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miércoles, agosto 08, 2007

EDITORIALISTAS DE LA JORNADA

Luis Linares Zapata

La ansiada normalidad

El esfuerzo de cierta crítica que se expresa en medios por asentar la normalidad del gobierno espurio de Calderón es notable. Una vertiente retoma el viejo adagio que predica la supremacía de la eficiencia como paradigma de la política. Nada más importante que el triunfo, se concluye con profundo dejo de sabiduría experimentada una y mil veces en la historia. Otra de las argucias, usadas en estos días de exámenes electorales para carreras cortas, se dirige hacia la pronta cura de las heridas que ocasionó la polarización desatada durante la pasada campaña por la Presidencia. Y un resto más, bastante reducida en sus alcances como en la calidad de su elaboración, habla de un logro calderoniano basado en las enseñanzas que el presidente del oficialismo extrae al diferenciarse de algunos personajes del ámbito público. Tres corrientes de crítica que se enlazan para sostener el adelanto logrado, en el corto plazo, por el aventajado guía del más rancio y mustio panismo, ahora encaramado en el Ejecutivo federal de manera ilegítima y hasta ilegal.

Sin recato alguno, el ex secretario de Relaciones Exteriores y efímero precandidato, Jorge Castañeda, reclama para sí mismo la autoría de la guerra sucia pasada que tantas heridas causó al cuerpo social de la nación. Todo se vale, incluso la eliminación del rival, implicaba su publicitado dicho. Ante la feroz reacción en contra, el güero, ya reacomodado en la academia, reculó. Un hálito de vergüenza ante el cinismo le obligó a repensar su estúpido desplante. Pasado un conveniente intervalo de tiempo le aumentó un calificativo: todo se vale, dentro de la legalidad. Una corrección de Perogrullo.

La realidad que envolvió la campaña de 2006, sin embargo, cayó muy lejos de esos límites marcados en la ley. La participación de su ex jefe, el rencoroso ranchero de nailon Vicente Fox, no cumplió esa restricción. Su campaña publicitaria incidió, de manera por demás descarada, en una rampante ilegalidad, tanto por sus contenidos como por su desorbitado financiamiento con cargo a los haberes públicos. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en sus deshonestos alegatos, que desembocaron en el tristemente famoso dictamen administrativo político (en lugar de la debida sentencia) no pudo menos que reconocerlo. A pesar de ello, las consecuencias de tan flagrantes violaciones foxianas quedaron flotando entre la nada y la impunidad.

Aún más para allá de ese episodio propagandístico, que sin duda ayudó a inflar las pretensiones de Calderón, hay que recordar otras acciones, todavía más delincuenciales de Fox y que lo colocan como un auténtico traidor a la democracia: los acuerdos para el fraude final orquestado. Pasan aquí lista de presencia, tanto la profesora Gordillo, como los varios gobernadores priístas (Espino dixit). Este fue, ya no hay duda, el real ingrediente del "triunfo de Calderón" y el referente preciso de la venganza de Fox. Los pelos y las señales están ahí para el que quiera verlos. Para los que no, pues ni modo, ya los atropellará la historia, cuyos pormenores se van apilando con premura inusitada. Los que ya son innegables, por groseros y onerosos, son los pagos de las pasadas y malformadas colaboraciones, cuyas facturas se van pasando a cobro ante los atónitos ojos de los mexicanos. La profesora hace gala inusitada de ello, pero no es la única: atrás vienen los demás con sus cuchillos bien afilados para cortar profundo en la carne del erario nacional.

