Al ReforPAN se le ocurrió decir que las elecciones en Yucatán habían transcurrido "en calma". Esto a pesar de que en la página de internet del Reforma, unas horas antes, habían dado a conocer una nota y varias fotos de los actos de violencia del PRIAN en las elecciones yucatecas.
Pues bién, ahora El Universal da a conocer que la violencia fue la marca de estas elecciones:
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Elecciones en Yucatán, marcadas por desconfianza y violencia
Las elecciones aquí no han dejado a nadie satisfecho y la pugna partidista PAN-PRI amenaza con escalar en los próximos días
Jorge Octavio Ochoa, Manuel Ponce y Yazmín Rodríguez. Enviados y corresponsal
El Universal
Dzemul, Yuc.
Domingo 20 de mayo de 2007
22:13 La península se tiñó de barruntos de violencia, en medio de un proceso marcado por la "ola azul" y la "marea roja", en un enconado enfrentamiento entre el Partido Acción Nacional (PAN) y Partido Revolucionario Institucional (PRI), que movieron a sus huestes, por igual, para conducir votantes, llevarlos de la mano a las casillas, ante la mirada impotente de un árbitro que desde la víspera se declaró "chimuelo" e impotente para controlar los abusos de unos y otros.
La división entre los pueblos es notoria, es profunda. Grupos de jóvenes ataviados con camisetas azules, de filiación panista; o rojas, de adherencia al PRI, se dieron a la tarea de patrullar calles, apostarse a las puertas de las casillas para verificar que todos sus "promovidos" cumplan el compromiso de votar por unos u otros, y denostar al vecino según el color de uno y otro bando.
Rostros adustos, miradas recelosas; mosaico de polarización, tanto en ciudades como en rancherías.
El pequeño pueblo de Ticuch, de no más de 2 mil habitantes, vecino al municipio de Valladolid, nunca fue objeto de tanta atención de nadie, hasta que la violencia estalló en sus polvosas calles. Camionetas de la Policía Federal Preventiva (PFP), de la policía estatal, municipal patrullan sus calles, porque los bandos azul y rojo se encontraron e intercambiaron navajazos, pedradas y una golpiza general.
Es un poblado que no representa más allá de 700 votos, pero un camión de policías estatales con escudos antimotines, espera -en las afueras de la casilla 1036- al desenlace del conteo de las boletas… y las reacciones de la gente cuando la cifra sea anotada en el cartelón de la puerta, en la junta distrital. El climax de los odios y rencores.
La llamada "fiesta de la democracia" en realidad lo parece, cuando la pobreza es paliada con camisetas, gorras o despensas; aparecen las viandas gratis, porque el candidato paga.
En Dzemul, la operación "cochinita" hizo acto de presencia, en abierta compra de voluntades, en una pequeña ciudad, donde la candidata a alcaldesa panista, Elsy Rivera, admite con absoluta ingenuidad que la gente es llevada a comer a esa casa luego del voto, porque "es una tradición, todos lo hacen"… pero sólo PAN y PRI los han gobernado.
"Llévenlos ahí, al Comité, ahí les van a dar de comer", dice un hombre de camiseta azul a otro compañero que lleva de la mano a un anciano. En el pequeño local de ocho por ocho, la gente come tacos de tres en tres; tímidas y silenciosas bocas, resguardándose de la feroz canícula, luego de haber esperado su turno en esas largas filas para votar.
Son 36 grados de las 10:20 de la mañana, bajo un sol quemante, donde algunos ancianos han permanecido hasta casi hora y media para sufragar, sólo protegidos con sombrillas. La candidata priísta Ivonne Ortega llega a la casilla de la sección 112, seguida por su séquito de ayudantes. Un grupo de hombres y mujeres de camiseta azul la recibe entre gritos agresivos "¡somos azul! ¡somos azul!" y ella intenta mirarlos, envuelta entre la nube de reporteros que la asedian.
Son las 10:45 horas. Ella no tiene que esperar, ni hacer cola. Entra directo al local de una casilla contigua; fresca, amable, sonriente con los periodistas, mientras otros ancianos miran a lo lejos, esperado su turno.
La fiesta de la democracia no es tal, ahora todos piensan que esto llegará hasta los tribunales. El encono permea a todos los estratos. El gobernador Patricio Patrón responsabiliza al PRI de lo que le pase a él y su familia, luego del supuesto "secuestro" de sus hermano Antonio, a manos de una turba de 300 personas.
El hecho es que las elecciones aquí, no han dejado a nadie satisfecho y la pugna partidista amenaza con escalar en los próximos días.
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PRI y PAN se desgañitaron acusando al PRD durante AÑOS de ser "violento" y de no respetar la ley. Y aquí los tienen; agarrándose a navajazos por 700 pinches votos, comprando votos con torta y chesco, y haciendo proselitismo en la casilla.
¿Así o más puercos?
OJO: algo que sí tiene que quedar muy claro es que serán estos hijos de la chingada unos pinches mapaches y unos FRAUDULENTOS, pero noten no obstante, están cuidando las casillas. ESO es lo que tenemos que aprender a hacer sin que nos diga ningún partido que lo hagamos: vigilar las casillas como ciudadanos independientes; estar al pendiente de lo que se escriba en las sábanas; tener calculadora en mano para asegurarnos de que los números cuadran, y tener cámaras para documentar todas las chingaderas que hagan los PRIANistas, pero principalmente los panistas, por que ellos son los que controlan al IFE para que les haga los fraudes electorales.
Una razón más para apoyar al peje en el 2007.
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lunes, mayo 21, 2007
NAVAJAZOS, PEDRADAS Y GOLPIZAS
Publicadas por Victor Hernandez a la/s 3:22 a.m.
Etiquetas: cerdos, elecciones yucatan, mapaches panistas, prian
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