Por Carlos Acosta Córdova en Proceso
México, D.F., 4 de mayo (apro).- Cuando Felipe Calderón insiste en que será el “presidente del empleo”, o bien está apelando a la desmemoria de los muchos que ahora le aplauden o de plano se está burlando de los mexicanos. Hace seis años, ya cercanas las elecciones de julio del 2000, Vicente Fox, con más carisma, capacidad de convocatoria y credibilidad, proponía exactamente lo mismo. Y en los mismos términos.
Fox no se anunciaba como el presidente del empleo, pero una de sus principales propuestas –más allá de las que ahora son motivo de mofa: el 7% de crecimiento económico anual o la solución a Chiapas en 15 minutos-- fue justamente la del empleo. Decía que haría de México un país en el que todo mundo tuviera trabajo, pero “no cualquier trabajo”, sino uno que le dé “a todos los mexicanos el ingreso suficiente para educar a su familia, gozar de vivienda digna, disfrutar de esparcimiento y, sobre todo, tener un patrimonio que le garantice una vejez sin sobresaltos, con una pensión suficiente”.
Ese, decía Fox, sería el primer punto para llevar al país por un “nuevo sendero de éxito que permitirá a México afrontar el reto de la globalización como un país ganador”.
“Un país ganador”, la frase que también ha hecho suya el súper motivado, por las encuestas recientes, candidato panista.
En otras palabras, Calderón repite no sólo las propuestas, sino hasta los giros discursivos de Vicente Fox. Bueno, hasta en los números nada hay diferente, entre uno y otro, pese a que mediaron seis años ya. Fox proponía crear 1 millón 350 mil empleos cada año. Y Calderón, según el público que tenga enfrente, dice que creará 1 millón 300 mil puestos de trabajo... o 1 millón, como dijo el martes. Claro, ya Eduardo Sojo, recién integrado a la campaña, se encargó de dejar en claro que uno es el discurso retórico, necesario para impactar al público, en el ánimo de conseguir votos, y otra cosa es la realidad, las posibilidades concretas de cumplir. “No queremos ofrecer ningún número. Sin duda, Felipe está ofreciendo estabilidad económica y generar empleos”, dijo el excoordinador de políticas públicas de la Presidencia de la República.
Hizo bien Sojo en matizar. Para qué ofrecer si no se puede cumplir, como le pasó a Fox, en cuyo sexenio la creación de nuevos puestos de trabajo se quedó por debajo de la mitad de lo prometido.
Y más que cifras frías, sobre lo ofrecido y lo logrado, el mejor indicador del fracaso en materia de empleo es el creciente número de mexicanos que se va a Estados Unidos a trabajar, por la falta de un empleo o el rechazo a un empleo mal pagado; porque ofrecer empleos de un salario mínimo puede ser relativamente fácil, pero un empleo suficiente ya no tanto. Vaya, hasta el vocero presidencial, Rubén Aguilar, reconoció hace poco que los mexicanos que se iban a Estados Unidos no era porque no tuvieran empleo, sino porque éste no les da un salario satisfactorio.
El problema de Calderón es el mismo de Fox. Lo mismo en la retórica que en las propuestas concretas. En el primer caso, a partir de la reiteración, ambos mandaban este mensaje: Ahora sí va a haber empleo porque lo digo yo. En el segundo, Calderón, como pasó con Fox, no sustenta con certidumbre cómo va generar la cantidad de empleos que promete. Cuando mucho, ha expuesto las condiciones apenas necesarias, que no suficientes, para ese propósito. Pero son una obviedad: estabilidad macroeconómica, respeto al Estado de derecho, y eliminación de trabas administrativas.
Nada dice, con precisión, de un cambio en la política económica que genere incentivos económicos a la inversión, ni de recuperar para el Estado el papel promotor de la competitividad. Como desde la época de Miguel de la Madrid, y que siguieron los demás gobiernos, hasta el actual, Calderón insiste en dejarle “al mercado” la tarea de impulsar el desarrollo económico del país.
Una razón más para votar por el Peje
y por el PRD para el congreso en el 2006.
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martes, mayo 09, 2006
Calderón y el empleo: Repite a Fox
Publicadas por VicBet a la/s 9:35 p.m.
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