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viernes, enero 27, 2006

CIRO GÓMEZ LEYVA SOBRE LAS ENCUESTAS

Vaya, finalmente Ciro Gómez Leyva volvió en sí (se había quedado atorado en un eterno "TV Azteca, TV Azteca, TV Azteca" y habló de algo que no da güeva. Sobre la mentira PRIANista de las encuestas en el 2000. Chequen su columna de ayer en Milenio Diario:

La mentira que madracistas y calderonistas quieren creer

Tengo la impresión de que madracistas y calderonistas no sólo han inventado una mentira sobre las tempranas encuestas del 2000, sino que se la están creyendo. Ahora que han debido salir a los medios a reconocer de mala gana que Andrés Manuel López Obrador arranca como líder, repiten que no hay de qué preocuparse, pues a estas alturas del 2000, Francisco Labastida le llevaba “más de 20 puntos de ventaja a Fox y perdió”. ¡Groseramente falso!

Los resultados de las principales encuestas publicadas entre la segunda quincena de enero y la primera de febrero de 2000 los desnudan. En primer lugar, la de MILENIO (que entonces elaboraba Rafael Giménez), pues Labastida tenía sólo un punto de ventaja. En las de Reforma y El Universal (que entonces elaboraba Enrique Alduncín), el priista superaba a Fox por tres. Y en la de GEA/ISA, el panista le había arrebatado ya, y por cinco puntos, el liderato al priista. ¿No lo sabían los calderonistas y los madracistas, o no lo quieren recordar?

Ricardo de la Peña, director de ISA y responsable de levantar aquella célebre encuesta, escribió en la revista Etcétera después de las elecciones: “El 15 de febrero del 2000, por primera vez en la historia del país, se divulgó una encuesta nacional, la de GEA/ISA, que detectaba correctamente una desventaja para un candidato del PRI en la carrera por la Presidencia de la República. Este resultado destaparía una ‘guerra de encuestas’, que se prolongaría hasta el día de la elección”.

Además, si no mal recuerdo, por esas fechas todo mundo hablaba de un empate. Jesús Zambrano, entonces secretario general del PRD, dijo por ejemplo en MILENIO el 21 de febrero: “Hacemos encuestas cada 15 días. Y son reales, no nos gusta hacernos tontos. Y ahí el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas tiene 20 puntos. Fox y Labastida están iguales con 32”.

Sólo Greenberg-Pearson, que hizo tal ridículo que no volvió a medir elecciones, le asignaba una delantera de 13 puntos a Labastida en enero de 2000. Y, cierto, también las sospechosas encuestas que promovía el propio PRI, como las de Technomanagment. Y las de dudosa manufactura de los diarios Excélsior y El Sol de México. En todas ellas, Labastida arrasó de principio a fin. Y los labastidistas se lo creyeron de principio a fin.

Pero en ninguna encuesta seria de enero y febrero, Labastida le sacó “más de 20 puntos de ventaja a Fox”. O quienes lo dicen hoy son tremendamente ignorantes, o para subirse la moral recurren a la técnica suicida de Goebbels: repite siete veces una mentira hasta convertirla en verdad.

No está por demás recordar que al final (junio del 2000), Rafael Giménez y GEA/ISA le asignaron a Fox ventajas sobre Labastida de 4.5 y 3.5 por ciento, respectivamente. Ni que María de las Heras, a quien se subestimaba por su heterodoxa metodología de “inercia y circunstancia”, amplió esa ventaja hasta un escandaloso 10 por ciento. Los tres acertaron: Fox ganó con una diferencia de 6.6 por ciento.

Technomanagment pronosticaba el triunfo de Labastida por siete puntos una semana antes de la elección. Erró por 13.6 puntos. Eran los números con los que se engañaban los labastidistas.


