VALERO FLORES Y DOS CARTONES

Visa negada 9 de Noviembre del 2006
Actualizado: 4:11:15 AM hora de Cd. Juárez

Nota original.

Luis Javier Valero Flores Médico
Como premio de consolación, en virtud de que la Cámara de Diputados le prohibió viajar a Vietnam y Australia, el presidente Vicente Fox nos hará el favor de visitar hoy –espero que por última vez, por favor-- a los chihuahuenses.

Fruto de la mercadotecnia y de las muchas ganas que tenía la sociedad mexicana por sacar de Palacio Nacional al PRI, Fox confirma hasta en el último de sus actos como presidente, la enorme carga de frivolidad y la falta de estatura para convertirse en el estadista que necesitaba el país en esta etapa de transición.

Vamos, hasta en las minucias de la presente visita: viajará dos horas de la ciudad de México, estará otras dos en la Sierra Tarahumara para inaugurar una ¡subestación eléctrica en Basaseachi! y luego viajará otras dos horas de regreso a la capital del país. ¿No es acaso un exceso de frivolidad y una absoluta falta de visión, vamos, ya no de estadista, sino hasta de cualquier gobernante de medio pelo que si se celebra el Congreso Nacional de Transparencia, acudir a este acto? ¿O acaso no podría, en todo caso, acudir a Juárez y recibir, de viva voz las peticiones –y los justos reclamos-- de los juarenses ante la devastación causada por los temporales sufridos semanas atrás?

Pero no existe, ya no digamos en las concepciones presidenciales, sino en su entorno inmediato, alguien con un mínimo de capacidad (y por supuesto, que sea oído por Fox) que lo ayude a discernir cuales cosas son las más convenientes de realizar.

Y no es que no sea importante la subestación eléctrica, lo es, pero esa obra hasta el superintendente local la puede inaugurar, pero la presencia presidencial nadie la sustituye en lugares como Juárez, tan golpeado por las inclemencias climáticas.

Pero tal parece que es demasiado pedir… lo que natura no otorga…

Para muestras, de esa incapacidad y de las enormes incongruencias que debimos soportar los mexicanos a lo largo del sexenio es el episodio de verdadera tragicomedia protagonizado por el primer mandatario no priísta a lo largo de más de 70 años. Digan lo que digan las voces oficialistas, Fox pretendía aprovechar el viaje a Vietnam, en donde se celebraría la 14ª reunión de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), para visitar a su hija Paulina, residente en Australia –a propósito, ¿qué hace allá la muchacha? ¿Por qué tan lejos? No hagan mucho caso a estas últimas preguntas, son ganas de chirinolear.

Pero ante la negativa de los diputados de oposición al viaje de Fox, éste reaccionó de forma verdaderamente increíble.

Y luego con esas “ayuditas” de sus compañeros diputados, como la del diputado Oscar Mohamar, quien descalificó la gravedad de los problemas nacionales al catalogar al conflicto de Oaxaca de un “asuntito”, y los atentados del lunes como articulados por “grupitos”. No, si la seriedad de la vida nacional la tienen bien asimilada, así gobiernan.

La respuesta presidencial no puede ser más lamentable. Todo mundo está recordándole sus primeras frases al tomar posesión, especialmente aquella de “el Ejecutivo propone y el Legislativo dispone”. Esa promesa de forma de gobernar, como casi todas las demás, quedó hecha trizas a unos días de que se vaya el presidente, con toda seguridad, más frívolo de la historia moderna.

Como si su ausencia de la reunión de la APEC fuera determinante, anoche, abusando del tiempo que le concedió el duopolio televisivo, nos espetó que la decisión de los diputados atentaba “contra los intereses de México”. No, señor presidente, ya pasaron los tiempos en los que sus antecesores eran la quintaesencia viva de la nación, afortunadamente, no por su gestión, sino por la lucha y la decisión de los mexicanos, alcanzamos la posibilidad de atenuar, así sea en hechos como los ahora relatados, el asfixiante presidencialismo sufrido durante décadas por los mexicanos.

En su enojo, Fox evidenció algunas de las razones por las que el conflicto oaxaqueño llegó al estadio actual, dijo que lamentaba “que los legisladores del PRI se nieguen a escuchar la voz del pueblo y no sean capaces de actuar con responsabilidad ante conflictos locales”. Llegó más lejos, los acusó, así con esas palabras, de oportunistas, pues pretenden transferir “responsabilidades a otros poderes, en vez de subordinar su actuación a los intereses superiores de la nación”.

No fueron los únicos denostados por quien ocupa, y sólo ocupa, la silla presidencial, también el PRD fue acusado de “promover conflictos”, en clara alusión al conflicto de Oaxaca. Si ese es el nivel de conocimiento de la situación en la entidad convulsionada, ahora es perfectamente entendible porqué el gobierno y el PAN decidieron que el conflicto se agudizara. ¿Por qué los senadores del partido en el gobierno no votaron por la desaparición de poderes en Oaxaca? ¿Acaso en esa decisión no decidieron “transferir” el conflicto a otros ámbitos del poder?

Más aún, acusar al PRD de promover el conflicto es desconocer, por completo, la génesis del mismo. Y si Fox tiene pleno conocimiento de las cosas, peor.

Las respuestas del PRI y del PRD, ante las acusaciones presidenciales, eran de esperarse con lo que las declaraciones presidenciales lo único que han logrado es enrarecer aún más el ambiente político, pues en lugar de tenderle puentes al priísmo –en aras de entregarle a Calderón una mejor situación nacional-- obtuvo que el CEN del tricolor se lanzara, con todo, contra la APPO, en términos que los retratan vívidamente, por eso es bueno traerlos a colación: “… si por voz del pueblo entiende (Fox) a los grupos integrados en las agresivas e ilícitas actividades contra la ley, la educación pública, la propiedad, las instituciones y la paz social que se identifican bajo la coalición de radicalismo denominada Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca”.

Es decir, ni una sola rendija dejaron los priístas para entablar el diálogo que le ponga un alto a lo más agudo del problema en la entidad de la Guelaguetza y es, otra vez, el presidente el que le pone el extra a los conflictos.

Ante esa situación, Fox se acogió al viejo dicho de los chihuahuenses, aquel de que cuando crecían los conflictos, personales o colectivos, era mejor irse “para Aldama”, pero ¡oh, sorpresa! Ahora resulta que la otrora tranquila y bucólica Aldama se convirtió en tierra de “levantados”, casi en tierra sin ley en la que el crimen organizado teje y desteje a placer.

La frivolidad de Fox es la que da origen a escenas, de la más auténtica picaresca mexicana, como la del martes en la Cámara de Diputados: hablaba a favor de la gira presidencial el diputado panista Rogelio Carvajal, muy seguro de la enorme importancia del viaje lanzó la pregunta: “¿Saben a qué va a Australia?”. Una voz anónima le contestó, “¡A un baby shower!”.