Gara
Quienes afirman que algo grande está pasando en EEUU lo dicen pensando en Barack Obama y en la pasión que, aseguran, está contagiando a cada vez más estadounidenses. Lo ocurrido en Carolina del Sur parece confirmarlo (logró más del doble de votos que Hillary Clinton), pero quienes así hablan lo hacen con la mente puesta en JFK, y es obvio que aún falta mucho para que un fenómeno así se esté repitiendo en EEUU, por mucho que Caroline Kennedy (la hija del ex presidente) y el senador Edward Kennedy hayan hecho público su apoyo al primer candidato negro con opciones reales en la carrera presidencial: «Por fin puedo votar por alguien como mi padre».
Pero, ¿qué significa exactamente «algo grande» para los estadounidenses? ¿Es Obama «algo grande»? De hecho, ¿fue John Fitzgerald Kennedy «algo grande»? Es obvio que hay una gran diferencia entre la dimensión real de cada uno de estos políticos y la percepción ciudadana o la sensación que los medios de comunicación y las maquinarias de propaganda crean o construyen. Una percepción que puede ser real, o simplemente fabricada. Llegados a este punto conviene recordar, como siempre, que la participación ciudadana en los comicios estadounidenses es tan baja que obliga a revisar permanentemente las consideraciones relativas a la verdadera dimensión de las elecciones y de sus protagonistas, así como de los «fenómenos» sociales supuestamente en marcha.
Quienes aluden a que algo grande está ocurriendo lo dicen porque Obama está arrastrando a las urnas a más votantes que otros años y porque, hasta el momento, ha demostrado su capacidad para atraer el «voto blanco». Y, además, porque creen que Barack Obama es la energía que activa una corriente -irracional, según algunos, real según otros- a favor del cambio.
Esa corriente alaba la «amabilidad» de Obama y critica la «agresividad» de Clinton. La corriente contraria responde argumentando que Hillary Clinton sí puede ser una comandante en jefe de garantías para tiempos convulsos como estos, mientras descalifica, hasta el ridículo casi, la estatura política del senador de Illinois.
Desde aquí, en realidad, sabemos más bien poco, especialmente de Barack Obama. Es ahora cuando nos llegan retazos de su biografía y comenzamos a saber cosas sueltas sobre sus viajes y aventuras, aunque pocas, en realidad, sobre sus planes para Estados Unidos.
Lo que ha llegado de los debates televisivos es que es una campaña sucia, dura.