DEL DEFORMA:
Lanzan extrañamiento a televisora
Nota original:
A la Presidencia de México le extraña la difusión que la cadena de televisión hizo de unas imágenes de Fox previas a una entrevista
Ariadna García
Ciudad de México (9 noviembre 2006).- La Presidencia de la República, a través de su vocero, lanzó este jueves un extrañamiento a la televisora hispana Telemundo, a la cual acusó de falta de ética periodística.
En su conferencia de prensa matutina, el portavoz presidencial, Rubén Aguilar, dijo que a la Presidencia de México le extraña la difusión que la cadena de televisión hizo de unas imágenes del Presidente Vicente Fox previas a una entrevista.
El miércoles, Telemundo difundió unas imágenes en las que se ve al Mandatario alistándose para una entrevista que otorgó a la agencia de noticias española EFE.
En el video se escucha al Presidente decir: "Ya ando libre, ya digo cualquier tontería. Ya no importa, total, yo ya me voy".
"La Presidencia de la República sólo expresa su extrañamiento ante la falta de ética periodística de esta cadena de televisión", afirmó Aguilar.
Durante la conferencia fueron distribuidas dos cartas que recibió el vocero por parte de la agencia EFE, en las cuales ofrece disculpas por la difusión del material.
NOTA:Hombre casi nunca es posible escuchar a un retrazado mental que se ostenta como "presidente de una republica" que en lugar de estar en un manicomio ahora despacha sus dineros con la cuchara grande,es logico, los periodistas darian todo por lograr una declaracion asi,ya los oimos,"andele sr presi-chente vuelva a hacerlo;sus pendejadas suben raiting".Ojala le den el permiso a Telemundo de trabajar en Mexico en telera abierta.Y de etica periodistica el ex-guerrillero mariguano no sabe ni papa,para empezar esta GRABADO el Burro Parado diciendo eso,no hay duda.
CONTINUAMOS CON TEMPLO MAYOR:
Nota original.
EN SU CAMPAÑA internacional por la presidencia de la ODCA, Manuel Espino se encontró con una sorpresita.
A CADA PAÍS que llegaba para buscar el voto de los partidos demócrata-cristianos, le decían que se acababa de ir un enviado de Felipe Calderón cuya encomienda -precisamente- era echarle tierra al dirigente nacional panista.
EL SUPUESTO embajador de mala voluntad fue identificado como Rolando García Alonso, ex director de Relaciones Internacionales del PAN y miembro del equipo de transición calderonista.
DEBIDO A ESTO, Espino tuvo nuevamente una discusión con el equipo del Presidente electo al que exigió sacar las manos y no obstaculizar su candidatura.
ES POR ESO que varios partidos latinoamericanos ya comenzaron a recibir una carta firmada por Juan Camilo Mouriño, en la que se compromete a que ningún miembro del equipo intervendrá para favorecer o denostar a cualquiera de los candidatos.
Y CON TODO y falta de ortografía asegura que en ese proceso electoral el Presidente electo no tendrá "ingerencia".
NADIE PUEDE DUDAR de que a Ulises Ruiz lo adoran los burócratas oaxaqueños.
A CADA UNO le descontaron ¡500 pesos! de su salario, como "cuota de recuperación" para la marcha de apoyo al gobernador que el martes recorrió las calles de Oaxaca.
ÉSAS SON muestras de cariño auténtico. ¿O qué? ¿A poco alguien cree que las aportaciones fueron voluntariamente a la fuerza?
CON TODO y su fuero de senador, el panista Juan Bueno Torio está en la mira de la Cámara de Diputados.
LOS LEGISLADORES quieren sacar de su escaño al ex director de Pemex Refinación y sentarlo en el banquillo de los acusados, por el accidente en un buque tanque ocurrido en la refinería de Pajaritos hace algunas semanas.
LOS PERITAJES revelan que hubo un brutal descuido en el almacenamiento de combustible en el barco que estalló, y que la responsabilidad recae sobre la empresa contratista López García, encargada del mantenimiento.
