Debate de cuatro candidatos para cambiar el PRD
1. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha impulsado un primer debate de sus cuatro candidatos a presidente del partido. Alejandro Encinas, Jesús Ortega, Camilo Valenzuela y Alfonso Ramírez discutieron ayer lunes 4 sus diferentes puntos de vista durante el encuentro conducido por la periodista Carolina Rocha en un intercambio de ideas con Katia D'Artigues, Ricardo Alemán y José Carreño Carlón. No estoy seguro que los debates sirvan para convencer a los convencidos, para romper bloques de intereses, ni para ampliar la militancia partidaria. Por lo general hay personajes buenos para debatir pero cuya honestidad está en duda; otros no tan buenos con la palabra pero mucho mejores por sus acciones. Hay debates donde se guardan cosas que a nadie conviene decir y debates en los que “ganan” siempre los candidatos que pagan bien a los medios de información o los que antes han impulsado los encuestadores.
2. El PRD, aunque ha cometido profundos errores, muy parecidos a los errores que se convirtieron en permanentes y después en corrupción institucionalizada en el PAN y en el PRI, debe quedarnos alguna esperanza de que en su interior se pudieran hacer muchas transformaciones de fondo, tales como impulsar a su militancia a participar en la lucha social restando tiempo a lo electoral; que los cargos no sean privilegio y que quienes los reciban entreguen la mitad de su salario para trabajo político del partido; que los legisladores, gobernadores, etcétera del PRD obedezcan al movimiento social que se expresa en el campo y en las calles y que el primer criterio para seleccionar candidatos sea el trabajo político de masas aunado a la ideología de izquierda y a la honradez. Si el PRD no quiere convertirse en lo que es hoy el PRI o el PAN debe diferenciarse a fondo de ellos y recuperar lo que la izquierda siempre ha reclamado: honradez y conciencia.
3. A los diferentes grupos, posiciones políticas, personales o de intereses en el interior del PRD se les ha calificado despectivamente como “tribus”. Infortunadamente estas corrientes no han producido trabajos teóricos para fundamentar sus posiciones políticas o filosóficas. Esta falta de análisis ha llevado a pensar que sólo son grupos cuyo único interés es la obtención de cargos políticos y de poder. Hoy, por ejemplo, sólo se sabe de diferencias entre la corriente que encabeza López Obrador con Encinas como candidato y la integrada por Nueva Izquierda que dirige el candidato Ortega. Incluso estos dos como candidatos parecen estar planteando exactamente lo mismo: pluralismo, unidad, trabajo, honestidad, sin ir a fondo en el debate. De Valenzuela sólo conocemos su pasado guerrillero y de Ramírez su liderazgo en El Barzón. Fuera de las diferencias personales o en el interior del partido, ¿cuáles son las diferencias de fondo?
4. En caso de ganar la presidencia, a) ¿Cuál será la posición del PRD ante el TLCAN y el ALCA? b) ¿Hasta dónde llegará el PRD en la defensa de millones de emigrantes mexicanos? c) ¿Qué relaciones se establecerán con el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón? d) ¿Cómo se integrará el PRD al movimiento social? e) ¿Qué relaciones se establecerán con los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador? f) ¿Cómo se buscará la unidad con la APPO, el EZLN, el Diálogo Nacional, la CNTE y demás movimientos sociales? Las organizaciones y sus dirigentes de izquierda tienen que analizar con profundidad y de manera abierta problemas locales, nacionales e internacionales y no deben temer a respuestas oposicionistas de medios de información o de empresarios. Si por “táctica política” guardan silencio ante las amenazas, invasiones y guerras imperiales o frente a la explotación, no servirán para nada.
1. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha impulsado un primer debate de sus cuatro candidatos a presidente del partido. Alejandro Encinas, Jesús Ortega, Camilo Valenzuela y Alfonso Ramírez discutieron ayer lunes 4 sus diferentes puntos de vista durante el encuentro conducido por la periodista Carolina Rocha en un intercambio de ideas con Katia D'Artigues, Ricardo Alemán y José Carreño Carlón. No estoy seguro que los debates sirvan para convencer a los convencidos, para romper bloques de intereses, ni para ampliar la militancia partidaria. Por lo general hay personajes buenos para debatir pero cuya honestidad está en duda; otros no tan buenos con la palabra pero mucho mejores por sus acciones. Hay debates donde se guardan cosas que a nadie conviene decir y debates en los que “ganan” siempre los candidatos que pagan bien a los medios de información o los que antes han impulsado los encuestadores.
2. El PRD, aunque ha cometido profundos errores, muy parecidos a los errores que se convirtieron en permanentes y después en corrupción institucionalizada en el PAN y en el PRI, debe quedarnos alguna esperanza de que en su interior se pudieran hacer muchas transformaciones de fondo, tales como impulsar a su militancia a participar en la lucha social restando tiempo a lo electoral; que los cargos no sean privilegio y que quienes los reciban entreguen la mitad de su salario para trabajo político del partido; que los legisladores, gobernadores, etcétera del PRD obedezcan al movimiento social que se expresa en el campo y en las calles y que el primer criterio para seleccionar candidatos sea el trabajo político de masas aunado a la ideología de izquierda y a la honradez. Si el PRD no quiere convertirse en lo que es hoy el PRI o el PAN debe diferenciarse a fondo de ellos y recuperar lo que la izquierda siempre ha reclamado: honradez y conciencia.
3. A los diferentes grupos, posiciones políticas, personales o de intereses en el interior del PRD se les ha calificado despectivamente como “tribus”. Infortunadamente estas corrientes no han producido trabajos teóricos para fundamentar sus posiciones políticas o filosóficas. Esta falta de análisis ha llevado a pensar que sólo son grupos cuyo único interés es la obtención de cargos políticos y de poder. Hoy, por ejemplo, sólo se sabe de diferencias entre la corriente que encabeza López Obrador con Encinas como candidato y la integrada por Nueva Izquierda que dirige el candidato Ortega. Incluso estos dos como candidatos parecen estar planteando exactamente lo mismo: pluralismo, unidad, trabajo, honestidad, sin ir a fondo en el debate. De Valenzuela sólo conocemos su pasado guerrillero y de Ramírez su liderazgo en El Barzón. Fuera de las diferencias personales o en el interior del partido, ¿cuáles son las diferencias de fondo?
4. En caso de ganar la presidencia, a) ¿Cuál será la posición del PRD ante el TLCAN y el ALCA? b) ¿Hasta dónde llegará el PRD en la defensa de millones de emigrantes mexicanos? c) ¿Qué relaciones se establecerán con el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón? d) ¿Cómo se integrará el PRD al movimiento social? e) ¿Qué relaciones se establecerán con los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador? f) ¿Cómo se buscará la unidad con la APPO, el EZLN, el Diálogo Nacional, la CNTE y demás movimientos sociales? Las organizaciones y sus dirigentes de izquierda tienen que analizar con profundidad y de manera abierta problemas locales, nacionales e internacionales y no deben temer a respuestas oposicionistas de medios de información o de empresarios. Si por “táctica política” guardan silencio ante las amenazas, invasiones y guerras imperiales o frente a la explotación, no servirán para nada.
Nota completa aqui
No hay comentarios.:
Publicar un comentario