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domingo, abril 02, 2006

LAS REVELACIONES DE ALFONSO DURAZO

Esta es la nota de proceso con la entrevista a Alfonos Durazo, ex-vocero de la presidencia, en la que revela que SÍ estuvieron involucradas varias instancias en el desafuero del peje:



El desleal fue Fox
Autor: José Gil Olmos
Fecha: 02-Abr-2006

El exsecretario particular de Luis Donaldo Colosio y del presidente Vicente Fox, Alfonso Durazo, inicia su aventura perredista. En entrevista con Proceso, habla de sus motivos para romper con el gobierno de la alternancia y precisa el momento en el que éste "se desvió" del objetivo que ofreció a los electores: "democratizar el poder". Por el contrario, incurrió en un colapso moral al pensar en la fantasía de un proyecto transexenal a través de Marta Sahagún.

HERMOSILLO, SON.- Antes de soltar la primera declaración, Francisco Alfonso Durazo Montaño mide el calibre y el significado de sus palabras. No es para menos: en las últimas semanas ha sido calificado por foxistas y panistas como desleal y traidor por hablar de quien fuera su jefe en Los Pinos.

Al fin, suelta: "Más que decepción o desilusión, hay una ruptura. El presidente Vicente Fox abusó del poder como lo hicieran los priistas, lo utilizó para fines de grupo, partidistas, y para cumplir metas políticas personales. Se desvió".

Fueron muchos los abusos del poder del presidente Vicente Fox, dice su exsecretario particular. De todos ellos, destaca el "proyecto de pareja presidencial" -el cual impulsó para que Marta Sahagún lo sustituyera en la Presidencia de la República y llevó al país al límite de la ruptura- y la decisión de desaforar a Andrés Manuel López Obrador para sacarlo de la carrera electoral.

Según el sonorense, con esas equivocaciones Fox abandonó totalmente el proyecto de cambio que abanderó como candidato y, con ello, originó el "colapso moral" del régimen por el que muchos mexicanos le dieron su voto.

Durazo Montaño está por iniciar dos nuevas experiencias: la publicación de un libro en el que narra su experiencia de cuatro años en la Presidencia y el inicio de su campaña para senador por el PRD en Sonora.

Justifica su candidatura: "Soy una persona con una larga trayectoria en el sector público y me he formado para servir al Estado, sobre todo después de la renuncia al PRI. Desde entonces, me liberé de sectarismos, me asumo como un mexicano comprometido con mi país por encima de cualquier partido".

Y sobre la publicación de su libro Saldos del cambio. Una crítica política de la alternancia, argumenta: "No podemos seguir operando en el gobierno bajo aquel concepto de lealtad basado en la incondicionalidad y en esa secrecía siciliana, derivado más de una especie de pacto entre mafiosos tipo omertá, que de funcionarios que han tenido la oportunidad de servir a su país en un sistema democrático. Parte del cambio está precisamente en abrirse. Hacia allá tenemos que avanzar".

-¿Salió decepcionado del gobierno de Vicente Fox?

-Más que decepcionado, mi sentimiento coincide con el de muchos mexicanos que se sumaron al proyecto de Vicente Fox por lo que él representaba y que, una vez que ese proyecto perdió su sentido original (pudiéramos decir que se partidizó, específicamente se empanizó), muchos mexicanos sentimos que ese proyecto no era por el que habíamos luchado.

Cuando Fox convocó al voto útil "bajo la tutela intelectual de Castañeda y de Aguilar Zinser, llegaron ciudadanos de los más diversos horizontes, incluso de izquierda", recuerda Durazo. "Lo hicimos bajo la idea de que había muchas cosas que cambiar en el país. La primera era democratizar el ejercicio del poder (...), es decir, que el poder público reencontrara su sentido sólo en el ejercicio de buscar objetivos públicos".

Pero pronto se acumularon lo que él llama "abusos" y "desviaciones" de ese objetivo, y "muchos ciudadanos llegamos a la conclusión de que no habíamos luchado por el relevo del PRI para que las cosas siguieran sucediendo como si estuviera el PRI en el poder. Viene ahí un proceso de distanciamiento y, en mi caso, de ruptura".

-Pero de decepción, sí se puede hablar, ¿no?

-Me parece una expresión tierna para describir una decisión. Prefiero hablar de una ruptura, de una forma distinta de entender e interpretar los acontecimientos, porque creo que las alianzas cada vez más en el país se van a dar menos sobre la base de relaciones personales, como se forjaron históricamente. Y hacia adelante, en la medida en que el país se democratice, esas alianzas se van a dar más sobre agendas políticas coincidentes. Por eso es que me resisto a hablar de decepción.

Igualmente, afirma: "Cuando yo renuncio al PRI, no lo hago para seguir a una persona, lo hago para apoyar un proyecto político que partía de la convicción de que la alternancia era la premisa básica del proceso de transición".

