MEXICO S.A.

MEXICO SA.
Carlos Fernández-Vega.

Crece desempleo en el país de la "macroeconomía envidiable"
Cuarenta de cada 100 mexicanos entre el desempleo y la informalidad
Impuestos a juegos y concursos

No es novedad, pero con un gobierno recién concluido que, según él, "generó empleo como nunca antes, a tasas históricas", y uno entrante que de plano no sabe cómo promover o crear ocupación en la economía formal, la deteriorada salud laboral del país alcanza niveles críticos y tiende a empeorar.

En este México de macroeconomía "envidiable", 40 de cada cien mexicanos en edad y condiciones de laborar sobreviven entre el desempleo abierto, la subocupación y la informalidad: 1.6 millones en el primero de los casos; 3 millones en el segundo y 12 millones en el tercero. A los anteriores deben sumarse 4.9 millones de personas "disponibles" ("para trabajar que han desistido de buscar empleo" o "para trabajar que no buscan empleo por considerar que no tienen posibilidades", de acuerdo con la explicación oficial), con lo que la proporción se incrementa a 50 de cada cien.

Nada mal para este paraíso, en el que sus gobernantes (de antes y ahora, que al final de cuentas son los mismos) no dejan pasar oportunidad para presumir que "México reporta la menor tasa de desempleo en toda América"). Eso en el discurso oficial, porque una aproximación a la realidad laboral nacional la ofreció ayer el INEGI, por medio de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente al último trimestre de 2006, de la que se toman las cifras referidas.

Los últimos dos meses del "cambio" y el primero de la "continuidad" cerraron con 3.6 por ciento de la población económica activa en el desempleo abierto, cuando en último trimestre de 2000 el mismo indicador se ubicó en 1.5 por ciento de la PEA. Al sentarse el "cambio" en Los Pinos se estimó que el 24.9 por ciento de la población ocupada buscaba la vida en la economía informal; al cierre de 2006, esa proporción se había incrementado a 28.04 por ciento.

De acuerdo con las cifras del INEGI, la población económicamente activa en el país cerró 2006 en poco más de 44.4 millones de personas, de las 42.85 millones se cataloga como ocupada, incluyendo a 3 millones que no reciben ningún tipo de remuneración. Cerca del 60 por ciento de los empleos se registran en el sector servicios (comercio, principalmente), 26 por ciento en la industria y 14 por ciento en el primario (agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca).

Para el registro de la representación patronal y gubernamental en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos ("ya casi nadie lo gana"), 13.05 por ciento de los trabajadores obtiene hasta un mini ingreso; 20.35 por ciento más de uno y hasta 2; 21.75 por ciento de 2 a 3; 18.04 por ciento de 3 a 5; 11.95 más de 5; 8.96 no recibe ingresos y 5.9 no especificó el monto obtenido. En resumidas cuentas, el 73.19 por ciento de la población ocupada gana menos de 250 pesos diarios, independientemente de que casi el 63 por ciento de ellos no tiene acceso a las instituciones de salud y la mayoría carece de contrato.

De las cifras divulgadas por el INEGI, destacan que en octubre-diciembre de 2006 la población subocupada en el país fue de 3 millones de personas, habiéndose incrementado este monto en 346 mil personas con relación al total cuantificado en el mismo periodo de un año antes. La presencia de la subocupación es mayor en el sector primario, en donde casi nueve de cada 100 personas están en esa situación, mientras que en los sectores secundario y terciario es de siete y de seis, respectivamente.

Población ocupada en el sector informal: la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo permite identificar, de acuerdo con las recomendaciones internacionales, a la población que labora dentro del Sector Informal2 de la economía. Es así que un total de 11.4 millones de personas, que representan al 26.6 por ciento de la población ocupada se encuentran en esta situación, habiendo disminuido en 502 mil personas respecto al dato de un año atrás.

En el cuarto trimestre del año pasado la población desocupada en el país fue de 1.6 millones de personas y la tasa de desocupación equivalente es de 3.6 por ciento de la PEA, contra 3.1 por ciento en igual trimestre de 2005. Al estar condicionada a la búsqueda de empleo, la tasa de desocupación es más alta en las localidades grandes, en donde está más organizado el mercado de trabajo; es así que en las zonas más urbanizadas con 100 mil y más habitantes la tasa es de 4.3 por ciento, mientras que en las que tienen de 15 mil a menos de 100 mil habitantes de 3.6 por ciento, en las de 2 mil 500 a menos de 15 mil de 3.1 por ciento, y en las rurales de menos de 2 mil 500 habitantes de 2.1 por ciento.

Si se observa a la población ocupada en función de la posición que tiene dentro de su trabajo, se tiene que 2.1 millones (4.9 por ciento) son propietarios de los bienes de producción, con trabajadores a su cargo; casi dos terceras partes del total, esto es, 28 millones son trabajadores subordinados y remunerados (65.4 por ciento); 9.7 millones (22.6 por ciento) trabajan por su cuenta, sin emplear personal pagado, y 3 millones (7.1 por ciento) son trabajadores que no reciben remuneración.

De las anteriores categorías, son los trabajadores subordinados y remunerados los que han mostrado mayor dinámica, de manera que aumentaron en 928 mil personas entre el cuarto trimestre de 2005 e igual periodo de 2006 y los empleadores crecieron en 139 mil personas, mientras que las otras dos categorías disminuyeron, en 77 mil los trabajadores por cuenta propia y en 23 mil los que no perciben una remuneración por su trabajo.

Las rebanadas del pastel.
De lo perdido, lo que aparezca: Televisa no sólo se quedó con sus permisos para juegos (marca Creel), sino que pretendía irse sin pagar impuestos, algo que parece estar de moda entre los grandes empresarios y sus enormes corporativos. Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación avaló que los gobiernos del Distrito Federal y los estados de la República cobren impuestos sobre las loterías, rifas, sorteos y concursos, por lo que negó el amparo solicitado para tal efecto por Grupo Radiopolis y Corporación Novavisión (SKY), ambas pertenecientes a la "fábrica de sueños" de Emilio Azcárraga.