País grande, gobierno chico
Luego de la pequeñez mostrada por el secretario de Gobernación para explicar los brillantes “logros” del gobierno actual en materia de seguridad, tiene sentido la reflexión que aquí hago.
En 1983 visité por primera vez Venezuela. Me llamó la atención comprobar en un supermercado de Caracas que todos los productos que se vendían eran de origen extranjero, incluido el pan de caja, las latas de verduras y pescado y las carnes procesadas. Lo mismo sucedía con la ropa y los enseres domésticos. La única excepción era el ron, aunque también aquí la mayor parte era de importación.Leer más...
Reforma judicial
El 9 de marzo el Ejecutivo envió al Senado una iniciativa de reforma judicial que fue severamente criticada por académicos, grupos de derechos humanos, líderes de opinión y la población en general, porque, al conceder facultades extraordinarias a los agentes del Ministerio Público (MP) y cuerpos policiacos, contiene disposiciones que atentan directamente contra las garantías de los ciudadanos. Todo ello con el pretexto de la seguridad pública y el “estado de derecho”.
Voces como las de Miguel Sarre, Miguel Carbonell y Elena Azaola manifestaron que esa iniciativa es regresiva y contraria a los principios que deben regir un sistema garantista de justicia. Miguel Carbonell, especialista en derecho penal e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, instaba a los legisladores a rechazarla, pues resultaba contradictorio hablar al mismo tiempo de juicios orales, orientados a reforzar las garantías de los ciudadanos, y otorgar al MP facultades discrecionales para hacer cateos, intervenir líneas telefónicas y arraigar a las personas sin necesidad de una orden judicial. Señaló en efecto como positivo el que la reforma introdujera la figura de los juicios orales, toda vez que esto permitiría disminuir el uso de la prisión preventiva, de la que se ha abusado en el país, ya que según sus cifras, de 213 mil personas privadas de su libertad, alrededor de 40 por ciento, es decir, 90 mil, no han recibido sentencia.Leer más...
¿Cuál experimento?
Las transnacionales de los agronegocios no quitan el dedo del renglón y montados en los caballitos (¿o burros?) de batalla que tienen a su disposición, como la Confederación Nacional Campesina (CNC), siguen insistiendo en que México se debe abrir al maíz transgénico. Declaran en los medios que se debe “experimentar” porque eso nos permitiría saber si se corren riesgos para el maíz nativo.
Ahora se han puesto más agresivas. Frente a la perspectiva de que tampoco para este ciclo agrícola se aprobarán las solicitudes de maíz transgénico, estas mismas empresas organizaron la publicación de un campo pagado en varios medios nacionales para presionar directamente al gobierno y a la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem). Este desplegado, publicado el 17/09/2007, aparece firmado por poderosos intereses industriales que lucran con el campo, el procesamiento y la venta de alimentos en México, tales como el Consejo Nacional Agropecuario, la Cámara Nacional de Maíz Industrializado, la Asociación Mexicana de Semilleros, la Canacintra, Antad, Concamin y otras. Como decorado, la CNC y organizaciones regionales de los mismos firmantes, para que parezcan más.Leer más...
México SA
¿Qué entienden en Los Pinos por crisis?
La pobreza y el desempleo, ¿no lo son?
Los lentes oscuros de Felipe Calderón
Sojo, cazador de burbujas inflacionarias
Tendría que definir qué es lo que entiende por crisis, porque, al igual que en el sexenio pasado, el actual inquilino de Los Pinos lleva ya varios discursos al hilo con dicho tema como elemento central y con los mismos lentes oscuros.
Entre la frases utilizadas por Felipe Calderón destacan, con todo y sintaxis oficial, las siguientes: “Que nunca más una crisis económica afecte a los mexicanos… nos costó mucho trabajo, pero trabajamos de manera decidida para no volver nunca más a una crisis económica… trabajamos para que no se repita una crisis económica… estamos trabajando para que nunca más volvamos a tener una crisis económica”, y así por el estilo.
En el sexenio del “cambio”, entre remodelación y ampliación del rancho San Cristóbal, Vicente Fox no perdió oportunidad para presumir que con él en Los Pinos no habría crisis (“signo del pasado”) que terminaría su sexenio sin crisis, que heredaría una nación sin crisis y, en resumidas cuentas, que la crisis le pelaba los dientes.
El michoacano retoma el discurso y el decreto de la “inexistencia de la crisis”, y lo hace con igual falta de visión, insensibilidad o cinismo que sus antecesores en Los Pinos, porque de qué otra manera, que no sea crisis, se puede calificar a un país en el que la mitad de su población sobrevive en la pobreza y la miseria; en el que casi 45 millones de personas no tienen para lo elemental; en el que la economía “crece” a niveles similares o incluso inferiores a los reportados por una nación como Haití; en el que alrededor de 60 por ciento de los ocupados obtienen un ingreso menor a tres salarios mínimos; en el que la mitad de los trabajadores se emplean en el sector informal; en el que millones de personas han emigrado para mejorar su precario nivel de vida; en el que el salario mínimo vigente es totalmente anticonstitucional; en el que la mayoría de empleados no tiene prestaciones de ley... y tantas otras carencias y deficiencias. Si esto no es crisis, entonces qué es.Leer más...
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