Diálogo y debate
La sociedad moderna es por su propia naturaleza plural y heterogénea; esto no es discutible, es necesario tan sólo constatarlo, comprenderlo y entender que al participar en la política (deber de todos) tenemos que tomar en cuenta dicha verdad. Ciertamente hay convicciones, filosofías, modos de pensar diferentes y también intereses de todo tipo encontrados y excluyentes.
Maurice Duverger, en un libro escrito hace ya más de treinta años, su Introducción a la política (Ediciones Ariel, Barcelona, 1970), sostiene que la política se basa en opciones y en compromisos y esto presupone la diversidad en la colectividad. La política es, agrega el politólogo francés, una contienda, una lucha por el poder; sin embargo, agrego, no es una guerra sino que se trata de una confrontación civilizada entre personas divergentes en algunos aspectos pero que necesariamente deben coincidir en otros.
El fundamento de la democracia es un cruce de caminos entre las divergencias y las coincidencias, para poder tomar decisiones políticas entre personas que piensan distinto; se puede, como está de moda ahora, dialogar y negociar, pero también, si no hay puntos suficientes de contacto para la negociación, será necesario tomar las decisiones mediante la mayoría de votos.
Si el diálogo no es suficiente, y no lo es cuando son muchos los que tienen que participar en una determinación, será indispensable acudir al debate para que todos los participantes estén informados de las razones de las diversas opciones y después contar por cuál de ellas se inclinó el mayor número de los interesados en la decisión, esto es, el mecanismo de la democracia se echa a andar cuando una colectividad debe escoger entre varias posibilidades.
Pero para que haya democracia hay presupuestos; uno es la buena fe de los contendientes. No habrá democracia posible si alguna de las partes en el proceso decisorio emplea mecanismos falaces o mentirosos, si usa la calumnia y las campañas de ataques sin fundamento para malinformar a los votantes y, peor aún, si durante el proceso electoral se usan subterfugios para desalentar a votantes, evitar que emitan su sufragio y, finalmente, el proceso será totalmente inaceptable si al contar los votos se hacen trampas, modifican o alteran los resultados.
Eso es lo que sucedió en México en 2006 y eso es lo que ha enturbiado toda la vida política del país a partir de entonces e impide o dificulta en forma extrema tanto el diálogo como el debate. ¿Cómo pueden las partes en un proceso sentarse en una mesa a dialogar si una de ellas es tachada por la otra con razón de fraudulenta o espuria? ¿Cómo puede haber un debate serio si se plantea una propuesta o una objeción y se responde con una campaña mediática para desviar la atención a cuestiones totalmente insignificantes?
En este momento, sectores muy amplios de la izquierda y del centro plantean que el gobierno y la derecha pretenden entregar la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) a la iniciativa privada y, lo peor, a inversionistas extranjeros; la respuesta del sistema y los medios de información a su servicio ha sido desviar la discusión a cuestiones coyunturales como la salida que da la diputada Ruth Zavaleta a un señalamiento general que ella misma consideró como referido a su persona. Muy respetable su persona como tal, muy discutible su posición política, pero una cosa y otra, totalmente insignificantes frente al gran problema de la pérdida para el Estado mexicano de su patrimonio energético.
El planteamiento del licenciado Andrés Manuel López Obrador es correcto, procede el debate y, por tanto, desafía a debatir a quienes proponen una reforma energética cuyo proyecto no han puesto a la vista de los actores políticos y de la opinión pública, pero que se trasluce con las graves acciones de desmantelamiento de Pemex y la entrega de multimillonarios contratos a empresas trasnacionales. El debate es indispensable, pero no alrededor de personas o de sus dichos, sino de fondo, alrededor de lo que se pretende hacer con las fuentes estratégicas generadoras de energía: petróleo y electricidad.
Contestar con publicidad superficial dirigida a los sentidos o con escándalos para distraer evita que el asunto se trate al nivel que se requiere. Puede ser López Obrador con algún representante del sistema o del gobierno; pueden ser dos o tres de cada lado, pero de cualquier manera se requiere la confrontación de razones de ambas partes, sin desviaciones y triquiñuelas, con argumentos y a la vista de la gente. La importancia de lo que está en juego así lo exige.