Ganar como sea o, según dicho calderoniano afirma: aiga sido como aiga sido, son dos versiones idénticas del mismo despropósito. Esta falta absoluta de ética nada tiene que ver con una proclamada verdad política, sino con un esfuerzo justificatorio para hacerse de un puesto público de manera tramposa, indebida o ilegal. Ahora se usa para apuntalar una administración, como la actual, que hace agua antes de empezar a remar. Tal ruta, revestida de pragmatismo, conduce a excesos peores: la incapacidad de ejercer un gobierno actuante, eficaz y, sobre todo, benéfico para los ciudadanos. Esta ingobernabilidad, por falta de resultados, errores, omisiones y desvíos, es la prueba de que la conducta de un gobernante, así guíada, conduce a una Presidencia sitiada por aquellos participantes en la serie de complicidades y malformaciones permitidas con el señuelo de lograr el triunfo.

¿De qué manera puede Calderón librarse de un Fox protector de familiares, derrochador y frívolo? ¿Cómo hacer a un lado a los espinosos yunqueros que exigen cotos y prebendas? ¿Cómo situar a los empresarios (en efecto tramitadores de influencias) que lo financiaron para que cumplan con la labor que tienen por delante y no perpetúen los privilegios indebidos de los que gozan? ¿Cómo deslindarse de sátrapas de bolsillo, como Ulises Ruiz o el góber precioso y facilitar la labor de la justicia en lugar de darles cariño y protección, aun a costa del desprestigio mundial? (Amnistía Internacional) ¿Cómo negociar de manera eficaz una reforma hacendaria si el PRI (en su versión decadente) lo tiene cercado? La cuenta de toda esta gobernanza, al mero estilo liberal, la están pagando los mexicanos de abajo y los clasemedieros que ven agotadas las salidas a sus limitaciones y falta de oportunidades. Todo apunta a que los años por venir se agreguen a la ya amplia cadena de eslabones que atan el crecimiento y la justicia distributiva.

La división entre los mexicanos lejos de sanar se endurece. Así lo apuntan diversas encuestas y, lo más importante, así se palpa en todo el ancho México de las dolencias acumuladas. No hay más delirio que la ansiedad de cierta crítica por salvar una administración que no da muestras de habilidad, que se achica ante la adversidad y acentúa la ineficiencia de su operación cotidiana y, por si fuera poco, extravía el rumbo a seguir.

Alejandro Nadal

Sobreinversión: la cara oculta de la crisis

La economía estadunidense comenzó su ascenso como potencia hegemónica alrededor de 1873. Por esos años Inglaterra terminaba de salir de una recesión que anunciaba la terminación de su gestión como organizadora de la economía global. En cambio, Estados Unidos había superado airoso una guerra civil y podía acceder a un espacio de rentabilidad y de expansión del capital que se ofrecía a pocos países en Europa.

El exceso de inversión (y su contrapartida, la capacidad instalada ociosa) llega hoy a niveles extravagantes en las principales industrias del mundo: electrónica, acero, aluminio, automotriz, telecomunicaciones, y muchas más. Por ejemplo, se estima que la capacidad instalada en la industria automotriz será 80 por ciento más grande que la demanda mundial en 2010. Desde la industria química (plásticos y PVC), hasta las especialidades, como la refinación de cobalto, el síndrome del exceso de capacidad instalada anuncia severos problemas para el futuro.

China ha contribuido al exceso de capacidad instalada (al forzar a la inversión extranjera a establecer fábricas completas y no sólo instalaciones maquiladoras, como hizo México). El caso del acero es revelador: a pesar de ser el primer consumidor de acero del mundo, en 2006 el exceso de producción rebasó la capacidad total de Japón. Tarde o temprano China incrementará sus exportaciones (en serio), agravando la evolución de la tasa de rentabilidad a escala mundial.Leer más...

José Steinsleger

Bolivia: si ves al futuro, dile que no venga

A los comités de notables que se disponen a celebrar el bicentenario de la independencia, sugerimos tres tareas previas: 1) evaluar 1992, año en que los pueblos americanos fueron excluidos del convite; 2) aclarar qué se anhela festejar: ¿la independencia de los Hidalgo o de los Iturbide?; 3) considerar que hoy, en Bolivia, se reflexiona y delibera activamente en torno a las grandes palabras: libertad, patria, nación, república, derecho, soberanía, Estado, democracia, autonomía, Constitución, independencia...

