(Exorcizando las oscuras madrigueras medievales)
Michel Balivo y J. Kalvellido
Hoy fui a visitar el parque Cachamay en Puerto Ordaz a unos 600 kms. de Caracas, Venezuela. Es una reserva nacional de flora y fauna para la conservación del medio ambiente y el disfrute de todos. Pero lo que a mí me gusta más es sentarme en las rocas a observar las poderosas caídas de agua. Esta vez pude además ver a un nativo en su canoa zambulléndose y pescando con habilidad natural.
Luego del momento inicial comienzo a experimentar como el ruido mental que habitualmente me acompaña va perdiendo intensidad y un particular silencio empieza a invadirme. Entonces siento como si estuviese asistiendo al intemporal momento en que tales contenidos mentales irrumpieron con fuerza en la mente colectiva humana activando ese particular espacio.
Porque obviamente no es el mismo espacio mental aquél en que percibo los acontecimientos naturales, incluyendo los hechos humanos, sensaciones de hambre, dolor y placer. Que este del ruido interno mental que produce la continua actividad de la conciencia, esa que algunos aún se empecinan en reducir a movimientos de una masa encefálica.
Nota completa: eljustoreclamo.blogspot.com
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