el gobierno.
Se llama Ramón Muñoz Gutiérrez, nació en Lagos de Moreno, Jalisco, creció políticamente en León, Guanajuato, es vecino de la delegación Cuajimalpa, del Distrito Federal, y será senador formal por varios estados, entre ellos Guerrero, contrapunto de los estados donde este personaje ha tenido de por sí escaso roce político.
Muñoz Gutiérrez es todo un caso: después de deponer los hábitos para ser cura, estudió psicología en la Universidad de Guanajuato, y lo que aprendió lo aplica a la calenturienta o inerte mente de su patrón, del que no le costó trabajo persuadir darle el cargo --creado, por supuesto, por él mismo-- de jefe de la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental, denominación a tono con los terminajos de manuales gerenciales y de superación personal a que es aficionado.
En realidad, tal denominación de su cargo burocrático es el escondrijo desde el que Muñoz Gutiérrez opera decisiones que impactan a todos los mexicanos para bien y para mal --a menudo más mal que bien, a juzgar por los raquíticos resultados del gobierno--, y ahora trabaja para que Felipe Calderón sea el sucesor de Fox.
No porque Andrés Manuel López Obrador lo haya señalado en las más recientes giras de su campaña no sea preciso ocuparse de este personaje, en labores efectivamente facciosas, sino porque es la representación de lo que es el foxismo y que ya el pintor José Chávez Morado había descrito antes de morir: “Nada, una nada llena de palabras.”
Muñoz Gutiérrez ha sido, a lo largo del gobierno en agonía, un personaje a menudo comparado con José Córdoba Montoya, el número dos en el régimen de Carlos Salinas. Pero ni para eso da el foxista, siendo siniestros los dos, si acaso convergen en la patológica intriga palaciega y concitan los odios en el ocaso del poder.
Nada de todo lo anterior se explica sin un hecho clave: Muñoz es uno de los prohombres de El Yunque, la organización secreta de extrema derecha que le impuso, en 1982, el seudónimo de “Julio Vértiz”, el jesuita que dio vida, en la década de los treinta, a los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, a cuya secta fue invitado Luis Calderón Vega por otro de los fundadores, Carlos Cuesta Gallardo, según el historiador del PAN cuenta en su libro “Cuba 88”.
Calderón Vega rechazó, conforme a su doctrina cristiana pero de “banderas desplegadas”, tal oferta de ingreso a la secta de los Tecos que patrocinó la fundación de El Yunque --ambas organizaciones plenamente vigentes--, pero su hijo, actual candidato presidencial, no.
Felipe Calderón, supuesto heredero de la doctrina de derecha liberal, hasta hace poco detestaba a Muñoz Gutiérrez, precisamente por su conducta engañosa, fraudulenta y facciosa, y a todos quienes forman parte de la secta extremista, sobre todo cuando se encaramó Manuel Espino a la presidencia del PAN.
Ya no: está entregado a la organización representada en su campaña por Muñoz y Espino, entre muchos otros, engarzados con los intereses de la oligarquía nacional y trasnacional, el priismo de derecha y hasta izquierdistas despechados, como los Cárdenas.
El granuja Muñoz se está saliendo con la suya, con la complacencia de Fox, otro de igual talante en Los Pinos. Y Calderón se ha sumado para acumular abundantes recursos y hacer uso faccioso de todos los programas sociales para comprar la Presidencia.
Pues sí, como decía Jorge Luis Borges, “no los une el amor sino el espanto”.
Apuntes.
Calderón puede ganar la Presidencia, sí. Así lo dicen las encuestas, fanatizada la nación por tales mediciones. Pisoteados los principios que decía defender, disimulado su apoyo a la “ley Televisa”, está al nivel de un mercader.
Otro… Al olvido de los 65 muertos de la mina de Pasta de Conchos, por la negligencia de “Capablanca” Francisco Xavier Salazar, y los otro dos de la siderúrgica de Lázaro Cárdenas, Michoacán, se une el más reciente, el niño de Atenco, oscuras las circunstancias de su deceso.
A nadie le importan las vidas, abiertas las puertas a la barbarie de una y otra facción, una de ellas con el estandarte de la razón de Estado, un truco lingüístico para la tan invocada mano dura… Mano dura que también exhibe la mujer de Fox, que moral y políticamente está derrotada…
Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.
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martes, mayo 09, 2006
FOX Y MUÑOZ, GRANUJAS EN LA PRESIDENCIA.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 8:47 p.m.
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