Otro sí digo: Siguen publicándose libros sobre el fraude electoral y sobre la dura respuesta de los campamentos en el Zócalo y Reforma; Eduardo Soto Yáñez nos sorprende con la novela Los renegados, donde combina ficción y realidad con maestría y amenidad, en una historia de un amor maduro en el marco de la resistencia civil. La tesis es sencilla: en política como en amor, la esperanza es un ingrediente insustituible (a más de una virtud).
2008 no es 2001
Este siglo empezó con una crisis financiera en Estados Unidos, desatada en 2001 por la sobrevaluación del precio de las acciones de las empresas de tecnología, que cotizan en el mercado llamado Nasdaq.
El fenómeno se conoce con el término de “exuberancia irracional”, según la expresión utilizada por Alan Greenspan, el ex presidente de la Reserva Federal y que se ha vuelto una especie de John Wayne de la banca central.
La especulación con las acciones hizo que elevaran sus precios muy por encima del valor de las empresas que las emitían. Ese proceso, económicamente insostenible, fue activamente promovido por los grandes bancos. Al romperse la burbuja se provocó una recesión en aquel país, pues el producto registró tasas negativas de crecimiento durante tres trimestres consecutivos. En México el efecto fue una tasa negativa de crecimiento del PIB de casi menos 0.2 por ciento en ese mismo año.Leer más...
México SA
El cuento de la “democratización del capital”
Pemex, hacia el mismo destino que la banca reprivatizada y extranjerizada
Ampliar la imagen Elementos del Ejército en la estación de Pemex en Santa María el Tule, Oaxaca Foto: Notimex
La privatización “silenciosa” del petróleo resulta por demás estridente, y para concretarla el grupúsculo que la promueve como “tabla de salvación nacional” no ha encontrado mejor ejemplo a seguir que el de la desastrosa “desincorporación” bancaria, comenzada en el sexenio de Miguel de la Madrid, redondeada en el salinista, “rescatada” y saneada en el zedillista, y extranjerizada entre éste y el foxista. Todo en nombre de la “democratización del capital”.
Que no nos volverían a saquear, dijo algún iluso 25 años atrás, cuando en realidad desde entonces esa ha sido la norma con los bienes de la nación, y ahora, por si hubiera duda, quieren recetar de nueva cuenta la misma dosis ¿Quién explicará a los mexicanos cómo se “democratiza el capital” de una empresa de la nación a favor de unos cuantos inversionistas?
Lo mismo prometieron Carlos Salinas de Gortari y su secretario de Hacienda, Pedro Aspe, cuando anunciaron la reprivatización bancaria, el 2 de mayo de 1990. En ese entonces, las 18 sociedades nacionales de crédito pertenecían a la nación, pero se reprivatizaban “porque hay que democratizar el capital financiero” (Salinas dixit), y para lograrlo “estimamos que habrá 130 mil inversionistas” (Aspe dixit, una cifra basada en el número de inversionistas bursátiles de la época). Por aquellos años, México tenía 85 millones de habitantes, y con la “democratización” las instituciones pasaron a ser propiedad, hipotéticamente, del 0.15 por ciento de esa población.
Pero ni siquiera fue así, porque en los hechos la banca quedó en manos de la oligarquía de siempre, reforzada por los nuevos ricos surgidos de la especulación bursátil, y el número de accionistas, en el mejor de los casos, no pasó de un par de centenas (0.0002 por ciento de la población citada). Lo único que sí se “democratizó” fue el voluminoso costo del “rescate” bancario, el pago de los 120 mil millones de dólares que costó, cuesta, el destrozo de ese 0.0002 por ciento de “democráticos” inversionistas, porque incluso a la hora de la extranjerización el erario no vio un solo peso de la compra-venta, porque se concretó en el exento, fiscalmente hablando, mercado bursátil.
Ahora nos salen con el mismo cuento de la “democratización del capital” en Petróleos Mexicanos, en un movimiento en el que, como en tiempo de la reprivatización bancaria, los mexicanos, jamás consultados, permanecen ajenos a la toma de decisiones. De la misma forma en que entre la cúpula se “amarró” el tristemente célebre capítulo bancario, la privatización de la industria petrolera nacional se ha pactado en lo oscurito, ajena la sociedad y a los intereses nacionales.Leer más...
