En su libro Historia de una infamia (Hermosillo, 1997), el panista sonorense Luis Carlos Moncada mencionó el papel que desempeñó el duranguense Manuel Espino en los conflictos del panismo sonorense que derivaron en impedir que Adalberto Rosas fuera candidato a la gubernatura de esa entidad.
Espino, quien fungía como diputado por Chihuahua, se hizo cargo de la dirigencia estatal del PAN sonorense el 18 de agosto de 1996.
La historia, tal como la relata Luis Carlos Moncada en su libro es esta:
...Espino tenía primero que limpiar su imagen antes de arremeter contra Rosas, ya que de acuerdo con señalamientos periodísticos, contaba con antecedentes de presunto cohecho, extorsión y tráfico de influencias, durante su gestión como responsable de la Oficina Desconcentrada de Gobernación, en Ciudad Juarez, en el gobierno panista de Francisco Barrio Terrazas.
"Esos cargos suscitados luego de publicarse en la prensa juarense que brindaba protección a vendedores de vinos y cervezas y algunos centros de damas de la vida galante le valieron que fuera despedido de ese puesto el 15 de noviembre de 1993, según un reportaje publicado en Cambio Sonora el 26 de septiembre de 1996"
"Por esas fechas, también el Imparcial hacía el juego a Rosas López, ya que había sacado provecho de sus "padrinos", Antonio Lozano Gracia
y José Antonio Gándara terrazas, a la sazón procurador general de la República y oficial mayor de esa dependencia, respectivamente.
"Con Lozano y a través del ahora ex subprocurador especial, Pablo Chapa Bezanilla, El Imparcial tuvo acceso, a lo largo de 1995 y 1996, a "filtraciones" de información no confirmada del caso Colosio, con las que pretendió demeritar la imagen del gobernador Beltrones".
"Pero una vez que Lozano Gracia fue cesado como procurador por el presidente Ernesto Zedillo, el dos de diciembre de 1996, tanto Espino como el rotativo en cuestión se abrieron de capa al sacar a la luz pública presuntos "trapitos sucios" de "El pelón".
"El clímax de esta situación se produjo tres días después de la destitución de Lozano, el 5 de diciembre, cuando Espino presentó una demanda penal en contra del secretario de gobierno, Roberto Sánchez Cerezo, "por destinar recursos públicos al comité de campaña de Rosas López, concretamente la renta de una copiadora".
"Al presentar querella, el delegado estatal se cuidó de señalar directamente a "El pelón". Rechazó que haya solicitado el apoyo del gobierno del estado. El o los responsables, dijo, parecen encontrarse entre sus colaboradores de campaña".
"Pero el daño estaba hecho, ¿Cómo iba a ser capaz Rosas López de gobernar el estado de Sonora, de estar a cargo de una maquinaria de funcionarios y empleados públicos que rebasan en número los cinco mil, cuando no podía estar enterado de lo que hacen un puñado de colaboradores de su comité proselitista?"
"Rosas López ya no pudo levantarse. Y hora antes de suspenderse definitivamente la convención estatal panista, dio a conocer su retiro del actual proceso electoral"
En su libro, prologado por Abelardo Casanova, viejo militante del panismo sonorense, se presenta una historia de traiciones, de insidias y de imposiciones de la dirigencia nacional del PAN en detrimento de Adalberto Rosas.
En su prólogo, Casanova se refiere la creciente influencia empresarial dentro del PAN, y en un curioso lapsus destaca involuntariamente los orígenes del panismo "tradicional" en la extrema derecha católica Aunque, como es sabido dicho partido se fundó en 1939 y en él intervinieron poderosos empresarios que en mucho se podrían parecer a los llamados "neopanistas", Casanova refiere que el gobierno de Alvaro Obregón "gaseó, encarceló y persiguió" a "panistas" en su momento, es decir, por lo menos diez años antes del surgimiento del PAN. Al parecer, Casanova identifica a cristeros con panistas, por las relaciones ideológicas que entre ambos han existido:
A lo largo del libro, Moncada se refiere a la pertenencia de personajes como Gerardo Aranda Orozco, empresario poblano radicado en Sonora y expresidente de la Coparmex, hermano de la actual titulr del DIF, Ana Teresa Aranda Orozco, a grupos como la USEM y el Opus Dei. y como ejemplo, de la filiación de extrema derecha de muchos empresarios dentro del PAN. Ciertamente, tienen esa filiación, pero también los llamados "pansitas tradicionales" la tienen, también en ese sector, e incluso en el PRI ha trabajado el Opus Dei, al igual que otros grupos de la extrema derecha católica. Al parecer, acusarse de pertenecer a esa derecha radical hoy tan desacreditada es más bien un recurso propagandístico que usan unos contra otros los miembros del PAN, como un sambenito que ellos mismos se ponen. Hay que hacer notar que lo mismo panistas tradicionales que neopanistas suelen compartir espacios en grupos como la Unión Nacional de Padres de Familia, Provida y otros.
Las pugnas entre panistas llegan a ser tan enconadas como las guerras de religión, independientemente de que casi todos ellos sean católicos declarados y practicantes. En su libro, Moncada relata cómo se llevó a cabo, el 9 de marzo de 1997, el registro como candidato a la gubernatura de Enrique Salgado, en lugar de Adalberto Rosas, dirigente histórico del panismo en esa entidad.
"¿No que no cabrones" ¿No que no entrábamos? !Nos la pelaron!...
¿Improperio del "Leperaza" Carlos Castillo Peraza" No. Palabras, nada más ni nada menos, que del máximo dirigente de Acción Nacional, ayer domingo, durante la fiesta "cívica" del PAN en la que este partido registró a Enrique Salgado Bojórquez a la gubernatura de Sonora.
Palabras de Felipe Calderón Hinojosa, externadas como salidas del "alma" luego de siete minutos de empujones, codazos, pisotones, en los que se vio envuelto como olas humanas que van y vienen, hasta que logró romper la "barrera" que levantaron un grupo de panistas contrarios al "dedazo" (expresión de la regidora Refugio Barba Salazar) mediante el que se "impuso" la candidatura de Salgado Bojórquez".
Contra las imposiciones de la dirigencia blanquiazul Refugio Barba se puso en huelga de hambre, mientras que otros panistas simplemente optaron por alejarse de ese instituto político, como fue el caso de Alma Vucovich, quien pasó a engrosar las filas del PRD.
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jueves, abril 13, 2006
Los orígenes de Espino, según los propios panistas
Publicadas por Edgar González Ruiz a la/s 3:21 a.m.
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