A mis contactos... un año después

El año pasado, después de las elecciones, recibí decenas de correos electrónicos, algunos de ellos enviados por ustedes, mis contactos. En varios de esos correos se hacía mofa de las protestas post electorales, en especial de los plantones de Reforma y el Zócalo, donde lo menos que se decía era que "daba mal aspecto", que era el "holiday PG" etc. En todos los correos, ya fueran redactados por ustedes o simplemente re-enviados porque les parecieron "chistosos" (el Forward es la salvación de los carentes de ingenio) se mal-disfrazaba un tinte clasista y racista contra quienes, convencidos del atraco, luchábamos contra la imposición.

Amén de lo ridículo de emplear argumentos discriminatorios contra los "nacos", "flojos", "renegados" etc., algunos de ellos francamente idiotas por el solo hecho de venir de conocidos míos más "prietos", gordos, "nacos", ignorantes o huevones que yo, me parece que el tiempo pone las cosas en su lugar. Hoy, muchos de quienes me "advertían" del "peligro" de que un "loco populista" llegara al poder, están buscando empleo porque el candidato que prometió dárselos lo que les propinó fue una patada por el culo. Algunos que tienen la fortuna de aun tener trabajo jamás admitirán que TODAS las cosas malas que vaticinaron de ganar AMLO sucedieron con SU "presidente" alcohólico trepado en la silla. Ni modo, la estupidez es la más persistente de las debilidades del carácter.

Pero hay algo que me da gusto poder decir ahora, aunque para ello haya tenido que esperar un año. Muchos de los contactos que se llenaron la boca diciendo que había que respetar las instituciones y que todo había sido limpio y que "mejor nos pusiéramos a trabajar" hoy ya NO pueden seguir defendiendo lo indefendible. Todos los días durante meses han salido a la luz las porquerías que "los pacíficos" y la "gente bien" y los "defensores de la legalidad" cometieron. En la mayoría de las ocasiones son esos mismos adalides del estado de derecho los que se echan de cabeza unos a otros. No hay crimen perfecto.

¿Por qué digo que me da gusto? Ciertamente no es porque piense que "ahora sí ya están abriendo los ojos". No soy ingenuo. Si algo se ha demostrado en estos meses es que, enfrentados a su mundito rosa (o blanquiazul) hecho añicos, muchos optan por el "Sí, ¿Y?" antes que admitir que se los chamaquearon con el "peligro para México" o el "podrías perder tu casa, tu carro... y hasta las nalgas". Primero muerto que dejar de "pertenecer", a la winner people, dirán.

No, la razón de mi gusto es más sencilla. Porque ahora ya no hay confusión. Antes todo era: "no, no hubo fraude" y uno no podía saber si realmente quien lo decía estaba convencido de ello. Ahora hay quienes siguen convencidos de que todo fue legal, y quienes dicen: "sí sí hubo, ¿y? Qué bueno, para que ese loco no ganara". Eso da claridad al panorama. Ahora es más fácil distinguir entre los CINICOS y los PENDEJOS.