El 11 de septiembre de 1973, fue realizado el golpe de estado por parte del Ejército Chileno contra el gobierno democrático de Salvador Allende. El pretexto, que la mala situación económica del país, causada por los atentados terroristas financiados con 5 millones de dólares de la CIA, que al igual que los petardos de hoy de la capital no causaban muertos, junto con huelgas, manipulación de la prensa para desprestigiar al gobierno legítimo y el bloqueo económico norteamericano, fraguados por Kissinger que llegó a decir que "no podía permitir que Chile fuera al socialismo por la irresponsabilidad de su pueblo".
Hoy, ante el ominoso escenario económico que se presenta para el 2007, con una economía norteamericana que entrará en rescesión, lo que significará menos exportaciones, menos remesas de los paisanos, menos empleos (200,000 menos según Cartens) y un mayor y predecible descontento social, panorama ya plenamente anunciado por el futuro Secretario de Hacienda calderonista, a los fascistas locales no se les ocurre mejor idea para conservar el poder y apuntalar a Calderón que repetir el libreto que la CIA con el apoyo de los democristianos -representados en México por el PAN- usó para desgracia de miles de hombres y mujeres en Chile, no contentos con orquestar la más grande campaña de odio y división entre los mexicanos que se tenga memoria, ahora salen con este cuento. ¿Qué sigue? ¿Acaso van a escalar los ataques para hacer que la toma de Calderón se realice con un toque de queda en la Ciudad de México, la única manera en la que podrá realizarse? ¿Tanto se les pegaron las malas mañas del PRI, que las mañas de Ulises Ruiz y Madrazo también son suyas, neopanistas fachos? COBARDES. COBARDES, TRAIDORES Y RATEROS
Felipe Calderón y el PAN, antes que competir y perder como era previsible en una elección justa, dado lo gris que es este hombre, decidieron salir a recolectar votos no con razones sino con terrores imaginario, odio y miedo, y una vez acortada la diferencia suplirla con un fraude electoral, avalado por un tribunal parcial y tendencioso. Calderón y el PAN, al igual que quien comete un fraude, necesitan cada vez de más mentiras para ocultar su fraude. Así explica por qué no hay quien lo apoye, y sus supuestos partidarios son personas en las que germinó la semilla del odio a Andrés Manuel López Obrador y a todos los que lo apoyamos, pero a los que Calderón con todo y hayan votado por él es un personaje totalmente secundario y olvidable.
Lo bueno de los hechos de hoy, y de las acciones del PRI y el PAN en Oaxaca es que queda plenamente demostrado quienes son los violentos y con esto, tenemos una poderosa razón más para apoyar a López Obrador en los años por venir, y luchar porque ese gran proyecto alternativo de nación se realice, aún con el riesgo de que no vayamos a vivir para verlo. México lo merece.
Hoy, ante el ominoso escenario económico que se presenta para el 2007, con una economía norteamericana que entrará en rescesión, lo que significará menos exportaciones, menos remesas de los paisanos, menos empleos (200,000 menos según Cartens) y un mayor y predecible descontento social, panorama ya plenamente anunciado por el futuro Secretario de Hacienda calderonista, a los fascistas locales no se les ocurre mejor idea para conservar el poder y apuntalar a Calderón que repetir el libreto que la CIA con el apoyo de los democristianos -representados en México por el PAN- usó para desgracia de miles de hombres y mujeres en Chile, no contentos con orquestar la más grande campaña de odio y división entre los mexicanos que se tenga memoria, ahora salen con este cuento. ¿Qué sigue? ¿Acaso van a escalar los ataques para hacer que la toma de Calderón se realice con un toque de queda en la Ciudad de México, la única manera en la que podrá realizarse? ¿Tanto se les pegaron las malas mañas del PRI, que las mañas de Ulises Ruiz y Madrazo también son suyas, neopanistas fachos? COBARDES. COBARDES, TRAIDORES Y RATEROS
...Colocado en un trance histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza.
La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
¡Trabajadores de mi Patria!: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, espero que aprovechen la lección.
El capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, crearon el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición: la que les señaló Schneider y que reafirmara el Comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando, con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios...
...Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, la seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! , ¡Viva el pueblo!, ¡Vivan los trabajadores!
Éstas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.”
11 de septiembre de 1973, último mensaje a su pueblo de Salvador Allende
Felipe Calderón y el PAN, antes que competir y perder como era previsible en una elección justa, dado lo gris que es este hombre, decidieron salir a recolectar votos no con razones sino con terrores imaginario, odio y miedo, y una vez acortada la diferencia suplirla con un fraude electoral, avalado por un tribunal parcial y tendencioso. Calderón y el PAN, al igual que quien comete un fraude, necesitan cada vez de más mentiras para ocultar su fraude. Así explica por qué no hay quien lo apoye, y sus supuestos partidarios son personas en las que germinó la semilla del odio a Andrés Manuel López Obrador y a todos los que lo apoyamos, pero a los que Calderón con todo y hayan votado por él es un personaje totalmente secundario y olvidable.
Lo bueno de los hechos de hoy, y de las acciones del PRI y el PAN en Oaxaca es que queda plenamente demostrado quienes son los violentos y con esto, tenemos una poderosa razón más para apoyar a López Obrador en los años por venir, y luchar porque ese gran proyecto alternativo de nación se realice, aún con el riesgo de que no vayamos a vivir para verlo. México lo merece.
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