Carmen Aristegui en el Reforma:
Carmen Aristegui F..
Violencia.
José Emilio Pacheco escribió en Proceso -con pluma premonitoria- hace apenas unas semanas y a propósito de la polémica desatada por la incorporación de Elena Poniatowska a la campaña de López Obrador, lo siguiente: "La política fue inventada para civilizar la discordia. ¿Queremos regresarla a la edad cavernaria del garrote y la guerra de todos contra todos? Si no se detiene ahora mismo la violencia verbal que arrasa a México, el próximo paso inevitable será la violencia a secas, la violencia sin adjetivos".
Pues sí, ya está aquí. La violencia a secas que se instala en nuestro panorama a unas semanas de la elección presidencial. A la indignación inicial que provocó ver las imágenes de un grupo de personas que golpean brutalmente a un policía inerte e indefenso, le ha seguido la estupefacción que causa observar a otro individuo, también indefenso y sometido, a quien le llueven macanazos y golpes en una tunda policíaca injustificable.
La cobardía de quien se acerca ante el cuerpo de las piernas abiertas, para asestarle la ya célebre patada en los testículos, es tan estremecedora como cada una de las imágenes y testimonios que no han parado de conocerse desde que se realizó el operativo en San Salvador Atenco la semana pasada.
Las últimas informaciones van recogiendo declaraciones a los medios de las personas afectadas y registros múltiples de observadores y visitadores de derechos humanos. En las informaciones preliminares, por ejemplo, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se puede leer que: "...un número importante de mujeres violadas o que sufrieron acoso sexual, manoseos y fueron obligadas a hacer sexo oral a los policías, son amas de casa.
Hay casos como el de una señora de 50 años que fue obligada a hacer sexo oral a tres policías para que la dejaran libre... tenía miedo a que la golpearan como lo habían hecho con otras detenidas, así que tuvo que acceder a hacer lo que ellos querían. Al fin la dejaron irse".
Hasta hace unas horas había presentadas 16 denuncias por abuso sexual y 7 por violación ante este organismo. El Centro de Derechos Humanos "Miguel Agustín Pro" presentó este miércoles una videograbación que, según informó, muestra las confesiones de tres policías estatales -cuya identidad no fue revelada- en las que narran que fue un policía estatal el que mató al joven Javier Cortés Santiago en Atenco la semana pasada: "...(lo hizo) de manera directa, ya que el niño estaba descubriendo que estaba escondido, (el niño) dijo que había un policía estatal y (el policía) sacó el arma y le disparó".
Se les escucha también decir que tenían instrucciones de "levantar y pegarle a lo que se moviera". No hay que ir muy lejos para ver que la instrucción se cumplió cabalmente. Basta con ver el macanazo que se llevó, a manos de un policía, el infeliz perro de barrio que pasaba por ahí. Debe agregarse al recuento, entre muchas otras cosas ya, la imagen difundida por La Jornada del estudiante herido, con una mano esposada a su cama del Hospital Adolfo López Mateos en Toluca.
La escena que hizo evocar al historiador Adolfo Gilly, según escribió, a la cárcel de Abu Ghraib
.Al, ya de por sí, enrarecido panorama político se han sumado estos hechos que crispan y descomponen el ánimo social. El rector de la Universidad de Chapingo, junto a otros rectores y autoridades de universidades públicas, hizo un llamado a detener la ola de violencia y le pidió al Presidente no hacer caso de quienes, envalentonados, le exigen usar todo el peso de la ley, "porque la violencia que se está desatando lo va a alcanzar, nos va a alcanzar a todos".
La sociedad mexicana ha visto pasar frente a sus ojos demasiados acontecimientos violentos en un corto plazo. La opinión pública acaba convertida en un amasijo de contradicciones que no atina sino a horrorizarse. Frente a la barbarie tenemos que ordenar nuestro pensamiento, o por lo menos intentarlo. Empezar por lo elemental: ningún ciudadano tiene derecho a recurrir a la violencia por más profundos que sean los agravios y los rencores. Quien lo haga debe ser sancionado dentro de un proceso ordenado, legal y justo.
El Estado, que detenta el monopolio de la violencia legal, sólo puede hacer uso de ella en las situaciones que la ley le permite. En situaciones extremas, en la menor medida posible, agotando todas las vías para resolver un conflicto antes de decidirse a reventar las cabezas. Jamás valiéndose de ella para vengarse, aterrorizar y someter indebidamente.
Las múltiples denuncias que se han hecho a raíz del operativo policiaco, que han sido negadas por las autoridades, nos hablan de una barbarie que se ha cebado en las mujeres. La violencia descrita no sólo es indignante, sino que reproduce, desde los cuerpos policíacos, el peor tipo de dominación. Una violencia basada en la inequidad de género. Un sometimiento criminal a partir de la violación, las vejaciones y las humillaciones sexuales. Hoy las autoridades dicen que no ocurrió tal cosa. Están los testimonios, las imágenes, las denuncias. Una brutalidad que se desparrama. Imposible un palabra contra palabra.
Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.
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sábado, mayo 13, 2006
LA POLÍTICA FUE INVENTADA PARA CIVILIZAR LA DISCORDIA.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 12:23 a.m.
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