EL PUNTO interesante es que esa compañía dicen que era la favorita de Pemex Refinación en la época de Bueno Torio, que fue cuando acaparó buena parte de los contratos.
DE AHÍ QUE el flamante senador veracruzano podría salir flameado de San Lázaro.
POR CIERTO que la Cámara de Diputados se convierte en estos días en algo así como La Meca para los gobernadores.
¿POR QUÉ? Pues porque ya empezó la peregrinación de mandatarios hacia San Lázaro, para cabildear que les den una buena tajada del presupuesto del próximo año.
UNO DE LOS PRIMEROS que llegó fue Ismael Hernández Deras, gobernador de Durango, y para hoy se espera al veracruzano Fidel Herrera.
YA HAY varios desayunos y comidas agendados para los próximos días, en los que los mandatarios estatales tratarán de ver qué sacan... aunque luego tengan broncas para comprobar esos recursos.
Miguel Ángel Granados Chapa
Intereses partidistas
Nota original:
El presidente Fox reprochó a legisladores el rechazo a sus solicitudes para viajar al extranjero, y lo atribuyó a sesgos partidarios, como si él estuviera a salvo de ellos y no los hubiera practicado al punto de presentarse como ganador de dos elecciones, en 2000 y 2006
Tras las dos veces que el Congreso rechazó solicitudes del presidente Fox para viajar al extranjero, el Ejecutivo acudió a su privilegio de dirigir mensajes a la nación por medios electrónicos para quejarse ante la sociedad de la actitud de los legisladores. Las dos ocasiones lamentó que "intereses partidistas" entorpecieran la marcha de su gobierno, como si él no actuara animado por intereses de corte semejante. Asestar esa acusación a sus adversarios y soslayar su propia práctica en tal sentido es un acto de hipocresía que fue especialmente notorio ahora, al día siguiente de su cínica admisión de que él ganó dos elecciones presidenciales, la suya propia hace seis años y la de Felipe Calderón.
En una entrevista al Grupo Imagen (en que presumo que participa con acciones la señora Marta Sahagún) durante el regreso de Montevideo, Fox se ufanó de su doble triunfo. En su estilo chabacano, que a él le parece sencillo, y entre risas, contestó a Yuriria Sierra, quien le preguntó si le gusta Felipe Calderón como sucesor: "Pa qué te digo que no si sí... realmente me tocó ganar dos veces: me tocó ganar el 2 de julio del año 2000 y me tocó ganar el 2 de julio del año 2006". En el contexto de su grosera intromisión en el proceso electoral, reconocida aun por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, su campanudo autorregodeo es una inequívoca confesión de parte.
Si él ha ejercido de modo extremo sus intereses partidistas lo menos que puede hacer es guardar silencio sobre los que en su opinión esgrimen los partidos diferentes al suyo. La mayoría de los diputados (incluidos algunos panistas) negó a Fox autorización para viajar a Australia y a Vietnam no para estorbar el ejercicio de sus funciones sino al contrario, para que no deje de desplegarlas en las delicadas últimas semanas de su administración. Aun si su sexenio concluyera en medio de la tersura con que se inició, sería impropio que la mitad del último mes de gobierno se dedicara a las relaciones exteriores. Pero en la circunstancia presente, cuando en Oaxaca la presencia policiaca federal y la rebelión social pueden agudizar en cualquier momento el conflicto provocado por el terco Ulises Ruiz, y cuando la delincuencia organizada secuestra y asesina a decenas de víctimas cada semana, sin que nadie sea detenido por ello, a Fox sólo le faltaría tañer el laúd para asemejarse a la legendaria imagen de Nerón ante el incendio de Roma.
