EPR
La guerrilla es siempre un fenómeno social. Es una parte destacada y álgida de ciertos procesos regionales o supraregionales. Sin embargo, por su estructura clandestina, por su capacidad de fuego, por su configuración como fuerzas de autodefensa o ejércitos populares, la opinión pública, los discursos oficiales y los análisis de gobierno eliminan sistemáticamente la vinculación de la guerrilla con procesos sociales concretos y la convierten en delincuencia o criminalidad injustificable. Al eliminar como uno de los rasgos esenciales su naturaleza social, se aleja la actitud oficial o gubernamental de la obligación de emprender un análisis social y político más a fondo y reduce su respuesta a medidas de represión selectiva o desbordada.
Esta visión reduce el análisis de los movimientos subversivos a un mecanismo simple: evaluarlos por su capacidad de fuego, no por su significación política. Por lo tanto, los gobiernos buscan aniquilarlos sin proponerse ningún cambio político. Y tal decisión de aniquilarlos aparece como la única solución posible y al mismo tiempo como justificación de arbitrariedades sin límite.
Por ello he venido explicando durante muchos años que las fallas de Seguridad Nacional no pueden reducirse a la lenta o fallida detección militar o policiaca de focos guerrilleros. Porque hay una violencia previa, una violencia política y económica que debilita, empobrece y confronta a la sociedad. El riesgo que corre el país con los grupos armados no es tan grave como el que corre con las cúpulas de poder político y económico que han generado la corrupción en México. Más grave que los grupos guerrilleros es la política económica que ha estado empobreciendo al país. La guerrilla no inicia esta violencia; la guerrilla es la fase armada y final de una violencia que desencadenan, de manera cruel y letal, las políticas que imponen los grupos de poder.Leer más...
"Seguro Popular" cambray, ¿a quién le cumplirá?
Amparado en la oscura noche del viernes 2 de febrero, con un brindis obsequiado en pleno Palacio Nacional y rodeado por los secretarios federales de Defensa y Marina, los secretarios de Salud de 15 estados y el DF, titulares de los Institutos Nacionales de Salud, así como los directores calderonistas de IMSS e ISSSTE, el doctor Córdova suscribió el impuesto "compromiso nacional" del "Seguro Popular" petit, que obliga a que las instituciones públicas "compartan" la infraestructura médica disponible en las "zonas prioritarias".
¿Con qué argumento? La ocurrencia calderonista pretende, ahora, intensificar las acciones para disminuir la mortalidad infantil y las afecciones del periodo perinatal, sobre las cuales el ex secretario Frenk había asegurado que "sólo en los últimos años la mortalidad infantil se redujo más de 30 por ciento".
Pero Juan Antonio Fernández, entonces comisionado nacional de Protección Social en Salud -hoy inhabilitado por la Secretaría de la Función Pública-, aludía a que el programa petit "voluntario" distribuiría dentro de su "paquete" una cartilla de vacunación (que data desde el doctor Kumate) y "completaría" el tamiz de sordera, el análisis de enfermedades congénitas, así como detecciones de labio leporino o paladar hendido.
A pesar de que este "Seguro Popular" cambray carece de recursos adicionales -como finalmente terminó reconociendo el inhabilitado Fernández, aunque su sucesor Daniel Karam no haya dicho ni pío-, y como el sistema de "compensación" presupuestal para los servicios en el primer nivel de atención, según estimó Fernández, operará "sobre la base de un tarifa fija igual a 4 mil 900 pesos que liquidará el Seguro Popular", ¿de dónde los tomará? ¿De los 26 mil millones de pesos ya etiquetados al "Seguro Popular"? ¿De los 3 mil 200 millones de pesos, también etiquetados, para "fortalecimiento de la infraestructura"? O, acaso, ¿de los casi 600 millones de pesos aprobados para las fantásticas "caravanas" de la salud? Leer más...
Dignidad frente al temor
Un grupo de alrededor de 40 militares, pertenecientes al 14 Regimiento Motorizado del Ejército, que custodiaban las instalaciones de la junta distrital del IFE en el tercer distrito de Coahuila, irrumpió salvajemente el 11 de julio de 2006 en la zona de tolerancia de Castaños, y a mano armada aterrorizó y robó a decenas de personas, entre administradores afectados, clientes y taxistas que llegaban al lugar, agrediendo también brutalmente a 13 policías de ese municipio. Por lo menos 20 de ellos ultrajaron y violaron a 14 mujeres sexoservidoras y bailarinas de los salones El Pérsico y Las Playas, algunas de las cuales fueron atacadas tumultuariamente. Los hechos quedaron parcialmente descritos en el oficio PM/946/2006 de la policía municipal de Castaños, y desde el año pasado constan en las averiguaciones previas PGJE-APP-78/06 y PGJE-APP-79/06 del Ministerio Público del fuero común, pues se presentaron al menos 12 denuncias por violaciones sexuales y otra por robo y lesiones, esta última interpuesta por el dueño del bar El Pérsico.Leer más...
