Engañosa e inútil, la prueba obligatoria de VIH/Sida, asegura Asa Cristina
Laurell
* Amentó 4.8 por ciento, entre 2001 y 2005, la tasa de mortalidad de la
enfermedad, afirmó
* Recomienda que la prueba sea de carácter voluntario y que se brinde
asesoría
* La información y el uso del condón son las únicas de protección y de
prevención, resalta
A raíz de las declaraciones del secretario de Salud del gobierno espurio,
José Ángel Córdova Villalobos, sobre la necesidad de volver obligatoria la
prueba de VIH/Sida en ciertos casos como garantía del derecho a la salud
de las mujeres, habría que recordar las directrices internacionales y
norma oficial mexicana al respecto, manifestó la secretaria de Salud, Asa
Cristina Laurell.
Expresó que es un consenso internacional que debe haber amplio y fácil
acceso a las pruebas diagnósticas como un instrumento de prevención.
Sin embargo, aclaró, no es la prueba en sí la que previene, sino que al
combinarla con consejería se logra parar la transmisión de la enfermedad,
informando a las personas sobre su situación y cómo actuar para no
contagiar a otras personas o cómo protegerse en caso de un resultado
negativo.
Mencionó que el Sida es una enfermedad que desde sus inicios ha causado
discriminación y estigmatización de los enfermos y de los grupos
vulnerables. Por ello existe un gran temor en la población general de
hacerse la prueba para no ser víctima de estos prejuicios, consideró.
La secretaria de Salud hizo énfasis en que la única manera de combatir
esta carga social y sicológica negativa es promover la prueba y garantizar
que se realice voluntariamente; que los resultados se manejen con
confidencialidad y sólo para fines de salud, y que sea acompañada de
consejería que convierte la prueba en una poderosa arma de prevención y de
atención oportuna.
El éxito de los programas de tratamiento con medicamentos antiretrovirales
está directamente ligado a la detección masiva a través de la promoción
intensiva y redes de centros de consejería y diagnóstico de acceso
gratuito, destacó.
Las redes –señaló— tienen que estar sustentadas en laboratorios con
capacidad técnica garantizada, ya que las pruebas rápidas no son
concluyentes y deben ser confirmadas.
El gasto de 580 millones de pesos para pruebas rápidas, señalado por
Córdova Villalobos, a todas luces es excesivo y una muestra del uso
ineficiente de los recursos públicos, aseguró al subrayar que los recursos
deberían usarse para constituir una estructura nacional de laboratorios
que impactaría más allá de la epidemia de VIH/Sida.
El resultado, después de llevar varios años de acceso universal a los
medicamentos en México, revela que no se ha tenido una disminución de la
mortalidad por esta causa como era esperable sino un incremento del 4.8
por ciento, entre 2001 y 2005, afirmó.
Una de las posibles razones es precisamente que no existen nacionalmente
estas redes de diagnóstico y consejería, estableció.
La interpretación, prosiguió, se refuerza por el hecho de que en el
Distrito Federal donde se establecieron en paralelo los programas de
medicamentos y la red de centros de consejería y diagnóstico la mortalidad
disminuyó en 16 por ciento del 2001 al 2005.
¿Cuál es el objetivo que se persigue ligando la prueba obligatoria de VIH
al evento de contraer matrimonio cuando todos los estudios actuales sobre
la conducta sexual de los mexicanos muestran un padrón de relaciones
múltiples?, se preguntó.
Lejos de lograr el objetivo preventivo se crea un sentido engañoso de
seguridad haciendo creer que esta prueba disminuye el riesgo de contagio
cuando la única protección es la información y el uso del condón, aclaró.
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