La reacción presidencial ante la negativa del Congreso a autorizar viajes presidenciales ignora que esta práctica va cobrando normalidad, desde que en 1997 el partido hegemónico empezó a dejar de serlo. El 5 de noviembre de ese año, la flamante LVII Legislatura de la Cámara de Diputados hizo saber, de modo al mismo tiempo tajante e inocuo, que ese órgano legislativo había dejado de operar como simple oficialía de partes. El presidente Zedillo, como sus antecesores lo habían hecho inveteradamente, pidió una autorización del modo burocrático y desdeñoso que estilaba el Ejecutivo, sabedor de que en todo caso las Cámaras autorizarían su viaje. En aquella ocasión, Zedillo pidió en un solo documento permiso para cuatro viajes, dos de ellos en fecha remota. La mayoría opositora autorizó los más inmediatos, como prueba de que no estorbaría el trabajo presidencial y negó los restantes, con el atinado argumento (que se actualizó ahora) de que los permisos deben tener en cuenta, así la naturaleza del viaje de que se trate como la coyuntura nacional en el momento en que se realice. En su momento, presentadas oportunamente las nuevas solicitudes, fueron autorizadas sin problema.
La misma legislatura, en diciembre de 1999, se disponía a rechazar un nuevo pedido presidencial. Para no exponer al Presidente a ese desaire, la bancada priista rompió el quórum el día en que el asunto sería desahogado, lo que dio tiempo a Zedillo para retirar su solicitud, relativa a un encuentro con el presidente Clinton en Washington. Prudencia semejante observó Fox al final de su primer año de gobierno, cuando calculó que su solicitud para viajar a Buenos Aires le sería rechazada (a la vista del resultado de su primera y prolongada gira trascontinental) y oportunamente la retiró.
La primera negativa rotunda que varó al Presidente fue la ocurrida en abril de 2002. El viaje previsto no incluía encuentros con el Presidente ni congresistas norteamericanos ni con el primer ministro o legisladores canadienses. Era, sí, una gira de trabajo en que la tarea sustantiva podía ser realizada por agentes presidenciales o por el Presidente mismo sin tener que abandonar el país. La relación entre el Senado y el Ejecutivo padecía entonces singular deterioro, entre otros factores por el desdén que en los 16 meses del gobierno el canciller Jorge G. Castañeda había manifestado al órgano legislativo supervisor de la política exterior.
En los mensajes televisados con que Fox quiso vengarse de la negativa congresional el Presidente se quejó de que la cancelación de su viaje constituía un desaire a quienes lo recibirían, cuya reacción sería lesiva para la imagen mexicana. Qué dirán las naciones extranjeras, se decía durante el porfiriato en circunstancias análogas. No se reparaba entonces, ni Fox repara ahora, en qué dirán los ciudadanos si el Presidente viajara (en medio del boato en que esas giras ocurren) cuando hace falta la conducción firme de los asuntos de Estado, necesaria aunque no la hayamos experimentado a menudo.
Cajón de Sastre
No siempre ocurre así, pero a veces el Presidente tiene raptos de sinceridad. Entrevistado por Telemundo, en 10 segundos trazó su semblanza: dijo sentirse ya libre, por lo que está "diciendo tonterías", puesto que al fin y al cabo ya se "está yendo". Luego encabezó la entrega de los premios nacionales de Ciencias y Artes. No sé si a modo de disculpa, o para reír de sí mismo, recordó su gazapo de llamar José Luis Borgues a Jorge Luis Borges. Quizá para hacer creer a su auditorio que su problema es de dislexia y no de ignorancia, llamó Carvalo, con ele y no con doble ele como corresponde al notable crítico e historiador de las letras mexicanas, Emmanuel Carballo, uno de los recipiendarios del máximo galardón otorgado por la República a sus creadores e investigadores. La ocasión fue aprovechada por la gran actriz Julieta Egurrola, invitada a la ceremonia, para presentar directamente a Fox un reclamo para que se castiguen las agresiones sexuales a mujeres detenidas en Atenco el 4 de mayo. Fox no reaccionó ante la inesperada petición.
Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.com
Lorenzo Meyer
La verdadera desaparición de poderes
Nota original.
Es urgente determinar hasta qué punto el desorden actual es producto del foxismo y hasta qué punto del mal funcionamiento del sistema en general
Duda
¿Lo que hoy está en crisis en México es sólo el foxismo o también el sistema político? Obviamente el fin del sexenio abre posibilidades de cambio, pero en la medida en que el origen del desarreglo mexicano no se reduce a la Presidencia, el mero cambio de gobernante no resolverá el problema. Se requiere determinar hasta qué punto las insuficiencias que hoy muestra la vida pública mexicana no son problemas de una persona -Vicente Fox- sino de la estructura del poder y empezar a buscar la solución de fondo.