Accidentado inicio de su gira proselitista en Acapulco
Corrientes del PRD, grupos de presión, señala Encinas
Ampliar la imagen El ex jefe de Gobierno capitalino saluda a simpatizantes guerrerenses Foto: Javier Verdín
Acapulco, Gro. 3 de febrero. Con jaloneos en el presidium y un discurso en contra de las corrientes que se han convertido en “grupos de presión” en el Partido de la revolución Democrática (PRD), se inició aquí la gira de Alejandro Encinas en busca del voto que lo lleve a la presidencia nacional del sol azteca.
Antes de que empezara el mitin, seguidores del diputado federal Víctor Aguirre, uno de los seis candidatos a la dirección estatal perredista, se posesionaron del presidium y del micrófono para impedir el paso a miembros de otras corrientes.
Acompañado por Hortensia Aragón, Encinas dijo a sus simpatizantes que en el contexto de derechización que vive el país, la forma en que se resuelva la elección interna del PRD no sólo definirá quiénes serán los dirigentes nacionales, estatales y municipales, sino lo que está en juego es “qué tipo de partido, qué tipo de izquierda y qué proyecto político vamos a sacar adelante en nuestro país”.
Convocó a sus seguidores enfrentados a que dejen los conflictos internos y asuman la responsabilidad de transformar a México. También envió un mensaje al secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño: “Yo no soy opositor de mi partido, yo soy opositor de él y de la derecha que representa”.
Adelantó que sólo con la unidad se podrá construir la mayoría que garantice el derecho a encabezar la Presidencia de la República en 2012, lo que provocó gritos de “¡Obrador, Obrador!”, y se comprometió a buscar el sentido de identidad en el PRD, que se ha perdido con la acción de las corrientes o tribus. Dijo: “Qué bueno que existan corrientes de opinión, porque la diversidad es una virtud de nuestro partido, pero lamentablemente muchas de estas corrientes se convirtieron en grupos de presión, perdieron la identidad y antes de ser perredistas son miembros de una corriente o de la otra. Vamos a hacer que la verdadera corriente sea el perredismo”.
Propuso que el Partido de la Revolución Democrática sea la organización política que encabece la lucha social recuperando principios y valores que le dieron origen, como la batalla contra la desigualdad, la opresión y la exclusión de los mexicanos. Cuestionó a aquellos que se han conformado con “la falsa comodidad de la representación proporcional”, a la que llamó “migajas del poder público”, y dijo que el PRD está llamado a ser mayoría, a ser gobierno y encabezar los destinos del país.Leer más...
El líder partidista solicitará la intervención de la CDHDF para frenar esas acciones
El PAN-DF sólo promueve campaña de odio entre ricos y pobres: Reyes Gámiz
El albiazul convoca a no pagar el predial para no apoyar a los “jodidos” que siguen al PRD, acusa
El secretario general del PRD-DF, Carlos Reyes Gámiz, aseguró que el PAN capitalino pasó de promover el no pago del predial a una “campaña de odio entre ricos y pobres”, pues mediante brigadas de activistas en zonas residenciales convoca a los habitantes a no realizar este trámite, con el argumento de que lo único que busca el gobierno capitalino es dar más apoyos a los “jodidos que siguen” al partido del sol azteca.
Por ello, anticipó que solicitará la intervención de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) para que constate esas acciones, pues el albiazul, en su actividad política, no sólo impulsa la ruptura de la normatividad constitucional, sino también, sin escrúpulo alguno, la discriminación contra grupos marginados.
En conferencia de prensa, Reyes Gámiz no descartó que ante un padrón de cerca de un millón 300 mil contribuyentes en el DF pueda existir algún error que derive en el cobro excesivo de ese impuesto, pero no es válido que por ello el PAN desinforme a la población.
De ahí que exhortó a la Secretaría de Finanzas a ampliar los módulos de atención en las 16 delegaciones para resolver cualquier irregularidad en el cobro del predial y cerrar el paso a la campaña de manipulación informativa que inició el PAN, que no tiene otro fin que sabotear la labor del gobierno perredista. Remarcó que esta dependencia, a petición de algunos legisladores, ha atendido a grupos de vecinos inconformes, pero que sería conveniente no limitarse a ello, sino establecer mesas de atención en todos los lugares donde se está cobrando ese impuesto.Leer más...
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