Por: Vicky Pelaez
“Si una nación no es capaz de percibir la realidad de manera correcta, su capacidad para afirmarse en el mundo está casi descartada”. Morris Berman.Los inmigrantes que apuestan sus esperanzas a las elecciones presidenciales pecan de inocentes. El proceso electoral norteamericano es como la filmación de una película de Hollywood. Cada aspirante a presidente y su séquito escriben un guión general a manera de los cineastas que buscan temas y forma de presentarlos para atraer una audiencia masiva. La regla del político de éxito es hablar de acuerdo a las expectativas y creencias de cada auditorio. Por eso se acomodan y cambian el contenido de sus mensajes en función de quienes los están escuchando. El ejemplo es el senador republicano por Arizona, John McCain: un día habla sobre la necesidad de legalizar a los inmigrantes indocumentados, al día siguiente apoya la idea de su deportación y al tercer día evita tocar el tema.
El truco de los políticos es saber interpretar las encuestas del estado, para eso contratan especialistas, como hizo George Bush con Karl Rove -un siniestro y cínico especialista en manipulación de la opinión pública- que les preparan los discursos que siempre terminan en sonoro aplauso. Estos asesores analizan las encuestas nacionales y locales y determinan el contenido de cada discurso para tocar el corazón de sus potenciales votantes. A la vez el contenido de este “corazón” está influenciado y manipulado hábilmente por el gobierno y la mayoría de los medios de comunicación que están a su servicio.
NOTA COMPLETA AQUI
No hay comentarios.:
Publicar un comentario