Oaxaca
En la actual crisis política oaxaqueña -una rebelión urbano-popular con pocos precedentes en la historia mexicana- han aflorado casi todos los problemas que hoy aquejan a nuestro sistema político, de ahí la importancia del caso.
La insurrección suriana se prolonga sin dar señales de abatimiento; hace ya tiempo que dejó de ser un hecho local y se transformó en manifestación de una patología nacional. Ya se llegó al punto en que ese complejo problema no se puede caracterizar sólo como el desvanecimiento de una estructura de poder local sino nacional. Sin embargo, lo más grave de los sucesos oaxaqueños no es la falla y descomposición de las instituciones sino la evanescencia de ese ánimo de optimismo y de confianza en el futuro colectivo que en el 2000 había traído consigo la victoria pacífica de las urnas.
En el sexenio que termina se perdió la posibilidad de un buen inicio de la consolidación de esa forma de vida política buscada desde el siglo XIX y por la que apenas ahora empezamos a transitar. En la actualidad, las encuestas y las movilizaciones nos dicen que una parte de la ciudadanía considera que se han violado las reglas democráticas que permiten dirimir civilizadamente las inevitables diferencias de intereses y de interpretación del proyecto nacional. Los desencantados pueden atribuir la responsabilidad de esta situación a la corrupción e incompetencia de los políticos y no les falta razón, pero el problema central es más serio: el mal funcionamiento de todo el entramado institucional.
El problema oaxaqueño es hoy el ejemplo más evidente de cómo los males estructurales heredados del viejo régimen aunados a la cortedad de miras, a la mala fe y a la ineptitud, transformaron un problema sindical y local en un embrollo que ya rebasó sus fronteras y que resume bien las contradicciones y defectos de líderes e instituciones para dar respuesta a las demandas de una sociedad pobre, muy desequilibrada en su estructura de clases, desconfiada del poder y agraviada por la conducta de las élites dirigentes. Por otro lado, Oaxaca también permite pensar que, pese a todo, aún no se ha perdido el impulso, desde abajo, de imaginar que es posible una condición colectiva mejor.
Cronología significativa
Como se sabe, el problema en la entidad suriana arrancó el 1o. de mayo con la predecible entrega de un pliego petitorio al gobernador por parte del gremio más organizado y mejor remunerado de esa entidad: los maestros de la sección 22 del SNTE. Ante lo que consideraron una respuesta insatisfactoria, los profesores iniciaron un plantón en la capital estatal. La situación, hasta ahí normal y predecible, dio un salto cualitativo con bloqueos, megamarchas y, sobre todo, el fracaso de la "solución de fuerza" que intentó el 14 de junio Ulises Ruiz, el gobernador priista.
El triunfo magisterial sobre la policía en la "batalla del 14 de junio" llevó a que otros descontentos con el gobernador -cuya elección se había efectuado dentro de la más pura tradición del PRI- se unieran a los maestros y constituyeran la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), una gran alianza entre la sección 22 del SNTE y numerosas organizaciones sociales y municipales irritadas por la forma discrecional como el gobernador manejaba la distribución de los recursos públicos. El 2 de julio Ulises Ruiz y el PRI oaxaqueño perdieron de manera espectacular las elecciones presidencial y legislativas. La autoridad estatal ya no pudo entonces llevar a cabo la emblemática Guelaguetza (la APPO organizó la Guelaguetza alternativa, la popular) y el proceso de evaporación de los poderes estatales se aceleró, lo mismo que la constitución de una especie de gobierno por asamblea popular de la ciudad de Oaxaca.
