La columna rota segunda parte Acteal

Segunda parte del trabajo realizadó en Acteal.

La sensación que percibí al llegar a esta tierra sagrada me envolvía sin quedarme bien claro que era lo que sentía,.
Nos recibió, Un Bienvenidos; A los diez años de la masacre vivida en Acteal y la columna de la Infamia, la cual fue entregada por la Organización “Jens Gaschiot en 1999, escultura que manifiesta el repudio a las injusticias cometidas en contra de los indígenas y no indígenas de Chiapas y México. La cual vibro mi vista al ver el dolor convertido en Arte, una forma de gritar y de mostrar al mundo el genocidio que se vivió en estas tierras, conforme me fui internado en este lugar no sabía a dónde dirigir mi mirada, la pobreza con la que se vive contrasta totalmente con la sonrisa de las mujeres, de los niños de los ancianos al darnos la bienvenida.
La triste realidad que vive esta gente es diaria, constante, la marginación sigue presente aún después de la matanza, la pobreza no cede, el hambre se tiene a diario. Conocí a Juanito un pequeño de aproximadamente 8 años si no me equivoco, la delgadez que observo no me deja calcular bien su edad, su mirada hundida por la falta de alimento que le nutra es innegable, su vientre abultado hace evidente el alto grado de desnutrición que vive ese pequeño cuerpo que tal vez solo conoce los hechos por las charlas de sus padres, de la comunidad en esa necesidad de que los pequeños sepan y tengan presente que esa tierra es sagrada por haber sido manchada por sus hermanos y hermanas asesinados diez años antes.
Mi necesidad de ver, de sentir, de saber que había pasado me generaba una cierta ansiedad, los tres días que pase en ese lugar que me envolvía en dolor, pero al mismo tiempo me daba una paz; que es difícil de describir. Durante la estancia de decenas de personas los primeros dos días nos dieron un espacio donde dormir, nos dieron de comer como siempre sucede en estos lugares, Nos dan lo poco que ellos tienen, pero lo dan con todo el amor y el agradecimiento solo por estar ahí compartiendo con ellos su dolor. Frijoles de verdad, Maíz real no transgénico, que forja hombres y mujeres que a pesar de lo sufrido, son fortalecidos espiritualmente por ser hombres y mujeres de maíz.
Al charlar con Sebastián Gómez, y relatarme los sucesos que se dieron diez años atrás me percate como no lo había hecho de lo mucho que hemos olvidado este episodio en la historia de nuestro México, de la enorme deuda que tenemos con ellos todos aquellos que decimos amar a los de abajo, conforme me relataba los hechos sentía el miedo, que aquellas mujeres, niños y ancianos tuvieron al escuchar los balazos, el terror de saberse descubiertos en las cuevas y ver cómo eran asesinados sus hermanos y hermanas, ¿quién fue asesinado primero?,¿ quién vio caer primero a su gente?, el horror que aquellas mujeres embarazadas vivieron al saber que sus pequeños, no nacerían, me envolvía de lagrimas que por ser “prensa” no derrame, y me cuestione por no haberlas derramado en aquel tiempo¿ dónde estaba mi conciencia en esos años?, ¿dónde la conciencia de muchos que hoy pelean por crear justicia en torno a estos hechos? Al observar las fotos de algunos de los asesinados, me invadió la culpa, quién no se siente cómplice de Ernesto Zedillo al ver esos ojos que en aquel momento se encontraban llenos de vida, y hoy en ese mismo lugar, pisando esa tierra sagrada, me gritaban justicia, sorpresa. La eterna dud,a porqué los asesinaron si estaban ayunando, rezando para generar la paz que mucha falta hacía y después de todo sigue ausente en la mayoría del mundo.
Finalmente me dirigí sola a la Ermita lugar donde esta gente se encontraba orando, inhalaba todo el aire que podía para sentir, ¿que sentir?, aún no lo descubría…. Continuará


YO TE NOMBRO LIBERTAD, CREANDO CONCIENCIA
VERONICA VILLALVAZO
solo tengo mis ojos y mi mente como herramienta para trabajar
FRIDA