¿Y LOS ARBITROS?

René Delgado en el Reforma:


René Delgado.
¿Juego sin árbitros?.

El juego electoral se está tensando en demasía y preocupa el bajo o nulo papel de los árbitros en la contienda. Si esa tensión se excede y, como añadido, no hay árbitros políticos, electorales y judiciales capaces de atenuarla, el concurso electoral podría derivar en una lucha eliminatoria que nada tiene que ver con la democracia. Sería una perversión política....

Incrementa la tensión y la polarización el que la campaña presidencial tienda a destacar no los aciertos y virtudes del postulado, sino a subrayar los errores y los vicios del adversario.Se entiende la propaganda negativa como un recurso político extraordinario, pero su aplicación en exceso hace de la competencia una incompetencia. Hoy por hoy, no hay candidato que pueda presentarse como un hombre sin mácula en su trayectoria o en la compostura de sus allegados.

Los amigos de Fox, los hijos de Marta, los amigos del Pemexgate, los amigos de Bejarano, los amigos de Gustavo Ponce existen, estén o no grabados en videos. Hacer de la propaganda negativa el eje de la campaña hará sucumbir el ideal de elegir al mejor para quedarse con el menos malo.

Puede resultar ingenuo o pueril poner sobre la mesa ese asunto, pero esa propaganda va abriendo abismos no entre los candidatos sino, sobre todo, entre el electorado que, tocado en el timbre de la pasión, puede sentirse impelido a resolver del peor modo sus diferencias.

Dando por buenas las conclusiones oficiales del homicidio de Luis Donaldo Colosio, Mario Aburto fue producto de esa atmósfera.En ese sentido, llama la atención cómo Acción Nacional pareciera comenzar a echar mano de factores extraelectorales para "bajar" los índices de preferencia electoral de López Obrador y llama la atención que el perredista hable de la ciudadanía como el escudo que siempre sale en su defensa. Quiérase que no, esas estrategias de ataque y defensa constituyen un llamado al atrincheramiento de dos bandos, cuyas diferencias no necesariamente quedarán zanjadas y resueltas en la boca de las urnas.Entrar al juego de los votos de peso y del peso de los votos, siempre termina por privilegiar el peso y no los votos. Cuidado....

Estos días de relativa calma deberían servir a los protagonistas para reconsiderar el grado de tensión que pueden imprimirle a la contienda.La tensión es algo natural en el concurso pero, si no se sabe graduar, puede ser terriblemente contraproducente y más cuando los árbitros del proceso electoral se advierten nulificados, vulnerados o rebasados. Tal circunstancia puede colocar frente a un peligro no sólo a la elección sino también a la incipiente democracia mexicana.

Por distintas razones, el presidente de la República, los partidos políticos, los consejeros electorales, la fiscal electoral y los magistrados del tribunal electoral -que, en su conjunto, constituyen el arbitraje- han perdido o disminuido su autoridad en la contienda.Si ante ese cuadro los protagonistas principales de la elección exceden el límite de la tensión política y polarizan a la ciudadanía, el juego podría rebasar y desbordar los canales institucionales de participación para incorporar agentes, factores o sectores que más bien deben estar acotados a lo largo de la contienda....

Por razones más bien propias del ámbito de lo personal y lo pasional, el presidente Vicente Fox se advierte decidido a jugar como parte en la contienda electoral. Hacer a un lado su responsabilidad como jefe de Estado para privilegiar su derecho como militante.Es fuerte decirlo pero, por momentos, Vicente Fox se ve decidido a desestabilizar a Andrés Manuel López Obrador, no tanto porque pretenda ayudar a Felipe Calderón, sino simple y sencillamente porque su causa y su cruzada es impedir que el tabasqueño pudiera llegar a sucederlo.

Hoy, la manifiesta participación presidencial en la contienda puede calificarse como una desmesura; mañana, particularmente la noche del 2 de julio, podría resultar una imperdonable irresponsabilidad.Si el resultado de la jornada electoral no es claro y limpio, Vicente Fox habría nulificado su arbitraje como jefe de Estado. En la figura del jefe del Ejecutivo se ha perdido ese árbitro, se ha autodescalificado.... A su vez los consejeros electorales no tienen la autoridad que tuvieron sus antecesores.

Oportunamente, se señaló que los términos de su selección los hacían vulnerables y, luego, las zancadillas que el propio Poder Legislativo les fue poniendo -valga como único ejemplo la legislación relativa al voto de los mexicanos en el extranjero-, en vez de fortalecerlos, los fue debilitando.

Aunado a ello, los propios consejeros no supieron consolidar su autoridad y, por la puerta de atrás, quisieron resolver problemas que exigían una actuación decidida. No supieron bien a bien qué hacer con las precampañas, la tregua electoral fue la puerta falsa para contener un proceso que arrancó mucho antes de lo que la ley establece, la suscripción del convenio con Televisa no fue del todo atinada e insertarse en la organización de los debates los ha colocado en un problema.

Hoy, la exigencia de una actuación mucho más decidida para mantener el equilibrio en la contienda comienza a dejarse sentir y los consejeros no se dejan ver como autoridad con peso.Hasta hoy sólo se ha visto a los consejeros electorales como autoridad pero, en semanas o días, la fiscal para delitos electorales aparecerá en escena aunque no ha consolidado su autoridad y, luego, vendrán los magistrados del tribunal que vive una situación de debilidad tanto por el desempeño que han tenido como por el hecho de que, en octubre, apenas unos meses después de la elección, dejarán su puesto.

Son vulnerables.... Los propios partidos que participan en la contienda constituyen también un espacio para contener el derrame de ésta.Por el momento, sin embargo, la desarticulación de los partidos, su falta de gobierno y su puja tanto por encontrar espacio en la campaña de su candidato presidencial como para hegemonizar el control de la lista de candidatos al Congreso están nulificando el otro rol, el de contención.En el caso del PRI, hay rasgos de una descomposición que rebasa con mucho la coyuntura electoral.

En el caso del PAN, las diferencias entre la dirigencia de Manuel Espino y la coordinación de Josefina Vázquez Mota dejan ver que una cosa es que Felipe Calderón haya ganado la candidatura y otra muy distinta que la dirección del partido pretenda darle vía libre. En el caso del PRD, el afán de Andrés Manuel López Obrador por construir redes alternas al propio partido le resta peso a la organización formalmente establecida.Sin partidos cualquier democracia es una quimera....

Los concursantes se ven desbocados, los árbitros disminuidos, los partidos secuestrados por élites divididas y, aun así, se está polarizando al electorado.En esas condiciones, insistir en tensar la atmósfera puede provocar que el juego desborde con mucho los límites de la cancha. Puede llevar el concurso electoral a una lucha eliminatoria. El 2 de julio por la noche podría no ser una fiesta.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.