En agosto, la APPO asumió el control de estaciones de radio y televisión, bloqueó las entradas a la ciudad y levantó barricadas en su interior. Un paro organizado por la iniciativa privada para contrarrestar a la APPO no funcionó, tampoco funcionaron los disparos nocturnos ni los ataques esporádicos de gente del gobernador, aunque dejaron más de una docena de muertos. De nada sirvieron las reuniones convocadas por Gobernación, ni las amenazas del gobierno federal de recurrir a la fuerza. El Senado intervino sin conseguir otra cosa que el ridículo al concluir que en Oaxaca si bien había ingobernabilidad, los poderes formales no habían desaparecido y que Ulises Ruiz, aunque ya no gobernaba, podría seguir como gobernador.
Al concluir octubre, las autoridades federales finalmente decidieron mandar a la capital oaxaqueña 4 mil efectivos de la Policía Federal Preventiva (PFP). El gobernador pudo así regresar a la Casa de Gobierno y la Federación, en un intento por alejar a los maestros de la APPO, se comprometió a dar a los educadores de Oaxaca y del resto del país ¡42 mil millones de pesos a lo largo de los próximos seis años!
Las acciones federales de fuerza y cooptación fueron hechas a destiempo. El retorno de los maestros a sus salones fue parcial y el 2 de noviembre, y tras siete horas de una fiera batalla campal en las inmediaciones de la universidad -piedras, gases, toletes, chorros de agua y químicos, bombas molotov, cohetones, heridos y prisioneros- una multitud de "appistas" obligó a la PFP a replegarse a sus bases en el centro de la ciudad.
El pasado 5 de noviembre, y mientras el gobernador apoyado por el PRI insistía en no renunciar, una APPO sobrada llevó a cabo una nueva megamarcha en su contra que contó con contingentes de fuera del estado; el gobernador contestó el día 7 con una contramarcha de sus partidarios, que sí existen. Oaxaca está tan dividida como el país. Como sea, hoy la demanda de los insurgentes ya no es sólo la renuncia del mandatario estatal sino la transformación radical de la estructura política local. Como bien notara The New York Times (4 de noviembre), en la antigua Antequera se vuelve a oír hablar de revolución, situación impensable apenas hace unos meses. Coronando el proceso, tres estallidos de bombas en el Distrito Federal que, según los grupos guerrilleros que los reivindican, son su respuesta a la acción federal en Oaxaca. El río sí que está revuelto.
Hace tiempo que los poderes locales formales perdieron su capacidad de hacerse obedecer en la antigua Antequera, pero algo similar pasó también con los poderes federales. La PFP sólo a medias ha restaurado el orden perdido en Oaxaca. La Secretaría de Gobernación no pudo sentar a las partes en disputa para proceder a una negociación efectiva. El Poder Legislativo, en donde el PAN necesita del PRI para iniciar su segundo sexenio en el poder, no tuvo la fuerza para ordenar la reconstrucción del poder oaxaqueño. La Iglesia Católica y los empresarios -los poderes fácticos- tampoco han sabido hacerse obedecer por la parte más popular de una sociedad en la que no hace mucho ellos mandaban.
En suma
El cuadro oaxaqueño hoy no es más que una expresión extrema del fracaso de la política que ha llevado a cabo la dirigencia de un régimen que se suponía destinado a regenerar la vida pública de México. En lo económico la inflación se mantuvo controlada pero no hubo crecimiento sustantivo ni combate a los monopolios. La competitividad disminuyó y la exportación de mano de obra a Estados Unidos se incrementó. La condición de pobreza se mantuvo en casi la mitad de la población. Las elecciones se hicieron -según la admisión del propio Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación- en condiciones de inequidad e ilegalidad y la oposición de izquierda respondió con un Presidente legítimo en contraste con el legal. El narcotráfico avanzó, la inseguridad y corrupción se mantuvieron, la relación con el exterior se deterioró, incluso con Estados Unidos.
El primer gobierno del régimen democrático mexicano resultó un proyecto fallido. Hoy la tarea es recuperar lo ganado en el 2000, empresa nada fácil dado el grado de encono que ya se ha generado y que ha creado el ambiente menos propicio para lo que es característico de la democracia auténtica: apego real a las reglas del juego, tolerancia y negociación efectiva.
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jueves, noviembre 09, 2006
NOTAS Y NOTAS,DEL REFORMA
Publicadas por Martín Triana Dontriana a la/s 10:59 a.m.
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