Relacion de la llegada del nuevo virrey

Relato que puso el duende en la piedra:

RELACIÓN DE LA LLEGADA DEL VIRREY DON CAMILO MOURIÑO DE GALICIA

Relación de la llegada del Virrey Don Camilo Mouriño de Galicia a la Nueva España, en el año MMVIII de NSJC, y escrita por Fray Duende sin la venia del Comendador Francisco de Mandrílez y Acuña.

Su Majestad Fecalipe I de Borbón y Aznar tuvo a bien designar al Virrey Mouriño, quien ha ido desde Galicia para aplacar a los insurgentes mejicanos llamados renegados. Los encomenderos del Sacrosanto Consejo Empresarial de Las Indias reciben al Virrey con beneplácito, y La Zavaletzin o Malinche, de las tribus chuchotecas, junto con el cacique Emilli Gamboatl fueron a hacer su Santa Alianza con él. Acompáñanle Fray Perberto de Maciel y Torquemada y Sor Elba Esther del Inmaculado Fraude, y cuenta con la bendición de nuestro Sumo Pontífice Benedicto XVI y sus respectivas bulas de excomunión. Esperemos que por ventura los renegados no hagan lo mismo que los herejes defensores de Galileo, que en la Universidad La Sapienza han dado una soberana coz en el sacrosanto trasero de nuestro inquisidor Pontífice.

Ha sido menester, mientras tanto, aumentar los tributos, estancos y alcabalas a los indios, y es sabido que la Corte Real acrecienta sus arcas. Mas se rumora que en las tierras mejicas las huestes insurgentes no están dispuestas a dejarse domeñar, se dice que si decapitan a los Hidalgos vendrán los Morelos, que las excomuniones no los espantan, y que hay muchas mujeres insumisas, que así como hay Malinches también hay Josefas. Se dice que los indios, mestizos y criollos no aceptan el papel que la Providencia les ha impuesto en la Nueva España, que es el de resignarse y someterse a la Real y Pelelísima Corona Espurial. Se rumora que si en la Alhóndiga de Granaditas colgamos las cabezas de sus caudillos, los indios le prenderán fuego, armados sólo con valor y una lozeta en la espalda. Nuestra soldadesca preventiva ya apresta sus cañones para conservar nuestras canonjías, pero también es menester que vuestras mercedes sepan que los indios, criollos, mestizos, zambos, mulatos y demás plebe que está desafiando a la Corona de nuestro Pelelísimo Emperador y a su Coprosanto Espuriato no cederá fácilmente, porque no podemos corromper a todo el pueblo, y que si en una batalla son vencidos seguirán luchando hasta ganarnos la guerra. Su Majestad Fecalipe I desea que las ricas minas de Pemextitlán sean utilizadas en su totalidad por los encomenderos peninsulares de Repsol y los neoingleses de Shell hasta que no quede de ellas más oro negro que extraer, pues agotándose éstas aún quedarán con extensos yacimientos de huizache para vender, y los indios seguirán saltando cercas, cruzando el Desierto de la Arizona y el Río Bravo. Es pues, dura la tarea encomendada a nuestro Virrey Don Camilo Mouriño de Galicia, porque esos mejicanos renegados e insumisos a nuestro Pelelísima Majestad son pertinaces y tienen confianza en su victoria final, creen que nos echarán y están orgullosos del Águila Azteca que devora a la Serpiente, dicen que es un símbolo de que lo que vuela y es libre debe esforzarse por vencer a lo venenoso y rastrero.