Guadalupe Loaeza escribe en el Reforma:
Guadalupe Loaeza.
Y, ¿la libertad de expresión?.
El día en que me enteré del fallo que condena a Olga Wornat y a la revista Proceso, profesionalmente sentí que se le daba una trompada a la libertad de expresión. "Debemos acogernos a nuestra Constitución para que se respete el derecho de todos, desde luego el derecho de periodistas a que se proteja su intimidad y su vida privada", dijo la primera dama después de haber trompeado a la libertad de expresión. Pero cuando la noqueó por completo fue cuando agregó: "El daño moral causado por la intromisión ilegítima a mi intimidad, sin mi consentimiento, ha sido un proceso doloroso para mí y para mi familia como también lo ha sido la calumnia y la difamación. Afortunadamente en este caso también ha imperado la justicia", porque según Martita su vida íntima no tiene relación con las actividades públicas y sociales que ha realizado y tampoco con la responsabilidad de transparencia y rendición de cuentas, que dijo, es su compromiso personal.
Pobre libertad de expresión, porque como escribiera don Julio Scherer en la revista Proceso que está circulando esta semana: "Deploro y me indigna el comportamiento de la señora Marta Sahagún. Ha violado la Constitución, vulnerado la dignidad del Estado, degradado la figura presidencial, llevado a debate la defensa inicua de sus hijos, se ha cubierto de 'oro y plata' y ha violado la moral pública cuantas veces le ha venido en gana". El pasado fallo hecho por lo que acató el juez Carlos Miguel Jiménez, dictado por Marta Sahagún, así lo demuestra.
No hay que olvidar que en la sentencia se condena por la publicación de información cierta, es decir por aquel documento presentado por la señora Marta Sahagún en donde describía los motivos que a su criterio justificaban la nulidad religiosa de su matrimonio con Manuel Bribiesca Godoy. No hay que olvidar, asimismo, que la primera dama públicamente habló de dicho procedimiento. Y lo que tampoco podemos olvidar es que en repetidas ocasiones, Marta Sahagún se refería a su vida íntima.
Cuántas veces habló de esta intimidad cuando la entrevistó por ejemplo Talina Fernández a la que le contó que masajeaba los pies del Presidente con crema por las noches. No hay que olvidar tampoco que antes de que se casara con el Presidente, Marta Sahagún alardeaba de su relación con Vicente Fox en todas las conferencias de prensa, entrevistas de radio y medios escritos. De ahí que para todos resultara público que vivían juntos, sin estar casados, en la cabañita de Los Pinos.
Cuántas veces periodistas, fotógrafos y comentaristas de espectáculos fueron a esta cabaña. Me acuerdo en una ocasión que leí que hasta les mostraba el menú que comería ese día el Presidente. ¿Acaso ya se le olvidó a Martita aquella entrevista que salió publicada en nuestro periódico y que fue interrumpida porque tuvo que ayudar al Presidente a terminarse de vestir? Esa mañana Vicente Fox no encontraba su "pin" (el escudo) de la bandera. Estaba desesperado. No sabía qué hacer. Se sentía totalmente inútil. Tal vez buscaba por todos los cajones y en cada uno de los rincones de su guardarropa. Para colmo estaba a punto de tomar un avión y ya era tardísimo.
Para darnos una idea más precisa de lo que realmente sucedió ese día, permítanme transcribirles la nota de Mayolo López publicada en Reforma el 9 de junio del 2005 y que se intitula, precisamente, "Delimita Primera Dama su vida privada y pública"."Son poco más de las 9:30 de la mañana. Marta Sahagún luce un vestido de verano con un estampado de flores. De repente, la voz de su esposo la apremia a incorporarse del sofá: Marta corre a atender el llamado de Vicente Fox, instalado en la alcoba de la pareja presidencial. El grito de Fox se escucha claro: 'Maaartaa...'; Sahagún corre por el pasillo y se mete a la recámara. Pasan dos minutos y Marta regresa. 'Es que no sabía dónde estaba el botón (del escudo)', confía.
"El Presidente de la República se preparaba para salir de gira a Hidalgo, y unos minutos después irrumpe en la escena: en mangas de camisa, en botas y con un pantalón oscuro."Se despide de Marta con un beso y sale de la cabaña; al poco rato aterrizaría un helicóptero que lo llevaría a Hidalgo".Lo anterior es nada más un ejemplo de todo lo que platicaba la señora Marta públicamente.
Luego me pregunto, ¿cómo es posible que ahora diga que se haya violentado su intimidad? La primera dama es una figura pública, no sólo por ser esposa del Presidente, sino por decisión y estrategia personal. Por lo tanto, resulta verdaderamente preocupante que se condene a periodistas y a medios de comunicación por publicar hechos ciertos de la vida de personajes públicos.
Seguramente el fallo será recurrido tanto por la periodista, como por la revista Proceso, con lo que se buscará que se revoque la sentencia y se absuelva el pago por 1 millón, 958 mil, 580 pesos. He aquí una violación más impulsada por el abuso de poder. No me quiero imaginar lo que podrían pensar abogados de otros países...
Como dice Christian F. Zinser Cieslik, abogado de Olga Wornat: "En la sentencia, el Juez hace caso omiso a disposiciones de la Ley de Imprenta que señalan que no puede haber un ataque a la vida privada de una persona si lo que fue hecho del conocimiento público es cierto o presumiblemente cierto y fue publicado con fines honestos. El periodismo como profesión es en sí un fin honesto y en el caso en concreto la propia Marta Sahagún reconoció en el juicio que lo publicado es cierto".
Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.
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martes, mayo 09, 2006
EL ABUSO DEL PODER.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 2:31 p.m.
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