DE TEMPLO MAYOR:
NOTA ORIGINAL
PARECE que en el equipo de imagen del presidente Felipe Calderón hay alguien que no está haciendo bien su chamba.
Y ES QUE en al menos tres ocasiones al mandatario le han hecho un flaco favor.
LA PRIMERA ocurrió el día en que se vistió de militar para ir a Michoacán con una casaca que le quedaba bastante grande y que fue la delicia de los caricaturistas y moneros que lo retrataron como a "Beto el Recluta".
LA SEGUNDA fue en su primera conferencia de prensa en la que, para taparse del sol, los reporteros abandonaron sus lugares y dejaron un sillerío vacío que no hizo ver nada bien al Presidente.
Y LA MÁS reciente fue la presentación del programa Oportunidades Energético, donde otra vez las sillas vacías eran más que las ocupadas.
¿HABIA SOL?
PUDIERA parecer un asunto menor pero lo cierto es que, como bien dijo Jesús Reyes Heroles: en política, la forma es fondo.
Y LLEGA UN MENSAJE DEL BLOG DEL CHAMUCO VIRTUAL:
Para todos los que aman el renegamiento. La famosa revista "El Chamuco y los hijos del averno" volverá a aparecer -como usted la quería ver-en febrero, con todos los moneros y personajes de la primera época, más otros cuates que nos acompañan. ¡No se la pierdan amigochos! Petición: a tod@s l@s amig@s bloguer@s, por favor pasen la voz.
El Chamuco.- Segunda Época.
Vie, Ene 26, 2007 12:24
DE RAFAEL LORET:
Nota original
DEBATEY HAY MAS:
Es muy evidente la magra cosecha de Calderón a sus intentos de consolidarse en el mando de la República. Primero, optó por no juzgar a la administración antecesora acaso convencido de que la medicina del tiempo se encargaría de borrar las malas secuelas. Y el saldo es negativo: sus compañeros de partido se le indisciplinan, miran hacia San Cristóbal para que desde allí surjan las cuñas o, de plano, toman distancia, provocan y sacuden los endebles andamios del panismo. La crisis del PAN se extiende ya hasta la península yucateca en donde parecía tener dominio territorial incuestionable.
En la misma línea, la impunidad se extiende lo mismo con la carga del reciente escándalo de Francisco Gil Díaz, el gregario ex secretario de Hacienda –casi cortado con la misma tijera que uno de sus viejos antecesores en este cargo, José López Portillo, otrora repudiado por los panistas que se consideraban impolutos--, que con relación a los excepcionales privilegios de los vástagos de la señora Marta –quien ya se mira en el espejito reluciente de la inquieta Hillary Rodham Clinton, ya en campaña por retornar a la Casa Blanca, su hogar durante ocho años, entre 1993 y 2001--. Da la impresión de que se están burlando del sucesor, jugando con él, porque saben que no se atreverá a perseguirlos.
Dicen los cercanos a Los Pinos que, en este momento preciso, el señor Calderón parece más cercano a Ernesto Zedillo, con toda la carga de este experto cabildero en pro de los intereses de Washington, que cuanto puede estarlo de los Fox a quienes acabó por imponerse como candidato y única opción de continuismo. Por eso, los foxistas, incluyendo al dirigente panista Manuel Espino Barrientos y a buena parte de la estructura partidita, no están acompañándole en el derrotero y, por el contrario, provocan y le causan escozor.
La magra colecta de elogios, desde la Unión Americana, tras la extradición de algunos “capos”, no compensa al mandatario por su escasa proyección internacional y los desaires recibidos en su primer periplo por Centroamérica. En la víspera de su salida a Europa, en donde se le esperaba más con curiosidad que con expectación, acaso porque las debilidades estructurales mejoran las condiciones de negociación para la contraparte, el titular del Ejecutivo federal ha sido sometido a severas radiografías y a no pocas interrogantes incómodas –de las cuales se ha evadido con escasa habilidad--, que le presentan como un jefe de gobierno con capacidades reducidas, esto es políticamente enfermo.
Y no será sencillo navegar a contracorriente; menos aun cuando crecen las marejadas de la violencia como efectos del cambio climático en la política mexicana.
LA ANÉCDOTA
La declaración más publicitada de Felipe Calderón en España, a donde llegará pasado mañana, presenta una perspectiva tan poco saludable como la de los “mayas” de Mel Gibson:
--México –dijo el mandatario-- corría el riesgo de ser dominado por el crimen.
Es decir, bastaron poco más de cincuenta días para que la amenaza se diluyera. ¿Es ésta una lapidaria sentencia contra el régimen antecesor o una salida superficial alejada de la realidad? Porque, desde luego, se observa que la violencia no está controlada; más bien las mafias están desatadas. Felipe no se fue por las ramas:
--La cifras de ejecuciones del crimen organizado en México –declaró a “El País”-- estaban superando las alcanzadas por Colombia en un momento crítico.
Cincuenta días fueron suficientes, entonces, para detener la tendencia. ¿Ingenuidad o suficiencia? Hasta hace unos años, hablar de la “colombianización” habría desatado las especulaciones, incluso una crisis diplomática; ahora las “palabras mayores” no tienen eco, suenan huecas. Por algo será. Abundaremos.
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