Este artículo intenta poner al tanto al lector de como se las gastan las dictaduras en contubernio con los "piadosos curas" para eliminar al pueblo que se resuelve a salir a las calles a protestar por las injusticias que se cometen en su contra, en el nombre de la República y en el nombre de Dios.
Una forma ''mas cristiana de terminar con ellos''
• Vicealmirante confiesa: “A los desaparecidos los tiramos al mar”
BUENOS AIRES (Agencias e Izquierda.info) - “Los tiramos al mar. La iglesia y nosotros pensábamos que era una forma mas cristiana de terminar con ellos.”
Por primera vez, un alto oficial de la Armada argentina reconoció el jueves 1ro. de febrero ante la justicia haber firmado instrucciones a sus subordinados para arrojar detenidos políticos al mar desde aviones, informaron las agencias Télam, gubernamental y Diarios y Noticias (DYN), privada.
La declaración fue hecha por el vicealmirante retirado Luís María Mendía, de 83 años, actualmente procesado y con prisión domiciliaria debido a su edad. Está enjuiciado por numerosas violaciones a los derechos humanos. Según quienes lo conocen, la confesión “no revistió el carácter de confesión por arrepentimiento, sino una declaración arrogante de que lo hecho estuvo bien”.
Un familiar del vicealmirante pregunto “¿Qué pueden hacerle? Ya esta mas cerca de la muerte que de la vida. Fue su ultima satisfacción: decir lo que hizo y tirárselo en la cara a sus acusadores.”
Una confesión similar había sido hecha en 1994 por otro oficial naval, pero de inferior graduación, el ex capitán de fragata Adolfo Scilingo, quien admitió haber participado personalmente en los llamados "vuelos de la muerte", sobre los que brindó muchos detalles. Scilingo cumple actualmente una pena de más de cinco siglos de prisión en España.
Mendía había pedido al juez federal Sergio Torres ampliar su declaración indagatoria, en un trámite que se cumplió el jueves.
Según Télam, el ex jefe naval "asumió todas las responsabilidades y dijo haber firmado el denominado 'Placintara' (Plan Capacitación contra Insurgencia Terrorista de la Armada Argentina). En dicho plan se daban instrucciones precisas para la lucha contra la subversión e incluso se planteaba la eliminación física a través de los aviones que, en vuelo, arrojarían los cuerpos vivos y narcotizados".
DYN informa que Mendía "se hizo cargo que el plan Placintara llevaba mi firma" y habría agregado ante el juez que "mis subordinados combatieron con abnegación, valor, valentía, subordinación y heroísmo durante los ocho años que duró la guerra contra las organizaciones subversivas y terroristas".
A pesar de los intentos de lanzar su arrogancia a la sociedad en la forma de un ultimo desafío, las declaraciones de Mendía abren un capitulo nuevo, ya que agrega detalles y por lo mismo, alarga la lista de los potenciales culpables que pueden ser enjuiciados por los crímenes de la dictadura.
Por ejemplo explico un abogado penalista a Izquierda.info, “todos los subordinados inmediatos del vicealmirante pueden ser considerados sospechosos de crímenes de lesa humanidad desde ahora y, mientras mas cercano el colaborador, mas 'prima facie' asunción de que también son culpables.”
La dictadura instaurada en marzo de 1976 gobernó hasta diciembre de 1983. Se le atribuye haber hecho "desaparecer" a unos 13.000 disidentes políticos, cifra que los organismos defensores de derechos humanos hacen ascender a 30.000.
No fue posible confirmar las declaraciones atribuidas a Mendía con sus abogados defensores.
Scilingo hizo su confesión en 1994 ante el periodista Horacio Verbitsky, presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), uno de los principales organismos defensores de derechos humanos. Sobre la base de ese testimonio, Verbitsky escribió un libro, "El Vuelo".
Verbitsky declaró el jueves a la AP que la declaración de Mendía "confirma lo que dijo Scilingo hace 13 años. Entonces relató que a principios de 1976, antes del golpe militar del 24 de marzo, el almirante Mendía, entonces comandante de operaciones navales, reunió a numerosos oficiales en la Base Naval de Puerto Belgrano", a 600 kilómetros al sur.
"Les explicó", relató Verbitsky, "el método que había decidido aplicar la Armada todavía antes del golpe. Por un lado, el personal naval no iba a vestir uniformes durante los procedimientos 'antisubversivos'. E iban a matar a los prisioneros arrojándolos desde aviones en vuelo. Mendía también les dijo que el método había sido consultado y aprobado por la jerarquía eclesiástica (católica), que los autorizó, porque era una forma cristiana de muerte".
"Los vuelos de la muerte, según se confirma ahora, no fueron producto de la locura de un grupo, sino un plan orgánico puesto en marcha institucionalmente", dijo el titular del CELS.
Scilingo viajó voluntariamente a España para declarar ante el juez de la Audiencia Nacional de Madrid, Baltasar Garzón. Pero fue detenido, procesado y condenado en 2005 a 640 años de prisión por haber cometido crímenes de lesa humanidad.■
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