La banalidad de la chicanería política
Politica como mercado. El nuevo lenguaje -newspeak- "democrático" propone lo que resume toda su sabiduría: así es la política. A eso le llaman pragmatismo. La visión dominante define la política a través de una metáfora: la política es un mercado político en el cual se intercambian ofertas electorales ante demandas ciudadanas. Los partidos políticos se comportan como empresas que buscan maximizar sus ganancias. En vez de programas coherentes e integrados presentan ofertas -a la manera de listas de supermercado- que buscan captar consumidores que no ciudadanos. Se vende como si fuera un producto, la política, para lo cual se acude a dos instrumentos mercadotécnicos: la publicidad electrónica y las encuestas. Las empresas que proporcionan ambos servicios construyen la visión dominante para justificar su cinismo conservador, garantizando que "a la gente se le dé lo que quiere". En contra de los intereses de este mercado monopólico está la participación amplia y razonada de las ciudadanos. Las izquierdas deben comenzar por liberarse de ese newspeak, confrontando la política como mercado con la política de convicciones como conjunto de valores. Los llamados pragmáticos pretenden descalificar esta posición llamándola idealista, o propia de una ONG. Pero resulta que los pragmáticos son unos ineptos en la política y los idealistas construyen organizaciones, asociaciones, partidos y, sobre todo, prestigio político.Leer más...
México SA
Promesas al por mayor
Cuento de la lechera corregido y aumentado
Paro técnico en las empresas del Bajío
Miles de trabajadores inactivos por falta de gas
Una adaptación corregida y aumentada del cuento de la lechera mana del micrófono oficial, y no se limita a ofrecer leche, dinero, huevos, pollos, lechón, vaca y ternero (Félix María de Samaniego dixit).
Si hacemos caso de lo que día tras día promete el inquilino de Los Pinos por medio de su "reforma" fiscal, la "continuidad" habría encontrado la fórmula mágica para que México alcance el equilibrio pleno, la igualdad más pura, con una inmejorable distribución del ingreso y la riqueza, sin pobres y una economía a todo vapor. Es, pues, un rosario de bienestar y una catarata de billetes que harán de este un país ultra desarrollado, de acuerdo con la versión oficial.
Porque según él, dicha "reforma" fiscal servirá para, entre muchísimas otras cosas (agárrense, porque la lista es larga): generación de empleo; incremento de la inversión, nacional y extranjera; pagar la deuda social; distribuir la riqueza y el ingreso; fomentar a las exportaciones; finanzas públicas mucho menos dependientes de los recursos petroleros; combatir la pobreza; justicia social; desarrollo y crecimiento económicos; infraestructura social, económica, de comunicaciones, salud, educación, drenaje, agua potable, la competitividad y la productividad; recursos suficientes para escuelas y hospitales; acabar con los privilegios en el sistema tributario; fondos para el estado de México y el Distrito Federal; ídem para todos los estados de la República; tren suburbano en la zona metropolitana que la colocará a la altura de las urbes más modernas del mundo; más obras de infraestructura en el valle de México; tarifas eléctricas más justas para la población y más competitivas para la industria; supercarreteras; servicios más elementales para la población; disminuir la brecha de la desigualdad; superar lacerantes rezagos; liberar recursos públicos para programas sociales; construir un México más justo, un México mejor; solidaridad entre las mexicanas y los mexicanos; trabajar en favor de los que menos tienen; transformar sustancialmente la lucha contra la pobreza y la desigualdad; acelerar el paso en el compromiso que todos tenemos por la justicia, porque no hay calidad sin justicia; disminuir las diferencias que separan a México; cerrar de una vez la brecha de México con ese México agraviado, con ese México olvidado, con ese México de la pobreza que marca toda la geografía nacional; construir el México unido que todos queremos; transparencia y eficiencia en el gasto público; y desde luego el gasto destinado al campo... más lo que se acumule en el próximo discurso.Leer más...
Desfiladero
Chinogate: ¿on tan lo dólales?
Ye Gon tensa las cuerdas al máximo
Caen ventas de Pemex y remesas
En duda, la viabilidad del sexenio.
Al interpretar el Desfiladero de la semana pasada ("En la PGJDF lo peor del salinismo"), un politólogo me dijo: "Marcelo Ebrard es un pragmático. Los abogados que están detrás del procurador (Rodolfo Félix Cárdenas) son unos penalistas muy fuertes, tan fuertes que si yo necesitara uno los contrataría. Pero Marcelo creyó que entregando el aparato de justicia a la derecha, (Los Pinos) lo iban a dejar gobernar, y mira, ya se quejó ayer: Felipe (Calderón) lo está 'bloqueando'".
Con estas palabras, el politólogo hundió la punta de una cucharita en la bola de una azucarera para endulzar su café, pero al probarlo escupió el buche maldiciendo con una idea instantánea entre las cejas: "¡Canderel! ¡Es la metáfora del momento: el Presidente no es Calderón, es Canderel!" Yo no sabía qué pensar. La alianza entre Ebrard e Ignacio Morales Lechuga, Antonio Lozano Gracia y Diego Fernández de Cevallos -que se selló con la excarcelación de Carlos Ahumada Kurtz- es un tema que no inquieta a los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, al menos a los que leyeron mi columna de hace ocho días, porque sólo recibí tres cartas de protesta.
Lógico, sonrió el politólogo. "A la gente ahorita lo que le interesa es el chinogate: coopelas o cuello", y soltó la carcajada después de repetir, como millones de mexicanos, la frase inmortal de Zhenli Ye Gon. Sin embargo, tras los estallidos de algunos ductos de Pemex en Guanajuato y Querétaro -en territorio no del Ejército Popular Revolucionario (EPR), sino de la ultraderecha panista, en particular de Vicente Fox, su señora esposa y Fernández de Cevallos-, y ante el obelisco de fuego de más de 70 metros de altura que el pasado martes a la una de la mañana empezó a iluminar el Bajío, esos millones de mexicanos dejaron de repetir coopelas o cuello, para pasarse una voz de alerta: "esto lo hicieron para que ya no digamos coopelas o cuello".Leer más...
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