PARAFRASEANDO A PEPE ALAMEDA.

Opinión México

Apasionada entrega, no graciosa huida.

Por: Julio Pomar
(especial para ARGENPRESS.info)
(Fecha publicación:09/11/2006)

Al todavía presidente Fox (al 8 de noviembre le restan sólo 22 días para dejar de serlo, felizmente para la nación mexicana) seguramente nadie le comentó aquella famosa frase de José Alameda, cronista de toros quien vino de la España Republicana en los años 40, quien creó dos frases lapidarias. Una: “el toreo es apasionada entrega, no graciosa huida”, y otra: “en el crisol de los fracasos se forja el triunfo”.

La intención foxista-martista de huir de México para visitar en este noviembre dos países muy lejanos al nuestro, Vietnam y Australia, fue echada abajo por la Cámara de Diputados, cuando las diputaciones del PRD y el PRI no le ratificaron el permiso para salir del país que sí le había dado el Senado.

O sea, le frustraron la “graciosa huida”.Tras ello, Fox lanzó la noche del martes 7 un “mensaje a la nación” por TV y radio, cadena nacional, en el cual se quejó amargamente de esta decisión diputadil y la calificó como “simple oportunismo” político ante los hechos de Oaxaca, en lo que otros vieron un cobro de factura, por parte del PRI, ante la postura últimamente asumida por el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, que abre el camino para que el priísta Ulises Ruiz abandone el cargo de gobernador de Oaxaca, obligado paso para poder resolver el conflicto en ese estado.

En medio de alegatos a veces pueriles de los diputados, encabezados por el infantilismo de los panistas, los del PRD y el PRI conminaron a Fox a atender con apasionada entrega los problemas que están estallando con motivo de la crisis oaxaqueña, que hace ya rato pasó de ser un problema local, para instalarse como un evidente problema nacional.

Frente al argumento panista de que eran “visitas de estado” tramadas desde hace un año, los opositores le espetaron a Fox que “el que tiene tienda, que la atienda”, que ante la irresolución del asunto Oaxaca y ante los tres bombazos en el DF del lunes 6, no se justifica este viaje. Que, además, iba a ser en parte sólo familiar, ya que una hija de Fox, recién casada, vive en Australia con su marido.

La liviandad consabida de 6 años, el no darse cuenta de qué es gobernar, saltó en el mensaje de Fox “a la nación”, quien dijo aceptar el dictamen legislativo aunque no estar de acuerdo con él, como “demócrata que soy, respetuoso de la independencia de los poderes”.

El hecho es que tendrá que atender el asunto de Oaxaca y poner a sus jaurías policiacas en busca de los atentadores bombísticos. Así se le “cebó” el lujuriante viajecito, episodio en el que, asimismo, muchos ven el resumen de todo un sexenio: desatender la función que le fue encomendada en las urnas en el 2000.

Esto lo resumió de manera adecuada la “mesa de periodistas” del miércoles del programa Monitor, de TV y radio, dirigido por José Gutiérrez Vivó. Los participantes invitados estuvieron en una sola línea, la de que Fox debe ocuparse de los asuntos de su gobierno y no andar diciendo “tonterías” por todas partes “al fin que ya me voy”, como le reconoció el martes a una televisora estadunidense.

Fox nunca aprendió que la política es apasionada entrega, no graciosa huida. Genio y figura desde su inauguración hasta su frustrado escape. A casi todos los problemas políticos o sociales les huyó, a veces desentendiéndose y a veces aplicando la fuerza bruta, y no por demócrata, sino por incompetente.

Supo sacar al PRI de Los Pinos, pero palmariamente no supo qué hacer con el poder en la mano.

Fue el primer epitafio de su fallida presidencia.