Si bien la vida no es una elección, te plantan en ella sin decir agua va, a partir de que tienes cierta conciencia de la realidad te la pasas eligiendo, equivocándote y volviendo a elegir. Por lo general, las primeras elecciones son pésimas, porque como no se tiene experiencia pues tampoco se tiene idea de la consecuencias.
Se supone que a medida que se va madurando se va adquiriendo experiencia, y con ello, criterio de cuales son las elecciones que más viabilidad tienen para obtener lo que se desea. Aunque dicen que el ser humano es el único que se tropieza con la misma piedra, también es cierto que hay algunos que sí tienen la capacidad de no repetir errores, pero ello depende del conocimiento que tengan y de que se haya reflexionado cada vez que se yerra, de tal forma se ha visto que el segundo matrimonio es por lo general mejor que el primero.
En cuanto a las sociedades es necesario que se tenga conocimiento de las equivocaciones de los que nos antecedieron para no repetirlas. He ahí la importancia de la historia.
El abstencionismo de los oaxaqueños en las elecciones de ayer no necesariamente debe interpretarse como una negativa a elegir, sino también como elegir no elegir. Es decir, no es asumir una actitud pasiva sino activa. Probablemente parte de los que eligieron no elegir lo hicieron en base a su experiencia: elijan lo que elijan, siempre les va de la patada, ya sea porque se pone otro que no eligieron o porque el que eligieron vuelve a ser el mismo sátrapa que prometió que no sería durante la campaña.
Entonces la interpretación de este abstencionismo sería hagan lo que les dé la gana, como lo hacen siempre votemos o no votemos, que nosotros nos vamos a organizar de otra manera según lo dictan formas políticas que tienen su origen en nuestro acervo histórico indígena, que iremos recreando y que resultaran ser más efectivas que las que nos han impuesto.
Respetable como debe ser toda elección, nuestra humilde opinión considera que la cosa no es tan sencilla ni necesariamente efectiva para obtener lo que se desea. Primero, porque aún dentro de la historia indígena también existió una sociedad estamentaria y desigual en la que un individuo de linaje (como en la monarquía), que ni siquiera era elegido sino que de base se consideraba superior, controlaba las fuerzas económicas, militares, religiosas y políticas que regían, de manera injusta como lo hizo Moctezuma en el imperio azteca, y segundo, porque las relaciones económicas, políticas y sociales las manejan individuos económica y militarmente feroces, menos dispuestos que en la cultura indígena, a permitir grupos étnicos que manejen sus recursos y que se organicen según sus consensos, que no se tientan el corazón para desaparecerlos de la faz de la tierra antes de concederles su autonomía.
Nota completa: eljustoreclamo.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario