México y Malawi: ahí está el detalle
Salvo porque sus nombres comienzan con la letra “m”, Malawi y México parecen no tener mucho en común. Las diferencias en el tamaño de la superficie que ocupan, en su población y en sus economías son enormes. Sin embargo, es útil comparar sus políticas agrícolas porque mientras la agricultura mexicana se encuentra al borde del abismo, el país africano ha protegido y vigorizado la suya notablemente.
Durante años, ambas naciones cumplieron fielmente los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial. México, además, siguió al pie de la letra las medidas de liberalización comercial acordadas a raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), que no son más que una versión más pura de las recetas del llamado Consenso de Washington.Leer más...
La subversión de la historia
El 21 de diciembre de 2006, al cumplirse nueve años de la matanza de Acteal, el historiador Héctor Aguilar Camín, Ricardo Raphael de la Madrid, la división de estudios jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y la agrupación política nacional Alternativa Ciudadana asumieron la defensa legal y mediática de varios paramilitares enjuiciados como responsables materiales del multihomicidio de 45 indígenas tzotziles de la sociedad civil Las Abejas, en el campamento de desplazados Los Naranjos, de Chenalhó, Chiapas.
Su objetivo no era restablecer el imperio de la justicia y la verdad histórica. La presentación de los hechos como una “batalla” entre “comunidades” zapatistas y antizapatistas –recogida ahora por Aguilar Camín en su ensayo “Regreso a Acteal”, publicado en Nexos, y por Raphael en sendos escritos en El Universal– viene a robustecer la versión recogida en el Libro blanco sobre Acteal, elaborado en 1998 por la Procuraduría General de la República, según la cual la matanza fue producto de añejos “conflictos inter e intracomunitarios”, con tintes “religiosos”, reactivados por la disputa de un banco de arena. Es decir, reafirma la historia oficial de que se trató de “un pleito entre indios”, azuzado por la presencia en Chenalhó de “un grupo armado” (el EZLN), que con su “justicia revolucionaria” y sus “municipios autónomos” provocó una acción en “defensa propia” de militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Según el Libro blanco de la PGR, los asesinos contaron con la “complicidad” de algunos elementos de la Coordinación de Seguridad Pública y de la Procuraduría General de Justicia del estado de Chiapas.
La versión oficial y la nueva maquinación revisionista de la historia impulsada por Aguilar Camín y Raphael, tienen un rasgo común: buscan diluir el accionar de los grupos paramilitares y exonerar la responsabilidad directa del ex presidente de la República, Ernesto Zedillo, del ex gobernador de Chiapas, Julio César Ruiz Ferro, y de la cadena de mando del Ejército Mexicano, en lo que ha sido calificado como un crimen de Estado y tipificado como un delito de lesa humanidad.Leer más...
México SA
Cierra 2007 con raquítico crecimiento
Gasolinazo, regalo de año nuevo
El inquilino de Los Pinos cuelga más piedras a cuellos mexicanos
Ampliar la imagen El impuesto “especial” a combustibles afectará en mayor proporción a los hogares más pobres Foto: José Carlo González
Cierra este 2007, el primero de la “continuidad” y su fatuo lema “para que vivamos mejor” (Calderón dixit), con raquítico crecimiento económico, mínima generación de empleo, pérdida adicional de poder adquisitivo para la mayoría, canasta básica 35 por ciento más onerosa que a inicio de año, fortalecimiento de la concentración del ingreso y la riqueza, mayor presencia trasnacional en la toma de decisiones y aumento sostenido de la deuda social, entre otras gracias.
Ha repetido lo hecho y dicho a lo largo de 25 años por sus cuatro antecesores en la residencia oficial, y, al igual que entonces, el balance real desentona con el triunfalista discurso oficial, cuyo máximo exponente, el inquilino de Los Pinos, lejos de cumplir con el prometido “pago de la deuda social” ha colgado piedras adicionales al cuello de los mexicanos, no sin la ayuda del Congreso, y para el ingrato arranque de 2008 a los mexicanos ha regalado gasolinazo (cuya paternidad insiste en negar) y otros impuestos; inmovilidad gubernamental ante la apertura total del sector agropecuario; un misterioso decreto para “ajustar, modificar y restructurar las tarifas para suministro y venta de energía eléctrica” (léase incrementos para el consumo residencial), y, de la mano de patrones y “líderes obreros”, un generoso “aumento” al salario mínimo (dos pesos promedio diario), sin dejar a un lado la escalada de precios que todo ello involucra.
Lo bueno de todo esto es que el inquilino de Los Pinos resumió su programa de acción con la frase “para que vivamos mejor” (verbigracia el tortillazo de enero, 35 por ciento de aumento en los precios de la canasta básica y la primera escalada de precios tras la aprobación del gasolinazo; la segunda comienza a partir de mañana), aunque en los hechos 2007 fue un rosario de decisiones gubernamentales diametralmente contrarias a ese lema. Así, habría que preguntarse: ¿qué habría sido del bienestar de los mexicanos si el compromiso del michoacano hubiera sido “para que vivamos peor”?Leer más...
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