1. En México el 99 por ciento de los líderes de los grandes sindicatos, así como los funcionarios de alta jerarquía son bien conocidos como impreparados, corruptos y mentirosos. Sin embargo, a pesar de ello, suelen permanecer en los cargos todo un sexenio, dos y hasta tres períodos sexenales de gobierno. Los líderes de grandes sindicatos, así como los funcionarios de alto nivel, llegan a acumular gigantescas riquezas obtenidas del presupuesto público, tanto en cuotas sindicales como en negocios que realizan a la sombra del poder. Quizá sólo uno de cada cien de esos personajes viva modestamente; los demás poseen grandes cuentas bancarias, lujosas residencias y costosos automóviles. No importa que no hayan contado con alguna capacidad intelectual; les ha bastado con poseer una gran habilidad política y enorme sagacidad para moverse y acomodarse entre los grupos de poder.
2. En nuestro país casi todos los lectores saben que dos mujeres se enfrentan en la SEP. Me refiero: a Esther Gordillo Morales, quien desde abril de 1989 controla el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y a Josefina Vázquez Mota que es la secretaria de Educación nombrada para presidir la SEP por el presidente ilegítimo Felipe Calderón. Las dos funcionarias llevan poco más de un año confrontándose para ver quién predomina en las medidas que se toman en Educación Pública. Gordillo lleva por lo menos 27 años metida en el sindicalismo educativo y 17 años a la cabeza de millón y medio de afiliados; Vázquez Mota, rodeada de decenas de asesores, apenas un año tratando de presentar algún programa en Educación “que sea coherente con lo que piensa el presidente”. Mientras Gordillo es cabeza de un aparato político y sindical muy poderoso, Josefina es sólo una burócrata que recibe órdenes de Calderón, que tampoco sabe nada.
3. Mientras tanto la educación en México sigue “marchando” sin ton ni son, como lo ha venido haciendo desde hace por lo menos 27 años. Y no es que antes la educación en México estuviera bien; pero los datos estadísticos demuestran que después de la gran crisis económica y petrolera de 1981/82 las inversiones en Educación se detuvieron hasta ser insuficientes. Para entonces ya los planes educativos del presidente De la Madrid (pretextando la crisis y la falta de dinero) apuntaban hacia la privatización educativa. Los secretarios de Educación: Reyes Heroles (1982/85), González Avelar (1985/88), Bartlett Díaz (1988/92), el mismo Ernesto Zedillo (1992/94) y todos los que le siguieron fueron haciendo a un lado a la educación pública, laica, gratuita y popular para impulsar la educación privada; apoyando así a los colegios particulares y a los negociantes de las nuevas instituciones que se hacían cada vez más ricos.
4. La bronca entre la Gordillo y la empleada del presidente: Josefina Vázquez, no es importante; así como no lo han sido los diferentes secretarios de Educación, quizá con la excepción de Vasconcelos (1921/24) y Torres Bodet (1943/46) y 1958/64) que en sus períodos dejaron un sello particular, aunque ideológicamente no haya sido de nuestro gusto. Gordillo, a pesar de ser una de las líderes más corruptas de la historia, debe reconocerse que posee todavía la gran habilidad y las mañas para mantener el control del poderoso sindicato de maestros; por el contrario la Vázquez Mota se le podría mover de la SEP en cualquier momento y nada pasaría. Se podría poner allí a cualquiera, hasta al titular de Agricultura y Medio Ambiente, Alberto Cárdenas, que obtuvo el título de ingeniero con la tesis: “Análisis y Perspectivas del Jabón de Lavanderías y Detergente” o al analfabeta Patricio Patrón Laviada, después de gobernar Yucatán.
2. En nuestro país casi todos los lectores saben que dos mujeres se enfrentan en la SEP. Me refiero: a Esther Gordillo Morales, quien desde abril de 1989 controla el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y a Josefina Vázquez Mota que es la secretaria de Educación nombrada para presidir la SEP por el presidente ilegítimo Felipe Calderón. Las dos funcionarias llevan poco más de un año confrontándose para ver quién predomina en las medidas que se toman en Educación Pública. Gordillo lleva por lo menos 27 años metida en el sindicalismo educativo y 17 años a la cabeza de millón y medio de afiliados; Vázquez Mota, rodeada de decenas de asesores, apenas un año tratando de presentar algún programa en Educación “que sea coherente con lo que piensa el presidente”. Mientras Gordillo es cabeza de un aparato político y sindical muy poderoso, Josefina es sólo una burócrata que recibe órdenes de Calderón, que tampoco sabe nada.
3. Mientras tanto la educación en México sigue “marchando” sin ton ni son, como lo ha venido haciendo desde hace por lo menos 27 años. Y no es que antes la educación en México estuviera bien; pero los datos estadísticos demuestran que después de la gran crisis económica y petrolera de 1981/82 las inversiones en Educación se detuvieron hasta ser insuficientes. Para entonces ya los planes educativos del presidente De la Madrid (pretextando la crisis y la falta de dinero) apuntaban hacia la privatización educativa. Los secretarios de Educación: Reyes Heroles (1982/85), González Avelar (1985/88), Bartlett Díaz (1988/92), el mismo Ernesto Zedillo (1992/94) y todos los que le siguieron fueron haciendo a un lado a la educación pública, laica, gratuita y popular para impulsar la educación privada; apoyando así a los colegios particulares y a los negociantes de las nuevas instituciones que se hacían cada vez más ricos.
4. La bronca entre la Gordillo y la empleada del presidente: Josefina Vázquez, no es importante; así como no lo han sido los diferentes secretarios de Educación, quizá con la excepción de Vasconcelos (1921/24) y Torres Bodet (1943/46) y 1958/64) que en sus períodos dejaron un sello particular, aunque ideológicamente no haya sido de nuestro gusto. Gordillo, a pesar de ser una de las líderes más corruptas de la historia, debe reconocerse que posee todavía la gran habilidad y las mañas para mantener el control del poderoso sindicato de maestros; por el contrario la Vázquez Mota se le podría mover de la SEP en cualquier momento y nada pasaría. Se podría poner allí a cualquiera, hasta al titular de Agricultura y Medio Ambiente, Alberto Cárdenas, que obtuvo el título de ingeniero con la tesis: “Análisis y Perspectivas del Jabón de Lavanderías y Detergente” o al analfabeta Patricio Patrón Laviada, después de gobernar Yucatán.
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