Como me dio risa esta nota de Proceso donde le hacen chunga al nuevo lema de fecal. Chequen:
Nuevo eslogan populista
Cuauhtémoc Arista
México, D.F., 14 de marzo (apro).- Asustado por los números de las encuestas y los resultados en la elección mexiquense, Felipe Calderón se encerró en su depa de campaña y salió optimista: no perdió en el Estado de México y no perderá la Presidencia. Incluso sacó su arma secreta, el avasallador eslogan “Para que vivamos mejor”. Y sí, nadie dudará que Calderón quiere ser presidente para que él y su esposa vivan mejor. Pero para no interpretar la frase con un criterio estrecho, pensemos que también incluye a familiares de ambos y a un expresidente que necesita su pensión, pese a su gran proyección internacional.
De la consigna de corte fascista “Mano firme y pasión por México” a “Valor y pasión por México” no hubo mucha diferencia, pero la segunda buscaba la ambigüedad de la palabra “valor”, cuya interpretación es, de cualquier modo, tan abstracta que carece de toda credibilidad y, en todo caso, de efectos concretos en la convicción de personas ocupadas en resolver problemas cotidianos con más sustancia.
En cuanto a la pasión, creo que no se valía ese chiste privado de los mercadólogos a costa de su cliente. Una cosa es que sea pazguato y otra muy distinta que tenga que pregonarlo a los cuatro vientos. Ser un frío burócrata que cuando quiere poner énfasis se pone gritón y neurótico, no es un pecado ni un delito, apenas un defecto de personalidad que no le hace daño a nadie. Ni que Calderón vaya a ser presidente o algo por el estilo.
Con gusto le ayudo a difundir su propuesta de más guarderías para las madres que trabajan. Los hombres que trabajamos estamos de acuerdo con eso, aunque tenemos una duda: ¿eso significa que el PAN le reconocerá a las mujeres la plenitud de sus derechos (incluidos los sexuales y reproductivos), impulsará la igualdad de género hasta sus últimas consecuencias y expulsará a los panistas que, tiro por viaje, las relegan a la cocina y a la lavandería?
La propuesta de Calderón es magnífica también porque implica un claro deslinde de la administración foxista, ya que da por hecho que muchas mujeres (tantas como millones de votos le faltan a Calderón) tendrán trabajo, aunque sea con el fin de que lleven a sus hijos a las numerosas guarderías que el presidente Calderón mandará instalar en todo el país. Y ¡ay de aquel que las discrimine en la casa o en el trabajo, porque se las verá con Felipe! Eso dijo el valeroso de mano firme el Día Internacional de las Mujeres, lo que hace temer por su pensión a cierto dicharachero de las lavadoras de dos patas, a cierto funcionario de Gobernación que las hace sacerdotisas de la cocina, a cierto gobernador de Querétaro que no les concede muchas capacidades...
Con esa propuesta de las guarderías, realmente se pone el dedo en la llaga, porque implica un replanteamiento del sistema productivo, de la cultura machista y, sobre todo, un viraje en la política social que presupone, también, que las mujeres de Ciudad Juárez que no estaban en el mitin de Calderón y Francisco Barrio serán protegidas para que tengan hijos y los lleven a los centros calderonistas de aprendizaje. “Para que mejor vivamos”, será una adaptación requerida del eslogan para las ciudades fronterizas, el Estado de México y el Distrito Federal.
Además, los millones de votos que las mujeres aporten al candidato foxista tendrán otra virtud: lo pondrán en condiciones de realizar la otra meta de campaña que se le conoce, la de hacer de México un país competitivo, para lo cual se requiere que Felipe Calderón sea competitivo. Y, ya en serio: preocupa la pésima proyección de la campaña calderonista, pese al dinero que ha invertido en ella. Después de todo, está costando dinero de los impuestos y está costando confiabilidad de la institución presidencial.
¿De verdad consideró Calderón, manipulado por su equipo según dice, que con él funcionaría lo que con Madrazo resultó tan mal? Me refiero a los promocionales con sus esposas, donde trataron de proyectarse como ciudadanos comunes, cuando su adversario populista se mostraba como un político de tiempo completo, y coincidentemente la elección es un tema... político.
Ante la referencia obligada del gobierno sahagunista-foxista (y anteriormente del salinista), con el agregado de la información disponible sobre los lazos familiares de Madrazo y Calderón, la presentación familiar no parecía muy adecuada a ojos de los legos. Pero, lo que es la ciencia del marketing, de todas formas se difundieron. ¿Esperaban que López Obrador se presentara: “Hola, yo no tengo esposa”, y que así bajara vertiginosamente su popularidad? ¿Eso les enseñan en las universidades de elite?
Ya se ve que no simpatizo con esos partidos (ni con el PRD, aclaro), pero me interesaría que el dinero destinado a las campañas fuera bien invertido, es decir, que generara uno que otro éxito. De otra forma no contratarán a nadie más. Por ejemplo, Calderón debería despedir y boletinar en el Segunda mano a quien le escribió la oferta de que será “el presidente del empleo”, a quien le puso el ejemplo de los jóvenes de la India que trabajan en línea, y el que lo hizo decir que creará una bolsa de trabajo nacional (chambatel) por internet... Los publicistas-estrategas de Fox lo demandarán por plagio, a menos que sean los mismos y estén reciclando el producto.
Igual Madrazo, a quien le hicieron creer que a él sí le creerán la oferta de acabar con las ratas como “lo hizo en Tabasco”. Tal vez lo influyó excesivamente su expublicista Carlos Alazraki, quien al menos tiene la disculpa de que él no tiene que realizar las promesas. El caso es que al ponerse la máscara de Montiel en un espectro de temas tan amplio y sin forma de acreditar sus dichos (sacó a las ratas de las calles, al contratarlas para su campaña), Madrazo provoca un inquietante flashback en los electores: bajo el régimen priista, y aun ahora, todos sabíamos que había que cuidarse de la policía tanto como de los delincuentes. Y también su eslogan: “Roberto sí puede”. Claro que es congruente con su imagen, es capaz de cualquier cosa.
Desde aquí, mi habitual consejo a los amigos y amigas de la comunicación política. Cuando se vean perdidos, contribuyan a justificar los resultados de su candidato Calderón en julio próximo: si pierde, quedará al lado de panistas ilustres; en cambio, si gana, pasará a la historia al lado de Vicente Fox.
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