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sábado, abril 15, 2006

LA CAMPAÑA DE MIERDA DE FECAL IDÉNTICA A LA CAMPAÑA DE BUSH Y LOS REPUBLICANOS

En las elecciones del 2000, los asesores de campaña de Fox fueron la misma gente que asesoraba las campañas del partido republicano de Estados Unidos. Se trataba de la gente que hizo posible que asesinos genocidas como George Bush pudieran llegar al poder. ¿Su estrategia? Descalificar a los oponentes así fuera a base de mentiras.

Esta estrategia se repite ahora con fecal. Da cuenta de esto la siguiente nota de Proceso:

El peligro somos todos
josé gil olmos/ apro

México, D.F., 12 de abril (apro).- El panista Felipe Calderón ha encontrado en el ataque frontal su mejor arma de campaña. Las propuestas han quedado de lado y sus embestidas en contra de Andrés Manuel López Obrador, aspirante presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, calificándolo de un peligro para el país, parecen darle frutos. Y digo que parece ser lo mejor porque aún no se ha dado cuenta de los graves efectos secundarios de esta estrategia importada de los estrategas estadunidenses, que es la radicalización social, algo que ni a él ni a ningún otro candidato le conviene a la hora que se definan los votantes.

Ante la falta de resultados propios, Calderón se ha amparado en la vieja herramienta de los estrategas estadunidenses, principalmente los republicanos, quienes son los expertos en el uso de la “campaña negra”. La clave de esta arma de la guerra electoral es denostar al enemigo con medias verdades y no darle tiempo a reaccionar.

Un ejemplo claro de esto se dio en 1988, cuando George Bush padre iba perdiendo frente al demócrata Michael Dukakis. El equipo de campaña del republicano se dio cuenta que su candidato ya no levantaría por méritos propios, así que recurrieron a la descalificación del político de Massachussets. Lo acusaron de violación y presentaron la campaña en su contra con spots en blanco y negro, con leyendas tenebrosas de que sería un peligroso gobernante.

La similitud de la estrategia que está siguiendo Calderón, con la que usó Bush para ganar en 1988, es mucha. Sólo le falta al panista sacar la acusación de violación en contra de López Obrador, algo que no se descarta, según advierten algunos políticos de vieja usanza.

Calderón, al igual que en ese entonces Bush, no ha levantado por mérito propio en las encuestas desde el año pasado, cuando le ganó en la interna a Santiago Creel. La distancia con López Obrador se ha mantenido en un rango de 5 a 10 puntos porcentuales en todas las investigaciones demoscópicas hechas hasta ahora, salvo la de GEA-ISA, que lo ubica arriba del candidato de la coalición PRD-PT-Convergencia.

Fue y ha sido tan mala su campaña, que hace cerca de un mes tuvo que cambiarla, despedir a su jefe de imagen Francisco Ortiz y hacer una modificación radical tomando el camino de la descalificación, principalmente en contra de López Obrador pues no le preocupa Roberto Madrazo, quien todos los días pierde votos por la fuerte división en el PRI.

Calderón ha agudizado sus ataques en contra del perredista, principalmente a través de los noticieros de Televisa, lo cual ha sido interpretado como la confirmación de una alianza entre la televisora y el PAN.

Sea o no cierto, lo que se observa en los noticieros de esta empresa es el buen trato que se le da al panista y la cantidad de notas que salen en contra del perredista, algo que seguramente saldrá en el monitoreo que día a día realiza el IFE.

A raíz de esta campaña sucia encabezada por Felipe Calderón, entre algunos grupos sociales se ha registrado una radicalización en las posturas, principalmente entre los simpatizantes del PAN.

El uso del término “peligro” en la campaña negativa de los calderonistas fue bien estudiado. El impacto que ha tenido en el ánimo de la población fue inmediato. En muchas discusiones en grupos sociales se utiliza como principal referente para descalificar a López Obrador.

“Es un peligro para México”, “¡Imagínate si llega a la Presidencia, lo que no hará!”, “Es un populista y sólo los imbéciles pueden creer que ayudará a sacar al país de la pobreza con su programa de viejecitos”, son algunas de las expresiones que más he escuchado en los últimos días.

La campaña de Calderón tiene implicaciones muy graves para todos aquellos que simpatizan con López Obrador. La leyenda de que es un “peligro” para el país se extiende hacia todos, y ahora resulta que por el simple hecho de simpatizar con el tabasqueño, uno también puede ser considerado como un “peligro” para México.

Bajo este parámetro, ¿quién resulta más intolerante? ¿Calderón o López Obrador? ¿Quién es más excluyente? ¿Quién se acerca más a los dictadores que consideran siempre “un peligro” a quien no está de acuerdo con ellos?

Sin duda la estrategia le ha funcionado a Calderón, ¿pero cuál será su siguiente paso? Porque una vez que se empieza en la llamada “propaganda negativa”, lo que sigue es la “guerra negra”, la que se caracteriza por la difusión de asuntos privados.

Pero en ésta ya no sólo participarían PAN y PRD, sino también el PRI, y entonces no sólo Calderón estaría en el campo de batalla, también meterían al presidente Vicente Fox.

La crispación de los actores sociales llevaría a escenarios de confrontación social y eso no conviene a nadie o, mejor dicho, sólo a algunos. El miedo inhibe la participación y, de acuerdo con las cuentas que hacen los equipos de campaña de los tres principales candidatos, el PRI es el más beneficiado, pues cuenta con una reserva de voto duro mayor que la del PRD y PAN.

Calderón ha prendido la mecha, y si López Obrador decide seguir el mismo camino, comenzaremos a ver una campaña sucia, de descalificaciones y ataques, que sólo confirmará las previsiones que se tenían desde principios de año sobre la pobreza democrática de nuestra clase política y el historial negro que todos ellos tienen, incluso los panistas y los integrantes del gobierno de Vicente Fox.

Una cosa es cierta: el peje ha tratado hasta los límites de lo humanamente posible de conservar la mesura. La ha conservado por que sabe que al que le conteste con una campaña de guerra sucia le va a subir el rating.

Otra cosa es cierta: los panistas han cometido estupideces enormes con sus descalificaciones. El Efecto Poniatowska se dejó ver en casi toda la prensa de publicación nacional. Hasta Joaquín López Dóriga tuvo que decir en su noticiero de Televisa fue se trató de una calumnia hacia Elena Poniatowska. Y justamente por eso retiraron el spot.

Pero hay otro detalle que es el talón de aquiles de fecal y su campaña de mierda: en México la gente no es como en Estados Unidos, donde o son republicanos o son demócratas. En México existe el PRI, al que se le asocia con corrupción, el PAN, al que se le asocia con intolerancia, conservadurismo, engaño y mochería, y el PRD, al que se le asocia con los pobres. En el momento en el que las mentiras de fecal se evidencíen, en ese momento el PAN va a perder absolutamente TODO.

Además, falta ver que va a pasar después del primer debate, en el cual el principal perdedor será fecal, a quien le van a llover acusaciones de mentiroso y calumniador.

La siguiente ronda de encuestas empieza a salir la semana que viene. Mientras tanto, todos a seguir destruyendo las mentiras de fecal diciéndole al mundo entero LA VERDAD.

Una razón más para votar por el peje y por el PRD para el congreso en el 2006.

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