"Quiebre ético"

Entrevistado en sus oficinas de la capital de Sonora, donde se refugió luego de su polémica renuncia el 22 de junio de 2004, Durazo tiene un par de binoculares en la ventana. Da la impresión de que se cuida de cualquier intento de espionaje, como cuando estaba en sus oficinas de Los Pinos, donde fue sujeto del fisgoneo del Cisen por orden de Ramón Muñoz.

"Esos hechos hablan de los más repudiables actos de abuso de poder", comenta al respecto.

-¿Por qué Fox incurrió en abusos?

-En los primeros años, hubo una convicción democrática importante en todos los integrantes del gobierno respecto del ejercicio del poder (...). Sin embargo, se dieron dos condiciones: la primera es que se complicó, por distintas razones, la construcción de acuerdos, y sin ellos no había forma de darle eficacia al proceso de cambio. Por el otro lado, frente a esa imposibilidad (...), y la comodidad de utilizar los instrumentos del Estado para cumplir metas políticas personales del grupo o del partido (...), ahí vino el quiebre ético del gobierno respecto del compromiso con el proceso de cambio.

Señala que la persistencia fue cada vez más evidente de que el poder se ejercía como en el pasado, es decir, bajo la lógica priista.

"Creo que el parteaguas se dio cuando se tuvo la claridad al interior del gobierno de que no había posibilidades de lograr acuerdos de fondo con el PRI para impulsar las llamadas reformas estructurales. En ese momento, empieza a perfilarse la apuesta de una acción de gobierno con propósitos electorales para beneficiar al partido en el poder", dice Durazo.

Pero, además, precisa el momento de esa "desviación" del objetivo democrático: "La primera expresión se da con las incursiones frecuentes del presidente Fox en la campaña del Estado de México en 2003. Pero esto venía ya tomando forma en la medida en que también se configuraban en paralelo las aspiraciones presidenciales de la primera dama".

Esos dos elementos, subraya, fueron definitivos en el viraje del gobierno, y "a partir de ahí digo que vendría el colapso moral del régimen y el abandono total de aquel proyecto de cambio".

Pero matiza: "Debo precisar que mi cuestionamiento, no obstante que pueda compartir algunos señalamientos, no está en la eventual ineficacia del gobierno, sino en el giro de sus intenciones. La gran fuerza política que originalmente tuvo el presidente era derivada fundamentalmente de su autoridad moral. Se suponía que iba a estar por encima de los intereses de su partido. Cuando se da este quiebre ético, se comienza a perder la calidad moral, y con ello viene el debilitamiento político del presidente".

La "pareja presidencial"

Desde que comenzaron a propalarse las aspiraciones presidenciales de Marta Sahagún, se tuvo la presunción de que Vicente Fox la apoyaba. Durazo lo confirma:

"Creo que muchas de las expresiones públicas del presidente Fox nos hablan de que efectivamente había un proyecto. Uno de ellos es precisamente la expresión 'pareja presidencial'. La otra es: 'ya la buscan más que a mí'. Y por supuesto, aquellas correcciones impropias de la primera dama al presidente respecto de que no había tal proyecto presidencial y que al concluir la gestión se retirarían al rancho. Esas expresiones no dejaban duda de que ahí había un proyecto. Digo que era un mal proyecto, pero lo había."

-¿Eran absurdas las aspiraciones de Sahagún?

-Sí, pero más que aspiraciones fueron una fantasía política, porque en primer lugar no había forma de darle viabilidad. Y si no eran viables, ¿qué sentido tenía que el gobierno pagara tan altos costos por ese empeño? Absolutamente ninguno.

-¿Los costos fueron demasiado altos?

-En la medida que se supuso que el propio presidente era tolerante con las aspiraciones presidenciales de su esposa, se exacerbó la crítica a su gobierno y terminaron cuestionándose aspectos, hechos y decisiones de su gobierno que no necesariamente eran cuestionables. Las críticas terminaron contaminando toda la gestión de gobierno.

-Usted menciona en su libro que con este asunto el gobierno de Fox se dirigió al colapso...

-Vivimos varios momentos críticos en el gobierno. Algunos tomaron niveles de tensión, como el de Atenco, pero hubo temas que generaron tensión no sólo sostenida, sino creciente, particularmente las aspiraciones de la primera dama y el tema del desafuero. Esos dos temas pusieron al país en un tobogán, cuando no lo merecía.

Para Alfonso Durazo, ambos temas fueron parte de una decisión errada del gobierno foxista:

"Creo que estos dos factores están vinculados con el proceso de sucesión presidencial. El presidente Fox ha tenido una inadecuada y errática conducción del proceso de sucesión presidencial, y eso ha llevado al país a niveles de tensión que con frecuencia han puesto a prueba los límites de la gobernabilidad."

Y es que, argumenta, "si bien es cierto que el presidente como militante de un partido tiene derechos y prerrogativas, también lo es que hay responsabilidades superiores; y en la medida que ese desempeño tenga un carácter militante o el objetivo de favorecer (al candidato de su partido) con acciones o declaraciones, o decisiones de gobierno de manera abierta, subliminal o disimulada, no podremos disipar al proceso de sucesión de las condiciones políticas que hoy lo caracterizan y que parecen a veces hacerlo estallar".

