Nos escribe un lector muy indignado por los actos de represión del gobierno en San Salvador Atenco. Reproduzco íntegro el e-mail:
San Salvador Atenco y el síndrome de 'ellos se lo buscaron'
Es alarmante esta situación sobre todo porque se ha vuelto a correr la sangre en este, el México supuestamente democrático que Vicente Fox nos trata de vender con su vergonzosa campaña mediática. Lo más lamentable de los hechos occuridos en Atenco es, una vez más, la pérdida de vida humana. Y el hecho de que el gobierno nos trató de engañar una vez más, diciéndonos que el joven de 14 años murió a manos de los manifestantes (a través un "petardo"), es sumamente indignante. El médico forense ya declaró que la causa de muerte fue un balazo en el tórax. ¿Y cuál es la respuesta del gobierno ante este hecho que desmiente su versión oficial (o por lo menos la de los medios)? Que ni la policía municipal, ni la estatal, ni la federal iban armadas. Nótese la similitud de esta reacción a la que se dió después de lo ocurrido en Sicartsa, cuando el secretario del trabajo Francisco Salazar, justificó la muerte de dos seres humanos bajo el deleznable argumento de que no vale la pena lamentar su deceso porque ellos, como sus compañeros, "se las truenan". Lo mismo hizo Rubén Aguilar, los responsabilizó a ellos mismos de su muerte: "si no hubiesen defendido a un líder corrupto, esto no hubiera pasado". Y no ha habido una verdadera retracción del gobierno en este tema. Ni siquiera al salir a la luz pública los videos de la brutal represión y falta de respeto a la vida humana.
También es preocupante la homogeinedad de opinión en los medios masivos de comunicación: ha sido generalizada la aprobación por parte de los medios a las recientes acciones represivas del gobierno. Hoy más que nunca es indudable que los medios están al servicio del gobierno, y viceversa. Esta asquerosa relación simbiótica nunca ha dejado de ser; lo único que ha cambiado es que ahora Televisa no es el único "soldado del presidente", ahora es sólo un miembro más del ejército Foxisalinista. Y lo más indignante es que todo aquel que se atreve a cuestionar las versiones oficiales del gobierno es inmediatamente tachado de antidemocrático, de extremista, de anarquista, prácticamente de traidor a la patria. Es lamentable como la TV, la radio, y la prensa escrita tratan de forzarnos a creer ciegamente en el gobierno; a "respetar las instituciones", a apoyar el respeto al supuesto estado de derecho a como de lugar y sin importar las consecuencias. Pues para ellos, el fin justfica los medios. Es bastante preocupante porque nos mandan el mensaje de "si no estás con nosotros, eres el enemigo". Es muy similar a la situación política que se vive en Estados Unidos desde la llegada de la actual administración, la cual pasará a la historia como la más extremista, la más corrupta y la más detrimental para su sociedad. En el país vecino el partido de la derecha, el Republicano, se encuentra adueñado de las tres ramas gubernamentales de una sociedad federalista, caso muy similar al de México, en donde personas de intereses ultraderechistas han secuestrado nuestro sistema gubernamental.
Pero, volviendo al tema principal: si se ha demostrado a lo largo de la historia que nuestro gobierno no sólo miente, sino que se beneficia de la mentira, ¿entonces por qué es disparatado cuestionar sus torpes justificaciones ante los recientes hechos sangrientos? Aquellos con intereses afines al gobierno federal esperan indoctrinarnos con el lema de que "México ya cambió", a pesar de que se sigue derramando sangre. Que el camino de Fox nos ha llevado al mañana prometido de la democracia, a pesar de que seguimos en el ayer; a pesar de que sigue imperando el cancer de la represión fascista y asesina, de la inseguridad, del narcotráfico, del influyentismo corporativista, del ataque feroz a la libertad de expresión -- porque el facilitar condiciones para que sólo algunas mentes afines a intereses del gobierno tengan los medios para hacerse escuchar es, en efecto, represión de la libertad de expresión-- y de la corrupción institucional.
Se insiste en que se tiene que confiar y respetar en "las instituciones", a pesar de que estas jamás se han dado a respetar. Se nos pide ser pasivos y obedientes como buenos subordinados. Pero el gobierno ha ignorado una ley fundamental que siempre nos ha regido: a cada acción le corresponde una reacción. Y ahí está la reacción de los que han sido atropellados por el estado: el repudio total al gobierno.
Es por eso que es necesario un cambio verdadero, total, y de raíz. Nos dice Fox que no hay que arriesgarnos, y comparto su opinión: no hay que arriesgarnos a más de lo mismo. Porque si seguimos por este camino, mañana México seguirá siendo rehén del ayer.
Una razón más para votar por el peje y por el PRD para el congreso en el 2006.
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