Me envían el siguiente e-mail:
Hola Victor: Te mando mi opinión, la que no quisieron publicar en el Correo Ilustrado de La Jornada. Saludos
El Ing. Cuauhtemoc Cárdenas ha dicho que debemos reconocer al Sr. Felipe Calderón como presidente de México porque encabeza un gobierno constituido y porque así lo reconocen todos los sectores sociales. Habla en nombre de todos los sectores sociales esperando que aceptemos reconocer un gobierno de facto. Además pone en duda la ilegalidad de la elección. Espero que el Ing. Cárdenas no se moleste por contradecirlo un poco: No todos los sectores de la sociedad reconocemos la autoridad legal del titular del poder ejecutivo federal, ni tenemos dudas acerca de la ilegitimidad de su elección. Tenemos la certeza de que quien está usurpando la Presidencia de la República fue impuesto en ese cargo en contra de la voluntad de la mayoría de los electores. Hay pruebas concretas, hechos comprobables y análisis contundentes que así lo demuestran, aunque haya personas, como el Ing. Cárdenas, que no quieren verlas ni saber de ellas, porque no les gustan o no les conviene. Ahora entiendo porqué Carlos Salinas de Gortari fue presidente de México. ¡Claro, si ya nos gobernaba, aún antes de que fueran las elecciones de 1988! Hasta los panistas lo reconocieron.
Con el poder que da la presidencia de la República y la experiencia que ya tiene en fraudes electorales, dentro de algunos años Felipe Calderón nos impondrá otro presidente, al que tendremos que aceptar, pues él mismo se encargará de decirnos que ese nuevo presidente ganó las elecciones “haiga sido como haiga sido”, empezará a gobernarnos y tendremos que reconocerlo, pues “sería cosa de dementes no hacerlo”. El Ing. Cárdenas, lamentablemente, ha arrastrado en su ignominia al Dr. Leonel Godoy; no tiene madera de estadista. Aún recuerdo verlo asustado y balbuceante cuando Ricardo salinas Pliego se le aventó a la yugular el día que asesinaron al narcocómico Francisco Stanley. Tuvo que salir a rescatarlo de su pasmo el gran jurista Samuel del Villar, quien rápida y contundentemente nos demostró que se trataba de un vulgar ajuste de cuentas entre un cocainómano y sus acreedores, y no el asesinato de un carismático comediante atribuible a la falta de seguridad pública, versión que quisieron imponernos los televisos y teleaztecos. Hubo alguien que superó con creces, honesta y valientemente, peores asonadas. Legitimar fraudes es cosa de panistas, no de demócratas. Está claro que los Calderones y los Cárdenas se entienden. ¡Cosas de michoacanos!
Una razón más para apoyar al peje en el 2007.
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