El primero que habló de las encuestas del 2000 fué Fecal en la entrevista que le hizo López Dóriga, quien a su vez le dijo en su cara que ni era el 2000 ni López Obrador es Labastida ni Calderón es Fox. Fecal se hizo güey y repitió lo mismo: que en el 2000 le daban la ventaja a Labastida.

Pero aparte de la mentira que dicen los candidatos pirrurris sobre los números, hay un engaño aún más grande: en el 2000 Fox no ganó las elecciones por ser el candidato con el mejor proyecto o por ser el que la gente considerara como el mejor. La derrota del PRI fue como producto del hartazgo del pueblo de México de 71 años de priismo. La gente no votó por Fox; votó contra el PRI.

En el 2006 las cosas son distintas al 2000. La gente no vota en contra de un partido--en todo caso votan en contra del PAN--y no votan para exprezar hartazgo de 71 años. En estas elecciones la gente vota teniendo una visión distinta; la prioridad no es "que pierda el PRI." La prioridad es "que gane con el que nos puede ir menos peor de como nos ha ido con Fox." Y la respuesta es invariable en la mayoría de los votantes: de los candidatos a la presidencia, el que tiene el proyecto que más les convence es el peje.

Por lo que la comparación que hace Fecal con las encuestas del 2000 es un engaño doble: miente sobre los resultados de las encuestas y hace una comparación que no tiene absolutamente NADA que ver. El 2000 no es lo mismo que el 2006. Punto.

Y precisamente es por eso que están tan desesperados los candidatos PRIANistas por debatir con el peje: para colgarse de su popularidad. Al respecto nos escribe Carlos Ortiz, quien nos comenta:

Hola, sólo les escribo para comentarles sobre la "estrategia" de Madrazo y sobretodo de Fecal de hacer un debate lo más pronto posible.

Ha sido más que evidente el pésimo arranque de campaña de Fecal y Madrazo: se la pasan dando vueltas en el D.F. sin dar nota y las pocas veces que han salido a hacer actos en otras ciudades les ha ido como en feria. Por lo tanto les URGE hacer algo, lo que sea, antes de que salgan las próximas encuestas y el peje vuelva a aparecer con igual o mayor ventaja. Ya vimos, por ejemplo, que Fecal acaba de copiarle al peje su programa de televisión.

Por un lado, sabemos que Fecal se siente disque muy fregón para los debates, y seguramente está pensando que después del debate se va a disparar en las encuestas (sobre todo las del Reforma) y por eso anda necio con que quiere debatir. Por otro lado también sabemos que algunos medios están buscando cualquier pretexto para emparejar los números de las encuestas y poder vendernos el famoso "empate técnico", y qué mejor pretexto que una supuesta victoria de Fecal o Madrazo en un debate.

Obviamente el peje no es tan tonto como para dejarse llevar por esta "estrategia", y no va a dejar que Madrazo y Fecal le impongan agenda sólo porque andan desesperados por colgarse de lo que sea para tapar la mediocridad de sus respectivos arranques de campaña. Habrá que ver si finalmente el peje logra retrasar un poco más los debates o si de plano Fecal y Madrazo están tan desesperados que se van a aventar a hacer el debate sin el peje.


Si se avientan el debate sin el peje los dos van a perder puntos. Por que como saben que no tienen nada que perder, se van a dar hasta con la cubeta. Saldrían a relucir corruptelas del PAN y del PRI; se acusarían de retrógradas, rateros, corruptos, mentirosos y mochos. Y Fecal es tan, pero TAN mediocre para debatir, y Madrazo tan, pero TAN cínico, que francamente creo que el que ganaría sería Madrazo en un debate entre Fecal y Madrazo sin el peje.

Lo más cómico del asunto, es que si Fecal y Madrazo se pusieran a debatir sin el peje, se estarían peleando por ver quien gana el SEGUNDO LUGAR. Y esto resulta cómico por que en unas elecciones presidenciales no existen los segundos lugares.

Una razón más para votar por el peje en el 2006.

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