Me llegó por e-mail esta nota de Proceso en donde reseñan de una manera muy completa quienes le han estado dando apoyos a la campaña de fecal. Agárrense:
Calderón: Apoyos incómodos
(Primera de dos partes)
Álvaro delgado 15/03/2006
México, D.F., 14 de marzo (apro).-
Envuelto en el polvo y el frío de Iztapalapa, en el campo de futbol de la colonia Santa María Azcahuatán, Felipe Calderón se movía, contento, entre personas de perfil popular y campesino que lo arropaban en el primer mitin como candidato a la Presidencia de la república.
Fue un encuentro simbólico: En su empeño por trascender los votos del Partido Acción Nacional (PAN), el candidato encomendó el arranque formal de su campaña a la ciudadana Federación Nacional Ganadera, Agropecuaria y Pesquera (Fenpa), justo en la delegación capitalina más pobre y enclave de su principal rival, Andrés Manuel López Obrador.
“Muchas gracias, amigos y amigas de la Federación Nacional de Productores Agrícolas”, agradeció Calderón a las huestes de Arnulfo Montes Cuén, dirigente de esa agrupación y quien dijo ser portavoz de “cientos de organizaciones” campesinas sumadas a la campaña del PAN.
Aunque Montes Cuén condujo menos prosélitos de lo previsto, Calderón estaba feliz y con él compartió alimentos junto a Josefina Vázquez Mota, coordinadora política de la campaña, y a Demetrio Sodi, aspirante a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
“¡Como dice nuestra gente, qué bueno que nos persignamos con esta reunión!”, exclamó, eufórico, el candidato presidencial.
Pero 17 días después, ese acto de fe se derrumbó: Montes Cuén fue capturado por agentes policíacos en Cuernavaca, Morelos, el domingo 5 de febrero, y conducido a prisión al estado de Sonora, en cumplimiento de varias órdenes de aprehensión por los delitos de fraude, despojo y falsificación de documentos.
Montes Cuén es un personaje emblemático en el afán de Calderón por conquistar los votos del campo: Fue secretario técnico de la subcomisión del ramo de la diputación federal del PAN, encabezada por Javier Castelo, aspirante a senador por Sonora; ambos crearon el Organismo de Productores Agropecuarios, Ganaderos, Acuícola Nacional (OPAGAN), de clara orientación clientelar.
Una vez que Montes Cuén cayó en desgracia, Castelo se deslindó del apoyo que le dio --“estaba muerto de hambre”, argumentó-- y hasta aseguró que malversó más de un millón y medio de pesos de la diputación, aunque hasta ahora no ha presentado denuncia.
La directiva estatal del PAN en Sonora hizo lo mismo mediante la secretaria general Irma Romo: “Nosotros como partido estatal nunca hemos tenido ningún tipo de vinculación, ninguna relación con el señor Montes Cuén y tampoco él con la campaña de Felipe Calderón.”
Tamaño chasco en la inauguración de la campaña, sobre el que Calderón y su equipo han guardado un espeso silencio, no ha impedido seguir vinculándose con personajes y organismos de matiz priista y perredista, además de las estructuras corporativas panistas como Plantar y la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (Unimoss), creadas con el patrocinio del gobierno de Vicente Fox.
El sello de Montes Cuén, con quien se “persignó” para su campaña, ha marcado a Calderón. Y tal como ocurrió este domingo 12 en el Estado de México, donde el PAN se fue al tercer sitio, son malas las perspectivas del candidato y su partido, aun con alianzas con organizaciones corporativas de diverso signo, entre ellas la extrema derecha de El Yunque.
Justamente un día antes de la captura de Montes Cuén, allegado al exgobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, el candidato Calderón visitó Ciudad Obregón, donde está encarcelado el dirigente, y ahí recibió la adhesión de líderes agrarios, entre ellos Javier López Macías, presidente de Unimoss, quien condujo a contingentes de campesinos en autobuses, una práctica ya habitual en la desabrida campaña presidencial.
Ahí también, el sábado 4, recibió la adhesión de miembros de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) de Sonora y Durango, de filiación perredista, pero resentidos con López Obrador.
“Queremos decirte que nosotros estamos afelipados (sic), no lo podemos negar. Te vamos a apoyar, pero que quede bien claro que estar afelipados no es lo mismo que empanizados”, le dijo Alfonso Valenzuela Segura, dirigente de ese organismo en Obregón y exdiputado local perredista.
Valenzuela está sujeto a un proceso de expulsión por apoyar en las elecciones del 2003 al gobernador Eduardo Bours, quien a su vez perfila su apoyo a Calderón mediante Vázquez Mota, artífice de las alianzas con priistas y perredistas.
Calderón coquetea también con el cardenismo --al que súbitamente le encontró virtudes-- contra cuya política se fundó el PAN; y trata de capitalizar los enojos soterrados de Cuauhtémoc Cárdenas contra ópez Obrador: En Michoacán, donde la abundante propaganda del panista contrasta con la escasa del perredista, cenó con el gobernador Lázaro Cárdenas el sábado 11.
Antes, el 24 de enero, Calderón recibió la adhesión de una facción de la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM), una organización fundada en 1947 por instancias de Vicente Lombardo Toledano y que más tarde, a la muerte de Jacinto López, su fundador, se adhirió al PRI.
“Vamos a luchar porque Felipe Calderón sea presidente de México para que podamos rescatar el pensamiento zapatista de Tierra y Libertad”, anunció el secretario general de la UGOCM, José Luis González Aguilera, quien reapareció junto a Calderón el viernes 17 de febrero, en Puebla.
Ahí, el dirigente que un día declaró que José López Portillo fue “el último presidente de la Revolución”; y que también fuera protegido de Carlos Salinas hizo que cuatro ancianas indígenas del municipio poblano de Cuautempan, con todo y gafete de la UGOCM, le colgaran flores a Calderón. Pero una de ellas, Florencia, de plano exhibió sus preferencias. “Nosotras nada de PAN. Siempre hemos sido priistas.”
Ahora entedemos a quienes se refiere fecal cuando dice que para que vivan mejor.
Una razón más para votar por el peje en el 2006.
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