...el que desgobierna con odio y sin la razón que otorga el respaldo popular.

Nueva policía para defender la inmoralidad

jueves, 15 de febrero de 2007

Por Ricardo Andrade Jardí En marcha la creación de una nueva policía única (y militar) que se suma a la colección de policías que la “Democracia Corporation S.A.” colecciona en México. Policía Judicial (la única constitucional), Policía Federal Preventiva (PFP), AFI, SPV, etc., un muestrario de calamidades y horrores que se suman a la ineficacia y la corrupción de la tecnocracia gobernante. La convocatoria para formar una nueva policía única (y militar), una especie de guardia nacional, es reflejo de la llegada a la Presidencia de un “caballerito” que tomó protesta por la puerta de atrás, jurando ante el Estado Mayor presidencial, que afirma que ganó la elección presidencial con los resultados que su propio cuñado proporcionó al IFE de Elba Esther Gordillo, aliada incondicional de este hombrecito que dice ser el presidente de México, aunque sus actos “públicos” sean todo, menos “públicos”. Que nadie se equivoque. Los intentos del gobierno espurio por formar una Guardia Nacional tienen un claro objetivo: combatir la disidencia de los cientos de miles de ciudadanos mexicanos que no podemos ni queremos reconocernos en el imaginario del México de la corrupción y el fraude, donde los empresarios saquean el país y se declaran en quiebra para ser rescatados con dinero público otorgado por el hoy usurpador “constitucional”. Una única policía militarizada que sirva para proteger el cártel en turno y “perseguir” a los renegados sociales que no quieran entender que la democracia occidental es el escudo del libre mercado y las trasnacionales. Una guardia nacional de violadores sexuales que favorezca el narcotráfico tolerado por el desgobierno actual y combata al enorme frente opositor que se prepara a dar la lucha para evitar la venta y privatización de las industrias energéticas de nuestro país. Que nadie se equivoque, la idea de una policía única y militarizada responde a la lógica de un sistema que, mientras condena y criminaliza la pobreza, protege y fomenta los negocios de la prostitución, del turismo sexual, los monopolios privados, las redes de pederastas que incluyen a legisladores y a gobernadores, una policía militar que proteja intereses de grupo y asesinos políticos, mientras militariza la represión contra aquellos que no quieran entender que lo más inmoral en esta pretendida democracia mexicana es justamente la moral de la ciudadanía organizada. Una guardia nacional como inconsciente de la razón de Estado de quien desgobierna con odio y sin la razón que otorga el respaldo popular.