Restan seis meses y medio para que el cambio de rumbo , como denominó con franqueza Miguel de la Madrid Hurtado al viraje radical que encabezó al modificar las cartas de navegación del Estado en la economía, las finanzas, la vinculación de México con el exterior y la política, cubra su primer cuarto de siglo.
Los más decisivos impulsores del modelo del capitalismo salvaje mexicano, es decir: de compadres, hacen febriles preparativos para emprender una segunda ronda de reformas estructurales sin el menor interés por volver la vista atrás y menos aún por realizar un ejercicio intelectual sin prejuicios y apegado a valores éticos, para tomar las decisiones que el camino andado y sus resultados indiquen.
No tienen la menor intención. Y los más entusiastas promotores hablan de que estamos a la mitad del camino. Mientras no concluyamos la tarea –sostienen— y emprendamos las reformas de segunda y tercera generaciones no veremos las bondades del modelo. Sí, es más de lo mismo –plantean sin ruborizarse-- pero no hay de otra.
Irlanda y Chile son los ejemplos que más publicitan. Como si el país que gobierna la socialista -- moderna para los intelectuales orgánicos de Los Pinos-- Verónica Michelle Bachelet Jeria mostrara resultados sustantivos en disminuir la pronunciada concentración de la riqueza, el abatimiento de la pobreza extrema o en modificar la relación con los estudiantes de educación media que cotidianamente son apaleados por los carabineros en respuesta a demandas estrictamente educativas.
Pero son los maestros y guías del No hay más ruta que la nuestra quienes enmiendan la plana a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y los intelectuales propensos a la copia acrítica de fórmulas exitosas en realidades completamente distintas a la mexicana.
El Banco Mundial presenta hoy Gobernabilidad democrática en México, más allá de la captura del Estado y la polarización social, estudio que es un rotundo mentís a los que rinden culto cuasi religioso al mercado.
El documento sostiene, en síntesis, que las reformas “no han podido romper el patrón de concentración económica y polarización regional”. Y sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la reforma más ambiciosa y trascendente, el BM dice que profundizó las diferencias sociales y económicas entre regiones del país y mejoró los ingresos de un sector de la población en detrimento de los socialmente menos favorecidos.
Plantea que las reformas al sistema financiero “son un buen ejemplo de las relaciones simbióticas entre el gobierno y la elite económica del país”, además denuncia que está altamente concentrado, que no redujo los márgenes de intermediación y tampoco facilitó el acceso al crédito.
Sobre el costo de 100 mil millones de dólares del rescate bancario de Ernesto Zedillo Ponce de León --sobresaliente empleado de trasnacionales como Union Pacific a la que favoreció como presidente de la República-- , la conclusión del estudio no tiene desperdicio: “mostró claramente la generosidad hacia grupos específicos de interés en un modo que no fue consistente con el interés público”.
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