Días atrás, conmemoramos la independencia política de Bolivia, donde sus pueblos no cesan de preguntarse quiénes se independizaron el 6 de agosto de 1825, cuando sus ideales quedaron en agua de borrajas. Por esto, rayan la cancha frente a las corrientes historiográficas que a las rebeliones de indígenas, mestizos y mulatos le asignan mecánicamente el papel de "precursoras" de la independencia.Leer más...

Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Fondos de soberanía de riqueza: ¡la nueva revolución capitalista estatal!

Prometimos abordar los ingeniosos FSR nacionalistas (fondos de soberanía de riqueza, o SWF, por sus siglas en inglés) en el contexto del "nuevo orden económico mundial" que a regañadientes aceptó la prensa anglosajona adscrita a la extrema derecha financiera (ver Bajo la Lupa, 1/8/07) y que están gestando una verdadera revolución capitalista estatal con armas financieras, lo cual ha puesto a temblar a las trasnacionales del G-7.

Lawrence Summers, anterior secretario del Tesoro en la fase final de Clinton, pega el grito en el cielo: "los FSR sacuden la lógica del capitalismo" (The Financial Times, 30/7/07). Ahora resulta que las inversiones innovativas de los estados nacionalistas "extraen tecnología ajena" y "consiguen influencia", ya que "son muy diferentes a los otros actores económicos", por lo que deben ser regulados. Summers olvida que los inventos perniciosos del modelo anglosajón, como los hedge funds (fondos de cobertura de riesgo) y los private equity (propiedad privada) están desregulados y no pocas veces "han extraído" las joyas estratégicas de los países flagelados por las "leyes" del "libre mercado".Leer más...

México SA

Carlos Fernández-Vega

Reparto del pastel nacional

Alta concentración de la riqueza

Estancamiento económico

Control de la educación y de las elecciones

Exacta o aproximada, la información de Fortune sobre la riqueza de Carlos Slim (revista especializada que lo declara como el hombre más rico del mundo) sólo confirma la urgencia de llevar a cabo el más importante de los cambios estructurales que el país requiere y que ningún político se atreve a proponer, por miedo a perder las gracias (migajas) del gran capital: la reforma antimonopolios.

Aunque la Constitución es contundente en dicho sentido (artículo 28), la realidad es que nadie le hace caso, comenzando por el gobierno y especialmente a raíz de la política privatizadora puesta en marcha cinco lustros atrás. Por el contrario, con el visto bueno de cinco inquilinos de Los Pinos consecutivos, se ha fortalecido la tendencia de repartir el pastel nacional entre unos cuantos, garantizando el monopolio en la correspondiente rebanada.

Más allá del discurso oficial, que sin duda contradice a la práctica, si el país quiere crecer económicamente, repartir de mejor forma la riqueza y el ingreso, estimular el mercado interno y tantos etcéteras pendientes, no queda más recurso que desandar el camino de la monopolización de la economía iniciado 25 años atrás con el acceso del neoliberalismo a Los Pinos, so pena de permanecer como hasta ahora: estancados, con un crecimiento de supervivencia, miserables condiciones para el grueso de los mexicanos, concentración y acaparamiento del ingreso y la riqueza.

De ser correcta la información de la revista Fortune, en tan sólo siete meses del presente año, Carlos Slim (mister monopolio, como lo bautizó el Wall Street Journal) habría incrementado en 10 mil millones de dólares su fortuna, a razón de casi 48 millones diarios, incluidos sábados, domingos y días festivos. Según Forbes, al cierre de 2006 tal riqueza sumó 49 mil millones de billetes verdes; de enero a julio de 2007, habría llegado a 59 mil millones, un aumento de 20 por ciento en el periodo, en medio de una economía, la mexicana, que ni fu ni fa.Leer más...


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