-¿Con el desafuero de Andrés Manuel se quiso allanar el camino para Marta Sahagún?

-No específicamente para Marta Sahagún. Se quiso simple y sencillamente despejar el camino de un eventual candidato presidencial que cada día consolidaba más su base social de apoyo. Fue, desde mi perspectiva, un gran desacierto, toda vez que ahí empezó el proceso de tensiones políticas en un país que se ha expuesto con frecuencia al borde de la ruptura.

-¿En la decisión de desaforar a López Obrador, participó el gabinete?

-Participaron distintas instancias, pero me parecería innecesario entrar en detalles para comprender la esencia del desempeño del gobierno. En general, hacia el interior del gobierno se veía no sólo como una necesidad, sino como un acierto y una conveniencia política el impulso del desafuero, como si sólo se tratara de generar dividendos políticos en contra de un eventual aspirante presidencial.

-¿El desafuero y la ambición presidencial de Sahagún son los errores históricos de este gobierno?

-Sin duda van a marcar los saldos de este gobierno, que no necesariamente son negativos. Porque si bien es cierto que es una mentira decir que México ya cambió, es una falsedad decir que no ha cambiado nada. El solo hecho de la alternancia impulsó una serie de cambios que, sin ese mérito personal de Vicente Fox, no hubiera sido posible en el país con un presidente de la República priista. Simple y sencillamente el ambiente de libertad que hoy conocemos los mexicanos no hubiera sido posible sin el hecho de la alternancia.

Transición pendiente

Para Durazo, Fox merece el reconocimiento de su lucha por la alternancia, pero no fue el presidente de la transición:

"No es el único responsable ni es el único pedestal vacante. Creo que los pedestales de todos los actores políticos responsables de haber hecho exitoso el proceso de transición están vacíos. Si se observa la transición española, todos se treparon al pedestal histórico del proceso de transición por la vía de la construcción de acuerdos. En el caso de México, por razones de falta de visión histórica, por razones de falta de compromiso con el país y de falta de vocación democrática, han imposibilitado la construcción de esos acuerdos, sin los cuales es imposible cerrar el capítulo de la transición."

-¿Cuáles son los saldos de la administración foxista?

-Uno de los errores del presidente fue no haber transformado esa actitud picante de la campaña en el genio político que se requería para gobernar. Creo que a todo su equipo, la historia y las circunstancias nos exigían mucho más.

-¿Por qué razones?

-He aprendido en mi vida que, no obstante la vieja tesis de Plutarco Elías Calles de que los hombres son sumamente importantes en el funcionamiento de las instituciones, la Presidencia de la República es una institución de una gran majestad, y en la medida de que el desempeño del titular no se apega a un protocolo mínimo, la institución sufre un deterioro.

"La incursión del presidente en terrenos que no están escriturados constitucionalmente, como es el caso del trabajo político electoral a favor de su partido, lo bajaron de su condición de jefe de Estado e incluso de gobierno, lo pusieron en la condición de militante y, en consecuencia, lo trataron como un panista más. El país no merece que se le falte el respeto al presidente, pero mucho menos merece que el presidente dé lugar a que se le falte el respeto."

Acerca de su incursión con el PRD después de estar en el PRI y colaborar con el PAN, Durazo Montaño hace "una precisión: el único partido en el que he militado ha sido en el PRI. No milité en el PAN y no me estoy afiliando al PRD".

Explica que la "migración política" no se debe tomar como deslealtad, sino como un fenómeno que refleja la incapacidad del sistema de partidos para adaptarse a las condiciones que reclama el proceso de cambio en el país.

En cuanto al presente proceso electoral, descarta un triunfo del PRI por la mala imagen del partido y su candidato. Y acerca del panista Felipe Calderón, opina: "No veo cómo los mexicanos podamos refrendarle nuestro voto a un partido que nos ha traicionado, que una vez en el poder mostró que no hay absolutamente ninguna diferencia respecto del PRI en términos del ejercicio del poder".

-¿Por qué cree en el triunfo del PRD con López Obrador?

-Porque creo que los mexicanos tenemos el derecho de no perder la esperanza, porque hasta hoy es el único que nos ha mandado el mensaje en el que representa la posibilidad de un cambio real.

"Andrés Manuel ha podido ser exitoso en la conducción del gobierno más complejo del país, la Ciudad de México. Hay saldos favorables, a pesar de los cuestionamientos. Mientras que en el caso de Felipe Calderón, no hay absolutamente nada que lo habilite para aspirar razonablemente a la Presidencia de la República. Su paso de sólo un par de meses en Banobras y otro tanto en la Secretaría de Energía, no le dan la experiencia imprescindible para saber qué hacer con el poder. Si Felipe Calderón aspirara a ser un legislador, yo votaría por él, sería un excelente legislador, pero aquí estamos hablando de la Presidencia de la República".


Una razón más para votar por el peje y por el PRD para el congreso en el 2006.

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